Escrito por Jan-Bart Broertjes | 27 de junio 2019
Fiat está a punto de celebrar 120 años de innovador diseño de coches y hacemos un viaje atrás en el tiempo para explorar uno de los diseños más inusuales de la empresa. La mayoría de nosotros conoce a Fiat por los coches tan pequeñitos y adorables que fabrica, pero en 1910 Fiat despertó la Bestia de Turín. ¿Te interesa saber más? Se lo pasamos a nuestro experto en coches clásicos: Jan-Bart Broertjes.
Creando el ‘Ratoncito’
En 1936 Fiat presentó su primer coche pequeño. Diseñado por Dante Giacosa, fue un vehículo verdaderamente moderno para su día y se convirtió en un gran éxito. Al público le encantó tanto el coche, que pronto lo apodaron Topolino (Ratoncito o Mickey Mouse).
La producción siguió tras la guerra y se construyeron fábricas en muchos países. Estos pequeños Fiat jugaron un importante papel en la motorización de las masas. No obstante, el Topolino se iba quedando anticuado, de modo que a Giacosa se le ocurrió un brillante diseño nuevo, compacto y económico; el 600 de motor trasero que fue seguido dos años más tarde en 1957 por el aún más compacto Nuova 500.
Este nuevo 500 se fabricó con muchas apariencias hasta los setenta y la producción total fue de unos impresionantes ¡3,8 millones de unidades! Estos pequeños Fiat se veían increíblemente adorables y era una verdadera gozada conducirlos. Es por ello que nunca han perdido su popularidad y son, de hecho, ¡el coche de coleccionista más vendido en Catawiki! No extraña que Fiat reintrodujera el nombre 500 en 2007.
Despertando la Bestia
A comienzos del siglo XX Fiat era un conglomerado industrial de rápido crecimiento que no solamente hacía coches, sino también camiones, barcos, aviones y trenes. En aquellos días la competición no solamente se consideraba un buen instrumento de marketing, pues también era una manera importante de probar y demostrar nuevos desarrollos. Por lo tanto, Fiat optó por las carreras y consiguió rápido el éxito.
La Bestia de Turín en toda su gloria...
En 1907 el conductor de pruebas Felice Nazzarro ganó el Kaiserpreis, el Targa Florio y el Gran Premio de Francia. El coche ganador en ese momento ya iba equipado con un motor bastante grande de 16,3 litros. Puede que suene enorme para un coche, pero para un motor de avión era un tamaño bastante normal. Fiat pensó que podría irles mejor con aún más potencia y para 1911 tuvieron el S76, que entonces era conocido como ‘la Bestia de Turín’.
Su motor de 28,3 litros era tan potente que era casi imposible conducir el coche, de modo que tuvo poco éxito. El coche se desmontó tras la I Guerra Mundial, pero se redescubrió en 2003 y se restauró, volviendo a funcionar por primera vez en 2015. Después de la I GM los motores de coches de carreras se volvieron mucho más pequeños y Fiat construyó coches de Gran Premio con motores de apenas 2 litros.
Motorizando el mundo
Esos tiempos todos los coches se fabricaban artesanalmente y los de carreras eran diseñados y fabricados por los mismos ingenieros que hacían los coches para calle. Tras la I GM Fiat fue una de las primeras empresas en pasarse a la producción en masa con su modelo 501. Fiat ha jugado un papel instrumental en la motorización del mundo, exportando a todo el mundo no solamente coches, sino también fábricas y conocimientos. Muchas marcas y fábricas de coches empezaron a fabricar coches Fiat bajo licencia.
Muchos modelos de Fiat, entre ellos el Topolino, se emplearon en competiciones. Se hacían más deportivos y veloces, o bien se utilizaban sus piezas para hacer coches especiales deportivos y de carreras. Cientos de conductores, algunos de los cuales se harían muy famosos, empezaron su carrera automovilística con un pequeño Fiat. Los éxitos deportivos empezaron en las famosas carreras italianas por carretera como las Mille Miglia y Targa Florio, y pronto se extendieron a circuitos y ralis de todo el mundo.
Fiat 508 S Balilla Sport Coppa ORO 1934, antiguo coche de carreras en el rali Mille Miglia de 2018
Fiat (actualmente Fiat Chrysler Automobiles) es aún un conglomerado automotriz enorme. Puede que no veas un Fiat compitiendo en carreras de Grandes Premios en estos días, pero se debe a que tanto Ferrari como Alfa Romeo son parte de FCA y representan al grupo en los niveles superiores de las competiciones automovilísticas. La propia Fiat sigue teniendo presencia en deportes mediante la subsidiaria Abarth. Abarth se volvió legendaria al hacer coches de carreras muy rápidos a partir de los pequeños Fiat 500 y 600 en los años 1960.
Fiat ha fabricado tantos coches geniales y ha constituido la base de tantos otros (todos los carroceros italianos famosos empezaron con un Fiat), que tener un Fiat clásico es realmente como tener un pedazo de la historia de la automoción. Algunos Fiat clásicos no tienen precio, como el Otto Vu, pero la mayoría, como el 500, son muy asequibles. Tanto si buscas un coche deportivo clásico, una berlina, un coche urbano, un familiar, un GT o algo muy personal con una carrocería especial, hay un Fiat para ti. Y todos ellos ofrecen la estupenda experiencia de conducción italiana de ‘dolce vita’.
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