Escrito por Trevor Boyd | 14 de septiembre de 2018
A veces los tesoros caen literalmente del cielo, como demuestra el fantástico hallazgo de esta semana: un meteorito condrita carbonácea tipo CR2 extraordinariamente grande. Forma parte de la subasta de meteoritos exclusivos de esta semana (14-23 de septiembre). Nuestro experto en historia natural, Trevor Boyd, explica qué hace que este meteorito sea un tesoro por el que vale la pena luchar.
Los meteoritos son valiosos por dos motivos: por su rareza y por su importancia para la ciencia. ¡Este ejemplar tiene las dos cosas!
Escasez
Los meteoritos condritas carbonáceas tipo CR2 son algunos de los menos habituales. Están muy buscados por los coleccionistas de meteoritos, y la mayoría de los ejemplares que se ofrecen en venta normalmente pesan solamente unos cuantos gramos. Estamos encantados de ofrecer este magnífico ejemplar que pesa unos buenos ¡712 gramos! ¡Es algo que hace que sea único y muy deseable!
Valor científico
Las condritas carbonáceas están entre los materiales más antiguos del sistema solar, con una antigüedad estimada de más de 4,5 millones de años. Se clasifican en función de su composición y petrografía (composición mineralógica). Pueden contener un rango muy diverso de compuestos orgánicos, incluidos aminoácidos, los cuales los científicos creen que son importantes precursores para la aparición de vida en el universo). En es caso de este tipo CR, C hace referencia a Carbonácea, y R se refiere a meteorito Renazzo de Italia.
El meteorito condrita carbonácea tipo CR2 estará a subasta hasta el 23 de septiembre de 2018
Origen
Es posible encontrar meteoritos en varios lugares del planeta, especialmente en regiones desérticas calurosas y secas, pues tal ambiente implica que se conserven fácilmente y que sea más fácil encontrarlos que en zonas con una vegetación muy densa. Este meteorito se encontró en el desierto del Sáhara, fuente de muchos buenos meteoritos. Un comerciante marroquí lo adquirió a finales de los años 90 y se vendió en la Feria de Minerales de Barcelona a comienzos del nuevo siglo. Fue vendido como condrita normal, pero el comprador sintió que tenía algo especial, y de hecho así era.
Autenticidad
El comprador, Gabriel, era de Alicante y se encontraba entre los primeros coleccionistas de meteoritos de España. Sostenía que este meteorito era una condrita carbonácea, y Adrián Contreras Gómez, un antiguo coleccionista y vendedor de meteoritos español, le ayudó con los análisis necesarios para confirmar su teoría. Llevó una muestra a la Universidad de Barcelona para que la analizara el prestigioso Jordi Llorca, quien confirmó en 2017 que se trataba en realidad de un auténtico tipo CR2. Adrián ofrece ahora a subasta este fantástico artículo.
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Puedes pujar por este singular hallazgo en nuestra subasta de meteoritos exclusivos del 14 al 23 de septiembre de 2018.
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