Este adorno arquitectónico del barroco español, datado finales del siglo XIX, es una muestra exquisita del dramatismo ornamental propio de ese periodo. Tallado en madera, probablemente de pino o nogal, su superficie habría estado originalmente recubierta con estuco dorado, lo que le confería un brillo cálido y solemne, ideal para interiores religiosos o palaciegos. El diseño está dominado por una composición simétrica, con un arco central apuntado que enmarca un motivo floral, flanqueado por rosetones y volutas que se despliegan con energía hacia los extremos. Los detalles de hojas secas talladas, típicos del barroco tardío, aportan una sensación de movimiento y decadencia elegante, evocando el paso del tiempo y la belleza efímera. Los extremos del adorno están rematados por elementos que recuerdan pequeñas columnas o pilastras, mientras que los laterales presentan curvas y contracurvas que refuerzan la teatralidad del conjunto. Este tipo de pieza habría formado parte de un retablo, un friso decorativo o incluso un mobiliario litúrgico, y su función era tanto estética como simbólica: elevar la mirada, enmarcar lo sagrado y envolver el espacio con una riqueza visual abrumadora. Es un testimonio de la habilidad artesanal de la época, donde cada talla era una declaración de fe, poder y belleza. Envío certificado y buen embalaje.