Este carrete de dama de la corte del siglo XVIII es una obra de alta artesanía francesa, elaborada con la técnica de damasquinado en oro y plata, caracterizada por la incrustación de estos metales preciosos sobre una base de hierro. En su centro, ricamente grabado, se destaca un sol radiante con sus rayos extendiéndose en diversas direcciones, lo que añade un simbolismo de poder y realeza. En los laterales del carrete, se encuentran jarrones ceremoniales finamente detallados, que contienen follaje florido entrelazado con pájaros, simbolizando la vida y la naturaleza en su esplendor. Las dos columnas torneadas de ormolu (una aleación de bronce dorado utilizada en el arte decorativo) que enmarcan la estructura del carrete, añaden un toque de elegancia y majestuosidad. El eje central, que sostiene dos tambores, está diseñado para ser accionado por una manivela tallada en una madera preciosa, cuyo mango se adorna con una virola gallonada, es decir, con detalles estriados que realzan su belleza. En conjunto, esta obra no solo refleja la exquisita habilidad de los artesanos franceses de la época, sino también el gusto refinado de la nobleza y la aristocracia del siglo XVIII.