Historia

El piloto negro que hizo historia en la NASCAR

Escrito por Tom | 22 de octubre de 2020


En 1963 Wendell Scott se convirtió en el primer afroamericano en ganar una carrera de la NASCAR de la categoría superior. Aunque nunca recibiera su trofeo oficial —un incidente aún en el turbio pasado de la NASCAR—, la victoria de Scott sigue siendo un momento decisivo para el deporte que hoy sigue lidiando con acusaciones de racismo y segregación. Como parte de nuestro reconocimiento en el Mes de la Historia Negra, nos sumergimos en el mundo de los coches clásicos y analizamos el duradero impacto para mejor que tuvo este piloto en los deportes de motor.


Era el 1 de diciembre de 1963 cuando Wendell Scott llegó a Speedway Park en Jacksonville, Florida. Llevaba dos años compitiendo en la máxima categoría de la NASCAR, incluso logrando la mayor cantidad de puntos para un corredor debutante en la temporada 1961 (aunque lo pasaron por alto para el premio al mejor piloto debutante). Si bien sobre el papel fue una carrera más en la serie Grand National, los Estados Unidos se encontraban procesando un hecho traumático: algo más de una semana antes, el 22 de noviembre, el presidente John F. Kennedy había sido asesinado. 


Se estaba escribiendo la historia de los Estados Unidos, y cuando Wendell Scott entró en la pista, estaba a punto de añadir otra página a la historia. Llegó en primer lugar, ganando por dos vueltas, convirtiéndose así en el primer piloto negro en ganar una carrera de la NASCAR. O al menos eso pensaba. A pesar de que Scott terminó en primera posición, se anunció como vencedor a Buck Baker, que en realidad había terminado subcampeón. Entonces, ¿por qué Scott no fue galardonado con el título? 



Wendell Scott ganó la carrera, pero el primer puesto se adjudicó en ese momento a Buck Baker, el subcampeón.

Contexto de derechos civiles


No era ningún secreto que las carreras de la NASCAR, un deporte particularmente prominente en los estados del sur de los Estados Unidos, tenía un problema racial. Los pilotos eran blancos, en la organización eran blancos y los aficionados eran, en su mayor parte, blancos. De hecho, la bandera confederada, que tiene asociaciones con el racismo y la esclavitud, se veía a menudo en las carreras, y las multitudes en la NASCAR estaban segregadas racialmente. Nada de esto hacía que hubiera una atmósfera de respaldo para un aspirante a piloto negro. 


Sin embargo, el año en el que Scott ganó fue significativo por los cambios más generales que hubo en Estados Unidos. Más allá del asesinato de JFK, fue un año trascendental para los derechos civiles. Martin Luther King entregó su carta abierta, ‘Letter from a Birmingham Jail’ (Carta desde la cárcel de Birmingham), que describía el deber de los hombres de luchar y derribar leyes injustas en vez de esperar a que se produjera el cambio milagrosamente, y dio su histórico discurso ‘I Have a Dream’ (Tengo un sueño) en la Marcha de Washington. Estos momentos pronosticarían un cambio en Estados Unidos y explican por qué la inclusión de Scott en la NASCAR era importante por algo más que por cuestiones competitivas. 


Puesta en marcha


Acceder a este deporte no fue fácil, pero la reputación de Scott en su ciudad natal de Danville, Virginia, una de las pistas de los circuitos regionales de la NASCAR, le ayudó, como también su pasado. Antes de entrar en las carreras de la NASCAR, Scott había trabajado como mecánico y anteriormente sirvió en el ejército. Posteriormente abrió su propio taller de reparación de coches mientras trabajaba como distribuidor ilegal de whisky moonshine. 


La NASCAR y el moonshine tenían ya entonces una larga historia, con los orígenes de las carreras de stock cars ligadas al contrabando de la época de la ley seca, cuando los contrabandistas empleaban coches rápidos y modificados para escapar de los agentes federales. Incluso cuando se puso fin a la ley seca, el moonshine seguía siendo popular, particularmente en los condados secos de los estados sureños. Aún estaban muy demandados los distribuidores con coches veloces, y los productores de moonshine procuraban evitar los impuestos federales sobre el alcohol contratando a conductores con coches rápidos que pudieran evitar ser pillados. 



Scott construyó su reputación mientras hacía contrabando para vendedores de whisky moonshine

En tanto que piloto entusiasta al que no se le permitía participar oficialmente en la NASCAR por ser negro, el contrabando de moonshine fue una manera de ponerse al volante. No obstante, su sigilo y velocidad conllevaron que se convirtiera rápido en una figura muy conocida en la comunidad. 


