Pictura subastas presenta esta magnífica obra de arte de la escuela mallorquina del siglo XX en la que se ve representado un precioso golfo con barcas. Se ve una cualidad pictórica muy destacable en la obra. · Las medidas de esta obra con marco son: 94x75x5 cm. · Las medidas de esta obra sin marco son: 72x53 cm. · Se trata de un óleo sobre tela firmado por el pintor en el margen inferior derecho, Reig. · Esta pieza se encuentra en excelente estado. La obra se vende con precioso marco dorado (incluido en la subasta como regalo). Procede de una colección privada de Girona. El cuadro será perfectamente embalado por un profesional de IVEX y enviado por Correos o GLS con su código de seguimiento único. Envíos a todo el mundo. ------------------------------------------------------------------ Este cuadro es un hermoso paisaje costero vibrante y colorido. En primer plano, la arena está marcada con pinceladas dinámicas que destacan la presencia de cuatro barcas, cada una con su propio nombre y colores distintivos: blanco, azul, verde y rojo. Las barcas parecen estar amarradas en la arena, listas para zarpar, lo que añade un sentido de movimiento y actividad al escenario. Detrás de las barcas, el mar se muestra en todo su esplendor, con un tono azul vibrante que refleja la luz del sol. En el agua, se pueden ver dos veleros anclados, con sus velas blancas ondeando al viento, lo que sugiere una atmósfera de calma y navegación. Más allá del mar, se extiende la bahía de un pueblo, donde se vislumbran algunas casas blancas con techos rojizos típicos de la arquitectura costera mediterránea. Estas casas están ubicadas al pie de una alta montaña, que se eleva majestuosamente en el fondo del paisaje. La montaña se extiende hacia la derecha, formando un golfo que se abre hacia el mar infinito, creando una sensación de amplitud y vastedad. La combinación de elementos como las barcas en primer plano, el mar animado con veleros y el paisaje costero con casas blancas y montañas al fondo, evoca una escena marina auténtica y pintoresca. La paleta de colores brillantes y la composición que guía la vista desde el primer plano hacia el horizonte le dan al cuadro una sensación de profundidad y movimiento, invitando al espectador a sumergirse en la belleza y la serenidad del paisaje marino.