Escrito por Mia Forbes | Publicado el 22 de octubre de 2021 | Actualizado el 13 de abril de 2022
Desde los Rolex hasta los Patek Philippe, los relojes de lujo representan la cúspide de la complejidad del lujo y el arte. La sofisticación de sus mecanismos horológicos y sus exteriores elaborados por expertos significan que sirven tanto de herramienta como de accesorio. La consultora de lujo y antigüedades Mia Forbes y el experto en relojes Berry Harleman explican por qué y cómo los relojes de pulsera vintage conservan su valor (y a menudo lo ven aumentar) después de años de uso.
¿Cuándo se convirtieron los relojes de pulsera en un artículo de lujo?
Esta pregunta en realidad debería plantearse al revés, pues la habilidad y la tecnología empleadas para fabricar relojes implican que empezaron como artículos que únicamente podían pagar los ricos. El primer reloj de pulsera lo hizo Breguet para la reina de Nápoles en 1810, aunque la invención a menudo se atribuye a Patek Philippe, por un reloj que creó en 1868 para una condesa húngara.
Con la Revolución Industrial del siglo XIX, los relojes empezarían más tarde a fabricarse en masa y, por lo tanto, a estar disponibles para una amplia parte de la sociedad, especialmente la recientemente aparecida clase media. A finales del siglo XIX y en el XX la industria relojera se expandió hasta que finalmente se pudieron encontrar relojes que se adaptaran a las necesidades y el presupuesto de casi toda la gente.
No obstante, en el siglo XXI, ‘el tiempo’ se ha vuelto tan omnipresente —en teléfonos móviles, televisores, electrodomésticos de cocina—, que los relojes de pulsera han empezado a volver a su posición de artículo de lujo. Con cualquier función que un reloj pueda realizar ahora disponible en el móvil, los relojes podrían haberse quedado obsoletos. Y, sin embargo, esencialmente mediante la transición de artículo funcional a símbolo de estatus, los relojeros de lujo han afianzado la longevidad y la deseabilidad de sus relojes.
Un grabado que muestra la gran cantidad de trabajo que históricamente se ha dedicado a la creación de mecanismos relojeros.
El comercio de los relojes vintage
La industria de los relojes de pulsera vintage empezó en los años 1970, cuando la gente comenzó a codiciar los diseños de las décadas anteriores frente a los relojes nuevos, o a mirar las piezas de segunda mano como una forma de tener un artículo de lujo a un precio más asequible. Los comerciantes de relojes de pulsera vintage atendieron esta demanda, principalmente en tiendas especializadas o en casas de subastas.
Desde entonces, el comercio se ha disparado, con un auge particular en las décadas de 2000 y 2010. Con un acceso a internet las 24 horas, cualquiera puede descubrir rápidamente el valor de mercado de un reloj de pulsera vintage, e incluso comprar uno con un solo clic en un botón. Además, plataformas como Catawiki, distribuidores online e Instagram han empezado a ofrecer una alternativa más fácilmente accesible para los comerciantes tradicionales que, sin embargo, aún dominan el mercado y, de hecho, representan entre 300 y 350 millones de dólares en un sector con un valor de 2 mil millones de dólares.
¿Qué factores contribuyen al valor de un reloj de pulsera vintage?
Hay muchos motivos por los que la gente desea relojes vintage en vez de modelos nuevos: nostalgia, diseño emblemático, historias interesantes y, para los coleccionistas entusiastas, la emoción de ‘cazar’ un reloj particularmente raro.
‘Como experto califico los relojes primero por su autenticidad’, cuenta Berry Harleman. ‘Luego miro en qué estado se encuentra el reloj y a partir de ahí puedo hacer una estimación de su valor. Hay numerosos factores que contribuyen al valor de un reloj de pulsera vintage en el mercado’.
La marca y el modelo juegan un papel importantísimo. Aunque el mercado de los relojes de pulsera vintage cambia como todos los demás, hay ciertas marcas que son perennemente deseables, concretamente Rolex y Patek Philippe, y dentro de ellas, hay modelos específicos por los que los coleccionistas se vuelven locos, como el Rolex Daytona. La rareza también es un factor importante, pues los relojes menos comunes generalmente alcanzan precios más altos. En consecuencia, los relojes más antiguos y, por lo tanto, generalmente más inusuales, suelen tener un valor elevado, lo que significa que la antigüedad también es un aspecto importante a considerar.
El estado es algo complejo, ya que un reloj vintage prístino es, sin duda, algo para admirar, pero también el aspecto desgastado y usado de los relojes de lujo de segunda mano tiene su atractivo. Si cuenta con el estuche y los documentos originales, cualquier reloj tendrá más valor, pues es una señal de autenticidad y una fuente de información adicional sobre su historia. Por último, las ‘características adicionales’, como una historia de fondo interesante, un propietario famoso, una característica única o una esfera con inscripción, pueden transformar un reloj antiguo convencional en una obra maestra vintage.
Nada se venderá mejor que un ejemplar perfectamente conservado de un modelo inusual y codiciado de un relojero de lujo
¿Cuáles son algunos de los relojes de pulsera vintage más valiosos?
