Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a la escuela francesa, que representa un paisaje boscoso vibrante y luminoso donde árboles, senderos y vegetación se combinan en una escena llena de vida y movimiento. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite. · Dimensiones de la obra: 41x56x2 cm. · Óleo sobre tela firmado a mano por el artista. · La pieza se encuentra en buen estado de conservación. La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona. Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote. El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX, utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte. El envío se realizará por Correos o GLS con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional. ------------------------------------------------------------------ Este cuadro muestra un paisaje natural de gran vitalidad, dominado por un conjunto de árboles frondosos que se elevan hacia un cielo claro y luminoso. Desde el primer vistazo, la escena transmite la sensación de un entorno fresco, lleno de vida y movimiento, donde las pinceladas forman un entramado dinámico de texturas que evocan la densidad del follaje. Los colores verdes, amarillos y ocres se entrelazan creando una paleta rica y vibrante que baña toda la composición. El cielo, suavemente matizado en tonos azulados y blancos, actúa como telón de fondo armonioso, destacando aún más la presencia rotunda de los árboles. En la parte izquierda del cuadro se observa una formación de vegetación más baja y densa que contrasta con la amplitud del claro del paisaje. Entre los arbustos se adivinan pequeñas flores blancas que parecen brillar con luz propia, aportando un delicado contrapunto cromático a la masa verde dominante. La luz penetra entre los árboles y la hierba, creando destellos que sugieren una brisa cálida recorriendo el campo. La combinación de sombras profundas y zonas iluminadas da la impresión de un terreno vivo, respirante, pleno de matices y de profundidad. Hacia el centro, la composición se abre mediante un sendero o grieta en la tierra que guía la mirada del espectador hacia el interior del bosque. Esta ruptura en el terreno, representada con tonos terrosos más oscuros y pinceladas gruesas, aporta dinamismo y estructura al paisaje. Da la sensación de ser un camino natural creado por el paso del tiempo, invitando a adentrarse en entre las sombras del bosque. El contraste entre la tierra abierta y la exuberancia vegetal que la rodea crea un equilibrio compositivo muy atractivo, donde la naturaleza parece organizarse con espontaneidad. En la parte derecha, el cuadro cobra volumen y densidad gracias a la presencia de los árboles más altos, cuyas copas parecen moverse levemente bajo el efecto del viento. Las sombras en esta zona se vuelven más profundas y sutiles, aportando a la escena un aire de misterio y recogimiento. El espectador puede casi percibir el olor a hierba, la humedad del suelo y el sonido lejano de las hojas. La riqueza de colores, variaciones tonales y la vibración del trazo refuerzan la idea de un paisaje vivo, natural y en constante transformación. En conjunto, el cuadro transmite una visión poderosa y serena de un paisaje boscoso capturado en plena energía vital. La mezcla de luz, sombra, color y movimiento crea una escena profundamente evocadora que invita a la contemplación y conecta al espectador con la belleza espontánea y salvaje de la naturaleza. Es una obra que celebra la vida del paisaje, su ritmo orgánico y su inagotable capacidad de renovación.