Escrito por Beulah | 22 de enero de 2020
En la Barcelona de mediados del siglo XIX un adolescente pobre que repartía periódicos soñaba con montar su propia casa editorial. Y eso es exactamente lo que hizo. José Espasa Anguera publicaría lo que, durante un tiempo, se convertiría en el recurso académico más importante del mundo: la Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana. Le hemos pedido al experto en libros Ángel Marzoa García que nos cuente más sobre el proyecto editorial más ambicioso de España.
Cuando José Espasa Anguera arriesgó los ahorros de toda su vida y fundó un pequeño centro de suscripciones en 1860, pocos podrían haber predicho que estaba a punto de embarcarse en uno de los compromisos más ambiciosos de la historia editorial.
Esto sucedió en una época en la que tener enciclopedias propias era cuestión de orgullo nacional para los países: la Encyclopédie Française para los franceses, la Encyclopaedia Britannica para los británicos y la Brockhaus Enzyklopädie para los alemanes. Las enciclopedias no eran únicamente una forma de reunir logros académicos de la humanidad para la atenta lectura de las mentes curiosas; también eran una potente fuerza para la propaganda. Aunque los editores afirmaran que eran imparciales, las enciclopedias estaban plagadas de agendas políticas y a menudo buscaban reforzar (o debilitar) el poder. Apenas sorprende que Espasa Anguera decidiera que España necesitara su propia enciclopedia.
El nacimiento de la Enciclopedia Espasa
La Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana (o la Enciclopedia Espasa para abreviar) se publicó por primera vez en 1908, y hasta 1930 se publicaron 72 volúmenes. A estos volúmenes se les añadió un apéndice de diez volúmenes (publicado entre 1930 y 1933). Luego, entre 1933 y 2003, saldrían una serie de volúmenes adicionales, índices y un atlas, elevando el número total de volúmenes Espasa hasta 118. No solamente era comparable con enciclopedias rivales europeas de la época, de hecho las sobrepasó en términos de longitud y frecuencia de publicación.
Ángel nos explica más sobre el significado de laEnciclopedia Espasa más allá de sus dimensiones:
‘En España [la Enciclopedia Espasa] se convirtió en un “objeto de deseo” para cualquier familia o profesional que quisiera reconocimiento. Era un símbolo de estatus social, incluso teniendo que comprarla a plazos con letras. Era muy normal que en cualquier discusión familiar o profesional se acabara consultando la enciclopedia para resolver discusiones culturales; “si no está en La Espasa, no existe”. Y todas las bibliotecas del mundo hispanohablante se enorgullecían de tener por lo menos una copia de la enciclopedia más importante de España’.
El listado de autores de la Enciclopedia Espasa asciende a centenares, con 646 incluidos en 1930. Espasa insistió en que la Enciclopedia Espasa se basara en el ámbito académico contemporáneo y muchos de los que contribuyeron eran profesores, maestros, periodistas y expertos en general. ‘La Espasa logró reunir a un extraordinario elenco de expertos’, confirma Ángel. ‘Muchas estrellas del ámbito académico recibían un sueldo de la Enciclopedia Espasa. Líderes de pensamiento como José Ortega y Gasset, Eugenio d’Ors, Manuel García Morente, Santiago Ramón y Cajal y Ramón Menéndez Pidal. Incluso se contrató a Ramón Casas para hacer algunas de las ilustraciones de la Enciclopedia Espasa’.
Aunque un artículo reciente en La Razón pone énfasis en que la Enciclopedia Espasa no fue únicamente del dominio de las élites académicas, pues también se consultó a figuras de las artes gráficas, el comercio, la industria e incluso a un agricultor a la hora de compilar la enciclopedia.
Durante un tiempo la Enciclopedia Espasa supuso el mayor recurso académico del mundo
La primera enciclopedia hispana
La Enciclopedia Espasa fue la primera enciclopedia de España y también la más grande y larga y, a diferencia de otras editoriales, Espasa no abasteció únicamente a su mercado interior. La Enciclopedia Espasa también contaba con gran cantidad de información sobre Sudamérica e incluyó a colaboradores de una amplia variedad de países hispanohablantes. De hecho, sin su enfoque sudamericano, la Enciclopedia Espasa quizá no se hubiera publicado nunca.
‘La fundación de la Sociedad Anónima Espasa-Calpe fue una aventura conjunta para Espasa y el editor madrileño Nicolás María de Urgoiti’, explica Ángel. ‘Espasa tenía un gran proyecto en sus manos, pero unos fondos limitados. De Urgoiti únicamente publicaba literatura a través de su editorial, Editorial Calpe, pero quería llegar a nuevos públicos. El hecho de que Calpe tuviera oficinas en Argentina también satisfacía el deseo de Espasa de llegar al mercado sudamericano’.
Esto resultó ser la salvación de la enciclopedia durante la Guerra Civil española. La colectivización de bienes en Madrid hizo que la producción de Espasa-Calpe se detuviera. Los editores establecieron presencia en Buenos Aires y fue relativamente sencillo reubicar su sede central, y Espasa-Calpe Argentina S.A. se fundó rápidamente. No únicamente pudo continuar la Enciclopedia Espasa, sino que mantuvo su misión editorial de reunir la selección de conocimientos más amplia posible.
Enciclopedias impresas en un mundo online
No obstante, en los tiempos modernos, a la Enciclopedia Espasa no le ha ido tan bien. Las enciclopedias online como la Wikipedia han monopolizado a los lectores de la Enciclopedia Espasa, aunque su logro de haber sido la enciclopedia impresa más larga permanece intacto. Actualmente, el valor de la Enciclopedia Espasa reside principalmente en los ojos de su propietario. ‘Tengo el diccionario enciclopédico abreviado Espasa-Calpe en mi colección’, nos dice Ángel. ‘Tiene un valor monetario relativamente bajo, pero no me he deshecho de él porque mi corazón de coleccionista nunca me deja’.
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