Espejo de pared - Oro de 24 kt, Teca - Espejo del templo Birmees






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Espejo de templo birmano antiguo de estilo Mandalay, marco tallado en teca y recubierto por completo con hoja de oro de 24 kt; dimensiones externas 182 cm de alto, 104 cm de ancho, 9 cm de profundidad, interno 115 × 46 cm, peso 30 kg, en buen estado con ligeros signos de envejecimiento y manchas.
Descripción del vendedor
Adéntrate en el mundo encantado de la antigua Birmania con esta extremadamente rara Mandalay de principios del siglo XIX. Esta obra maestra, nacida en los talleres de la dinastía Konbaung, lleva un marco ricamente tallado a mano, completamente recubierto con oro puro de 24 quilates. Flores de loto simétricas y elegantes hojas de acanto bailan sobre la madera, inspiradas en las sagradas cajas de betel y altares de templos, símbolos de prosperidad, purificación espiritual y elegancia atemporal.
De corona puntiaguda evoca las pagodas de Mandalay, mientras que el cristal de espejo antiguo y transparente emite un suave resplandor nostálgico que duplica cada espacio con calidez y misticismo. Con una pátina sutil que susurra siglos de historias, no es un espejo común, sino una pieza única que captura luz y sombra como un vitral de templo al atardecer. Perfecto como pieza de conversación sobre una consola, en un rincón de meditación o como el corazón exótico de tu interior.
Aporta un toque de esplendor real y patrimonio birmano a tu hogar, una joya rara que transforma tu espacio de cotidiano a impresionante.
Adéntrate en el mundo encantado de la antigua Birmania con esta extremadamente rara Mandalay de principios del siglo XIX. Esta obra maestra, nacida en los talleres de la dinastía Konbaung, lleva un marco ricamente tallado a mano, completamente recubierto con oro puro de 24 quilates. Flores de loto simétricas y elegantes hojas de acanto bailan sobre la madera, inspiradas en las sagradas cajas de betel y altares de templos, símbolos de prosperidad, purificación espiritual y elegancia atemporal.
De corona puntiaguda evoca las pagodas de Mandalay, mientras que el cristal de espejo antiguo y transparente emite un suave resplandor nostálgico que duplica cada espacio con calidez y misticismo. Con una pátina sutil que susurra siglos de historias, no es un espejo común, sino una pieza única que captura luz y sombra como un vitral de templo al atardecer. Perfecto como pieza de conversación sobre una consola, en un rincón de meditación o como el corazón exótico de tu interior.
Aporta un toque de esplendor real y patrimonio birmano a tu hogar, una joya rara que transforma tu espacio de cotidiano a impresionante.
