Josep Fisas Ferrer (1929-2014) - Susurros del sendero





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Descripción del vendedor
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Fisas Mulleras, que representa un refugio rural rodeado de árboles imponentes y bañado por una luz natural que transmite paz y armonía en plena naturaleza. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones con marco: 68x81x6 cm.
· Dimensiones sin marco: 50x61 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la parte inferior derecha, Fisas Mulleras.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación.
· La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro nos sumerge en un paraíso natural donde la luz, el color y la tranquilidad se funden en un mismo susurro. La escena se despliega en un bosque frondoso, cuyos árboles majestuosos enmarcan el corazón del paisaje: unas humildes casas rurales que parecen reposar suavemente sobre la tierra. El sendero que conduce hacia ellas se abre paso entre las raíces y la hierba, invitando al espectador a adentrarse en este refugio campestre, casi como si fuera un camino hacia un rincón olvidado del mundo donde reina la serenidad absoluta. La luz, suave y cálida, filtra entre las ramas creando destellos sobre el suelo y bañando todo en tonos verdes y dorados.
A medida que la mirada recorre la obra, se aprecia la exuberancia de los árboles que dominan la composición. Sus troncos gruesos y retorcidos narran historias de años, quizás siglos, siendo testigos silenciosos del transcurrir de las estaciones y la vida rural. Las copas, repletas de hojas, generan un techo natural que ofrece sombra y frescor, mientras los tonos amarillos y verdes se combinan con pinceladas que sugieren el murmullo del viento entre el follaje. Las formas no están delimitadas con rigidez, otorgando una sensación de suavidad que recuerda la naturaleza en constante movimiento.
Las viviendas situadas en el centro del paisaje parecen casi escondidas voluntariamente, como si buscaran protección entre el abrazo de los árboles. Sus paredes en tonos cálidos y sus tejados rojizos contrastan delicadamente con la vegetación, sugiriendo que fueron construidas respetando el entorno, integrándose en él como parte del paisaje. Pueden imaginarse aquí familias viviendo en calma, alejadas del ruido urbano, despertando cada día con el canto de los pájaros y el aroma a tierra húmeda. Son casas que inspiran cobijo, arraigo y la belleza de lo sencillo.
El cielo, apenas visible entre las copas del bosque, regala pequeños fragmentos de azul que intensifican la sensación de profundidad. La luz que se cuela desde lo alto parece anunciar una mañana clara, fresca y luminosa, como si el día recién comenzara y el aire estuviera todavía impregnado de ese frescor matinal que limpia y renueva. El paisaje invita no solo a ser contemplado, sino también a ser escuchado, respirado y sentido: el murmullo del viento, el canto de los insectos, el crujir de hojas al paso.
En conjunto, este cuadro transmite paz, armonía y una profunda conexión con la naturaleza. Es una ventana a un mundo donde el tiempo fluye despacio, donde las raíces y las ramas conviven en equilibrio con la sencillez de la vida rural. Una obra que nos recuerda la belleza de los lugares apartados, donde el ser humano vive acompañado por los susurros del bosque, protegido bajo su abrazo verde, en una escena llena de calma, luz y vida.
El vendedor y su historia
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Fisas Mulleras, que representa un refugio rural rodeado de árboles imponentes y bañado por una luz natural que transmite paz y armonía en plena naturaleza. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones con marco: 68x81x6 cm.
· Dimensiones sin marco: 50x61 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la parte inferior derecha, Fisas Mulleras.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación.
· La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro nos sumerge en un paraíso natural donde la luz, el color y la tranquilidad se funden en un mismo susurro. La escena se despliega en un bosque frondoso, cuyos árboles majestuosos enmarcan el corazón del paisaje: unas humildes casas rurales que parecen reposar suavemente sobre la tierra. El sendero que conduce hacia ellas se abre paso entre las raíces y la hierba, invitando al espectador a adentrarse en este refugio campestre, casi como si fuera un camino hacia un rincón olvidado del mundo donde reina la serenidad absoluta. La luz, suave y cálida, filtra entre las ramas creando destellos sobre el suelo y bañando todo en tonos verdes y dorados.
A medida que la mirada recorre la obra, se aprecia la exuberancia de los árboles que dominan la composición. Sus troncos gruesos y retorcidos narran historias de años, quizás siglos, siendo testigos silenciosos del transcurrir de las estaciones y la vida rural. Las copas, repletas de hojas, generan un techo natural que ofrece sombra y frescor, mientras los tonos amarillos y verdes se combinan con pinceladas que sugieren el murmullo del viento entre el follaje. Las formas no están delimitadas con rigidez, otorgando una sensación de suavidad que recuerda la naturaleza en constante movimiento.
Las viviendas situadas en el centro del paisaje parecen casi escondidas voluntariamente, como si buscaran protección entre el abrazo de los árboles. Sus paredes en tonos cálidos y sus tejados rojizos contrastan delicadamente con la vegetación, sugiriendo que fueron construidas respetando el entorno, integrándose en él como parte del paisaje. Pueden imaginarse aquí familias viviendo en calma, alejadas del ruido urbano, despertando cada día con el canto de los pájaros y el aroma a tierra húmeda. Son casas que inspiran cobijo, arraigo y la belleza de lo sencillo.
El cielo, apenas visible entre las copas del bosque, regala pequeños fragmentos de azul que intensifican la sensación de profundidad. La luz que se cuela desde lo alto parece anunciar una mañana clara, fresca y luminosa, como si el día recién comenzara y el aire estuviera todavía impregnado de ese frescor matinal que limpia y renueva. El paisaje invita no solo a ser contemplado, sino también a ser escuchado, respirado y sentido: el murmullo del viento, el canto de los insectos, el crujir de hojas al paso.
En conjunto, este cuadro transmite paz, armonía y una profunda conexión con la naturaleza. Es una ventana a un mundo donde el tiempo fluye despacio, donde las raíces y las ramas conviven en equilibrio con la sencillez de la vida rural. Una obra que nos recuerda la belleza de los lugares apartados, donde el ser humano vive acompañado por los susurros del bosque, protegido bajo su abrazo verde, en una escena llena de calma, luz y vida.

