Esta caja de relojes Omega, elaborada en plata 925 en Suiza a mediados del siglo XX, es una pieza de colección excepcional tanto por su rareza como por su refinamiento. Su diseño sobrio y elegante, con superficie texturizada y líneas limpias, refleja el espíritu de la alta relojería suiza y el cuidado artesanal propio de la marca. En los laterales se aprecian las marcas de orfebrería grabadas, que certifican su autenticidad y calidad del metal precioso. El emblema de Omega, discretamente presente, añade valor simbólico y estético, consolidando su carácter exclusivo. Con muy pocas unidades en circulación, esta caja no solo servía como estuche protector para relojes de lujo, sino que hoy se considera un objeto de culto entre coleccionistas y amantes de la historia del diseño. Su peso, acabado y procedencia la convierten en una muestra tangible del prestigio que Omega ha cultivado durante décadas, y en una joya silenciosa que habla del tiempo con elegancia. Envío certificado y buen embalaje.