Javier Torregassa (1954) - La tranquilidad del mar - NO RESERVE

Pictura subastas presenta esta magnífica obra de arte de Javier Torregassa en la que se ve representado una preciosa marina. Se ve una cualidad pictórica muy destacable en la obra. Obra muy exclusiva del pintor.

· Las medidas de esta obra con marco son: 55x64x3 cm.
· Las medidas de esta obra sin marco son: 45x54 cm.
· Se trata de un óleo sobre tabla firmado por el pintor en el margen inferior izquierdo, Torregassa.
· Esta pieza se encuentra en excelente estado.

La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).

Procede de una colección privada de Girona.

El cuadro será perfectamente embalado por un profesional de IVEX y enviado por Correos o GLS con su código de seguimiento único. Envíos a todo el mundo.

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Este cuadro de Javier Torregassa presenta una escena marítima serena y evocadora durante el atardecer. En primer plano, se encuentra una barca blanca con el fondo verde, varada en la orilla de una playa. La barca, que parece estar en desuso temporal, está amarrada con una cuerda roja que se extiende hacia la izquierda, anclándola firmemente en la arena húmeda.
El mar, tranquilo y vasto, refleja los colores del cielo en sus aguas. Las olas son suaves y apenas perceptibles, lamiendo delicadamente la orilla. La superficie del agua está pintada en tonos de azul y verde, con toques de reflejos dorados y rosados que capturan la luz del sol poniente.
El cielo es el elemento más destacado de la composición, con un despliegue de colores que van desde el azul pálido hasta el amarillo brillante y el rosa suave, indicando el momento del día en que el sol está descendiendo hacia el horizonte. El sol, medio oculto por una línea de nubes bajas y oscuras, emite un resplandor cálido que se difumina en el cielo, creando una atmósfera de paz y contemplación.
El reflejo del sol en el agua se extiende en una línea dorada y luminosa que atraviesa el mar, añadiendo un punto focal brillante a la escena. La combinación de los colores suaves y cálidos del atardecer con los tonos más fríos del agua y el cielo proporciona un equilibrio visual que es tanto relajante como estéticamente agradable.
En conjunto, el cuadro transmite una sensación de calma y quietud, capturando un momento efímero pero profundamente hermoso en la costa. La atención al detalle y la elección de colores crean una composición armoniosa que invita al espectador a detenerse y apreciar la serenidad de la naturaleza.