Mientras Scott se construía su reputación y acudía a carreras de stock cars viéndolas desde las gradas segregadas, la NASCAR trataba de encontrar formas de llevar a su circuito de Danville a multitudes más amplias. Los promotores, interesados en generar un poco de intriga, recurrieron a Scott. Su plan era dejar que un hombre afroamericano pilotara, algo concebido como estrategia de marketing. En 1952 Scott se convirtió en el primer piloto negro contratado por la asociación deportiva y rápidamente demostró ser un corredor sin parangón. 


Compitiendo contra los prejuicios


La habilidad y el éxito de Scott en una serie de carreras lo llevaron a conseguir su licencia para competir en 1953. Pero aún tenía que hacer frente a la oposición de los agentes que lo vetaban por ser negro. 

Mientras se apresuraba por mostrar sus conocimientos magistrales de mecánica y su conducción en pista, fuera de ella tuvo que desarrollar una coraza frente a las fuertes críticas dirigidas hacia él. En su carrera de debut, la multitud le lanzó insultos, y a veces objetos. Incluso era conocido por llevar una pistola debajo de su asiento delantero, ya que muchos pilotos amenazaban con destrozarlos a él y a su coche tanto dentro como fuera de la pista. Tal como Patrick Jennings de la BBC escribe en su perfil sobre Scott y su legado, Scott se enfrentó a obstáculos que otros pilotos no tenían por el color de su piel:


en otra carrera cortaron los neumáticos de Scott antes de llegar a la parrilla de salida. En otra le tiraron un petardo a su hijo Wendell Jr, que resultó herido. Recibió amenazas de muerte. En Birmingham, Alabama, se le aconsejó discretamente que huyera rápido porque iba a llegar una turba violenta. Un circuito, en Darlington, Carolina del Sur, se negó cada año a dejarlo competir.



Scott perteneció a la Black American Racers Association (Asociación de pilotos americanos negros), que contribuyó a apoyar a personas negras en el sector de las carreras. Wikimedia Commons.


Este mismo circuito en Darlington logró excluirlo incluso después de la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964, alegando que su vehículo se tenía que someter a inspecciones técnicas de última hora, lo que finalmente le obligó a abandonar la participación. 


Un legado profesional


Y sin embargo, a lo largo de los años 60, la obstinada determinación de Scott le valió una base de seguidores que lo adoraban. Los espectadores estaban familiarizados con la atmósfera social de la NASCAR y entendían lo que eso implicaba para un piloto negro. El talento y la perseverancia de Scott hicieron que se ganara un lugar en el corazón de los fans. 


No obstante, los seguidores no eran necesariamente el único apoyo que Scott necesitaba. Los patrocinadores, generalmente grandes marcas y empresas, eran y siguen siendo una parte integral de la NASCAR, proporcionando a los corredores recursos y fondos para entrenar y competir. Sin embargo, la mayoría de los patrocinadores se negaron a apoyar a Scott, probablemente temerosos de lo que percibían como posibles consecuencias de tener un portavoz negro para su marca. Scott estaba en desventaja. 


Warrick Scott, nieto de Wendell Scott, dice que la historia de su abuelo únicamente se volvió más triste. El punto de inflexión fue la carrera de 1973 en Alabama. El coche por el que había hipotecado su casa quedó destrozado en una colisión, mientras que él sufrió heridas graves. Scott competiría una vez más esa temporada, que también sería la última. 



Ha sido únicamente tras su muerte cuando Scott ha sido verdaderamente reconocido por sus logros.

13 años más tarde Scott murió de cáncer de columna vertebral.  A título póstumo finalmente recibió el reconocimiento que había merecido durante tanto tiempo. Por su historial de conducción, compitiendo en casi 500 carreras con 147 clasificaciones entre los diez mejores, y por perseverar frente a la discriminación, fue incluido en el Salón de la Fama de la NASCAR en 2015.


En casi 50 años desde esa carrera de 1973, la familia Scott aún no ha visto el trofeo físico erróneamente otorgado a Buck Baker. Si bien se creó una reproducción del trofeo en 2010, el original nunca se ha encontrado. La búsqueda sigue, pero el legado de Wendell Scott no se definirá por el momento en que llegó primero. Más bien será recordado por la primera vez que puso el pie en el pedal y cambió para siempre un deporte. 


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