École française (XX) - L'horizon immobile





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L'horizon immobile, óleo sobre tela de Francia, original, 1970–1980, vendida con marco.
Descripción del vendedor
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a la escuela francesa, que representa un paisaje costero silencioso y contemplativo, donde la inmensidad del mar y la presencia humana mínima evocan calma, introspección y paso del tiempo. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones con marco: 62x70x3 cm.
· Dimensiones sin marco: 46x55 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la parte inferior derecha.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación.
· La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro presenta un paisaje costero de carácter introspectivo y silencioso, donde el espacio parece suspendido en un momento de quietud profunda. El primer plano se abre con una franja de tierra irregular y texturada que avanza hacia el agua, como una orilla erosionada por el paso del tiempo y los elementos. Esta zona cercana transmite una sensación de materia viva, de superficie trabajada por el viento y la humedad, invitando al espectador a detenerse y observar con atención cada matiz.
Más allá, el mar se extiende con una presencia amplia y contenida, ocupando buena parte de la composición. Sus tonos oscuros y profundos sugieren calma, pero también una cierta gravedad, como si ocultara una fuerza latente bajo su aparente quietud. La línea del horizonte es clara y estable, separando el agua del cielo con una serenidad casi solemne. El mar no es aquí un espacio dinámico, sino un plano silencioso que refuerza el carácter meditativo de la escena.
En la distancia aparecen construcciones sencillas, apenas insinuadas, que se alinean junto a la costa. Estas formas geométricas, reducidas a volúmenes esenciales, aportan una referencia humana mínima sin romper la atmósfera de aislamiento. No dominan el paisaje, sino que parecen integrarse en él, como elementos discretos que resisten frente a la inmensidad del entorno natural. Su presencia sugiere vida, pero una vida silenciosa, casi detenida.
El cielo ocupa una parte importante del cuadro y se muestra cargado de matices suaves y apagados. Las nubes se disponen en capas amplias, creando una sensación de peso atmosférico y profundidad. No hay luz directa ni contrastes violentos, sino una iluminación difusa que envuelve toda la escena con una tonalidad melancólica. El cielo parece reflejar el estado emocional del paisaje, reforzando la sensación de recogimiento y contemplación.
La paleta cromática del conjunto se mantiene contenida y armónica, dominada por tonos fríos y terrosos que dialogan entre sí sin estridencias. Cada elemento parece encontrar su lugar exacto dentro de una composición equilibrada y silenciosa. No hay detalles superfluos ni narraciones explícitas, solo la presencia esencial del paisaje y el paso del tiempo sugerido en sus superficies y horizontes.
En conjunto, el cuadro transmite una sensación profunda de soledad serena y contemplación, mostrando un paisaje costero donde la naturaleza y las huellas humanas conviven en silencio, invitando a la reflexión y a la calma interior.
El vendedor y su historia
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a la escuela francesa, que representa un paisaje costero silencioso y contemplativo, donde la inmensidad del mar y la presencia humana mínima evocan calma, introspección y paso del tiempo. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones con marco: 62x70x3 cm.
· Dimensiones sin marco: 46x55 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la parte inferior derecha.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación.
· La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro presenta un paisaje costero de carácter introspectivo y silencioso, donde el espacio parece suspendido en un momento de quietud profunda. El primer plano se abre con una franja de tierra irregular y texturada que avanza hacia el agua, como una orilla erosionada por el paso del tiempo y los elementos. Esta zona cercana transmite una sensación de materia viva, de superficie trabajada por el viento y la humedad, invitando al espectador a detenerse y observar con atención cada matiz.
Más allá, el mar se extiende con una presencia amplia y contenida, ocupando buena parte de la composición. Sus tonos oscuros y profundos sugieren calma, pero también una cierta gravedad, como si ocultara una fuerza latente bajo su aparente quietud. La línea del horizonte es clara y estable, separando el agua del cielo con una serenidad casi solemne. El mar no es aquí un espacio dinámico, sino un plano silencioso que refuerza el carácter meditativo de la escena.
En la distancia aparecen construcciones sencillas, apenas insinuadas, que se alinean junto a la costa. Estas formas geométricas, reducidas a volúmenes esenciales, aportan una referencia humana mínima sin romper la atmósfera de aislamiento. No dominan el paisaje, sino que parecen integrarse en él, como elementos discretos que resisten frente a la inmensidad del entorno natural. Su presencia sugiere vida, pero una vida silenciosa, casi detenida.
El cielo ocupa una parte importante del cuadro y se muestra cargado de matices suaves y apagados. Las nubes se disponen en capas amplias, creando una sensación de peso atmosférico y profundidad. No hay luz directa ni contrastes violentos, sino una iluminación difusa que envuelve toda la escena con una tonalidad melancólica. El cielo parece reflejar el estado emocional del paisaje, reforzando la sensación de recogimiento y contemplación.
La paleta cromática del conjunto se mantiene contenida y armónica, dominada por tonos fríos y terrosos que dialogan entre sí sin estridencias. Cada elemento parece encontrar su lugar exacto dentro de una composición equilibrada y silenciosa. No hay detalles superfluos ni narraciones explícitas, solo la presencia esencial del paisaje y el paso del tiempo sugerido en sus superficies y horizontes.
En conjunto, el cuadro transmite una sensación profunda de soledad serena y contemplación, mostrando un paisaje costero donde la naturaleza y las huellas humanas conviven en silencio, invitando a la reflexión y a la calma interior.

