En la Eurozona todos
manejamos cada día billetes de euro. Mientras todo el mundo conoce de memoria los colores de las diferentes
denominaciones, muy pocas personas se fijan realmente en los detalles de estos ejemplares
de papel moneda. Saca todos los billetes de tu cartera, vacía la hucha y
extiéndelos sobre la cama y observemos detenidamente los billetes de euro.
Arquitectura
inventada
Los billetes de euro
tienen diferentes tamaños y colores, pero todos tienen una misma temática:
arquitectura europea de diferentes periodos. El frente (o anverso) muestra una
ventana o un arco, y en la parte trasera (reverso) hay un puente. Por encima de
todo, el diseñador austriaco Robert Kaline los hizo reconocibles con la bandera
europea, las siglas del Banco Central Europeo, doce estrellas y el mapa de
Europa.
Si miras de cerca
los puentes del reverso de los billetes, ¿te suenan de algo? ¿Has visto esos
puentes alguna vez? Lo más probable es que la respuesta sea no. Todas las
imágenes de puentes son ficticias, para que no se pelearan los miembros de la
Eurozona por el patrimonio que mostrar en los billetes. A Kaline se le ocurrió
como solución representar todos los diferentes periodos arquitectónicos, desde
al clásico al moderno, pasando por el renacentista, sin hacer referencia a
obras concretas. Los puentes simplemente no existen, o, por lo menos, no existían
hasta hace unos pocos años.
Dando
vida a la imaginación
En el municipio de
Spijkenisse, cerca de Rotterdam, en los Países Bajos, al artista Robin Stamp se
le ocurrió en 2011 la idea de darle vida a los famosos diseños de los billetes
de euro. Y así sucedió. Los llamados europuentes forman parte ahora de uno de
los barrios de Spijkenisse que está rodeado por un canal, accesible por todos
los lados. Los siete puentes son recreaciones precisas de las imágenes de los
euros. También se copiaron los colores de los puentes, pero la escala y la
ingeniería se interpretaron de una manera algo más libre; cada puente se redujo
para funcionar como paso peatonal.
Fuente: Reddit.com
El proyecto
demuestra cómo la arquitectura no solo puede ser funcional, sino también
divertida y audaz al mismo tiempo. Los puentes se ven impresionantes con sus
vivos colores, su aspecto posmoderno y sus referencias a la historia. Todo lo
imaginable puede hacerse realidad, y solamente el canal era un límite en este
caso. Siendo así, haz una excursión, toma un bus o un avión para llegar a Spijkenisse
y pasea por los famosos europuentes. Es realmente cierto que las mejores cosas
de la vida son gratis. Y si no, paga con el dinero imagines.