Este abanico del siglo XIX es una obra de arte portátil que encarna la delicadeza y el refinamiento del gusto romántico de la época. Su estructura está compuesta por varillas de hueso finamente talladas, que sirven de soporte a una decoración de nácar aplicada con precisión, creando reflejos iridiscentes que capturan la luz con elegancia. El nácar, trabajado en formas florales o geométricas, añade un toque de lujo y sofisticación al conjunto. La hoja del abanico, probablemente de seda o papel tratado, presenta una escena pintada al óleo con motivos de querubines. Estas figuras aladas, símbolo de inocencia y belleza celestial, se representan en actitudes juguetonas o contemplativas, rodeadas de cielos azules, nubes suaves y elementos naturales como flores o guirnaldas. La pintura, realizada con minuciosidad, muestra una paleta de colores suaves y armoniosos, típica del estilo romántico. Este tipo de abanico no solo cumplía una función práctica en los salones y paseos, sino que también era un objeto de estatus, expresión artística y comunicación social. Su manufactura revela el trabajo de artesanos especializados, capaces de combinar materiales nobles con técnicas pictóricas refinadas. Es una pieza que habla de elegancia, sensibilidad y del arte de vivir en una época donde cada detalle contaba. Envío certificado y buen embalaje.