Sin duda, los líderes en el mercado de los relojes vintage siguen siendo una pequeña selección de grandes marcas, concretamente Rolex, Patek Philippe, Tudor, Cartier y TAG Heuer. Su atractivo para los coleccionistas radica en su reputación de calidad consolidada desde hace mucho tiempo, el lujo que simbolizan y la garantía de un buen valor de reventa.
Estas cualidades están perfectamente encarnadas por el reloj de pulsera vintage más caro jamás vendido: el Patek Philippe Henry Graves Supercomplication, con un precio de adjudicación de 23,98 millones de dólares. El reloj era propiedad de un personaje icónico, estaba hecho con los materiales más selectos, y contaba con 24 ‘complicaciones’ o funciones, controladas por los minuciosos mecanismos internos fruto de los casi dos siglos de experiencia de Philippe.
El Henry Graves Jn. Supercomplication representa todo aquello que hace que los relojes de pulsera vintage sean valiosos
En cuanto a materiales de primera calidad, maestría técnica y una reputación impecable, lo mismo ocurre con muchas empresas de relojes de lujo, pero Rolex en particular destaca como uno de los creadores más valiosos de relojes de pulsera vintage. Esto se debe en parte a la rareza de sus piezas más populares, con una demanda que supera a la oferta, y también se debe a su durabilidad y naturaleza especialmente diseñada. Casi todos los modelos son resistentes al agua, y el Rolex Explorer puede resistir en los entornos más hostiles, lo que significa que estos relojes son tanto una herramienta como un accesorio.
¿Hay algo importante que se tenga que saber sobre la compra de un reloj de pulsera vintage?
Hay algunas cosas que hay que saber antes de comprar un reloj de pulsera vintage. Los modelos más antiguos requieren un mantenimiento cuidadoso y nunca son tan precisos como los nuevos, por lo que hay que asegurarse de que esto se ajuste a nuestras prioridades al elegir entre vintage y nuevo. Si se tiene que reparar, también es importante tener en cuenta que algunas piezas pueden ya no estar disponibles, especialmente en el caso de los relojes más antiguos.
Es esencial evitar las numerosas falsificaciones que se han colado en el mercado recurriendo a un distribuidor o plataforma con buena reputación y obteniendo toda la información disponible sobre un modelo antes de comprarlo. Esto incluye averiguar sus números de serie, procedencia, ver documentos originales y compararlos con los de ejemplares auténticos confirmados que se hayan vendido recientemente. Si un precio parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente así sea.
En las últimas décadas el mercado online ha desafiado el dominio de las tiendas de relojes vintage.
En los últimos años, investigar esto se ha vuelto más sencillo porque esta información y otros ejemplos están disponibles para que los coleccionistas los empleen en su búsqueda del reloj de pulsera vintage perfecto.
¿Y qué hay del mantenimiento y cuidados?
Por supuesto, los relojes de pulsera están hechos para llevarlos, y los modelos Rolex más resistentes, de hecho, están diseñados para un uso en todo tipo de entornos, así que no hace falta que conserves tu ejemplar vintage guardado en una caja protegido de la luz y del aire. No obstante, hay que cerciorarse de cuidarlo bien. Acudir a un técnico de mantenimiento y reparación registrado u oficial siempre es una buena idea, haciendo revisiones periódicas más o menosuna vez cada tres a cinco años.
Hay que tener cuidado con las reparaciones. Algo que al principio parece ser un defecto, como una esfera irregular o descolorida, en realidad podría ser una aspecto positivo si alguna vez quieres vender tu reloj. El experimentado especialista en relojes Eric Wind tiene algunas reglas para mantener un reloj vintage en un estado lo más valioso posible: cambiar lo menos posible; asegurarse de que las alteraciones sean reversibles; divertirse con las correas. Aconseja esto último como la manera más fácil y fiable de personalizar un reloj sin comprometer su valor de forma permanente.
Un reloj destacado
Las mejores piezas suelen ser aquellas con una historia realmente singular e interesante detrás. Uno de los mejores relojes tiene que ser el 'Exotic' de 1968 de Paul Newman que fue consignado a Phillips por James Cox. Cox recibió el reloj del actor y piloto de carreras Newman después de que lo ayudara a construir una casita en un árbol durante sus vacaciones de verano.
Atesoró el reloj durante décadas sin percatarse de su valor, hasta que habló con un comerciante después de la confusión al ver que todo el mundo parecía conocer su reloj como un ‘Newman Daytona’ —¡no tenía ni idea de que el modelo que le había dado Newman se había convertido en sinónimo del icono americano!. La historia tiene un final feliz para Cox, pues el reloj de pulsera se vendió en 2017 por más de 17 millones de dólares.
El tercer reloj más caro que se ha vendido en una subasta cuenta con una encantadora historia de fondo
Sobre la autora
Mia es una consultora de lujo y antigüedades y escritora colaboradora de Londres, Inglaterra. Tiene una licenciatura en Filología Clásica de la Universidad de Cambridge. Tanto en el trabajo como en casa, Mia se rodea de libros y disfruta escribiendo sobre grandes obras.
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