Lluís Solé (1935) - NO RESERVE - Serena ribera





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Lluís Solé (1935), 1970–1980, óleo sobre tabla, España, Título NO RESERVE - Serena ribera, Impresionismo, Original, firmado a mano, 33 × 41 cm, en excelente estado.
Descripción del vendedor
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Lluís Solé, que representa un paisaje tranquilo junto a un río, donde naturaleza, luz y serenidad se unen en una escena de armonía absoluta. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones de la obra: 33x41x1 cm.
· Óleo sobre tabla firmado a mano por el artista en la parte inferior izquierda.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación.
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro presenta un paisaje sereno y luminoso en el que la naturaleza se despliega con una armonía excepcional. En primer plano, destaca un árbol robusto cuyo tronco, lleno de texturas profundas y matices oscuros, introduce al espectador en la escena como si fuera una puerta natural hacia el resto del paisaje. Su presencia firme contrasta con la suavidad del resto de elementos, estableciendo un equilibrio visual entre fuerza y calma. Las ramas que se elevan hacia arriba y se extienden lateralmente parecen abrazar el entorno, generando una sensación de refugio y conexión con la naturaleza. Los tonos verdes que rodean el tronco revelan la vitalidad del lugar y la riqueza del entorno vegetal.
A medida que el ojo avanza hacia el centro de la composición, aparece un claro abierto que conduce a la orilla del río. La vegetación del suelo, compuesta de hierbas altas y matices amarillos y verdes, se esparce de forma natural, creando un espacio que parece invitarnos a caminar hasta el agua. La luz se posa delicadamente sobre el terreno, resaltando las sombras suaves de los arbustos y de los árboles más jóvenes. Esta parte de la obra transmite una sensación de tranquilidad y frescura, como si estuviéramos ante un mediodía cálido en el que el aire es limpio y la brisa apenas mueve las hojas.
El río ocupa un lugar central en la obra, actuando como un espejo que recoge los destellos del cielo y las masas verdes que lo rodean. La superficie del agua refleja la vegetación de forma suave y ligeramente difuminada, reforzando la atmósfera de quietud que domina el cuadro. La tonalidad azulada, entremezclada con tonos verdes y turquesas, sugiere aguas claras y profundas. Al fondo, un pequeño puente o estructura blanca aporta un punto focal que rompe la continuidad natural y añade un toque humano sin restar protagonismo a la naturaleza. Este detalle equilibra la escena y ofrece un horizonte visual hacia el que se dirige la composición.
En la parte derecha, una densa agrupación de árboles y arbustos forma un muro natural de tonos verdes intensos y oscuros. La variedad de matices crea una sensación de volumen y profundidad que invita a imaginar la espesura del bosque que se oculta detrás. Sobre este fondo, se distingue una estructura que podría ser una casa o edificio, apenas visible entre la vegetación, lo que proporciona una ligera referencia humana que no perturba la paz del paisaje. La luz que se filtra desde el cielo ilumina parcialmente las copas de los árboles, generando un juego de sombras y resplandores que llena la escena de vida.
En conjunto, este cuadro transmite una impresión de calma absoluta, donde el paisaje aparece como un refugio natural lleno de luz, verdor y serenidad. La combinación de elementos —árboles majestuosos, agua tranquila, vegetación abundante y un horizonte suave— crea una atmósfera de armonía y contemplación profunda. Es una obra que invita a detenerse, respirar y dejarse envolver por la belleza tranquila de la naturaleza.
El vendedor y su historia
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Lluís Solé, que representa un paisaje tranquilo junto a un río, donde naturaleza, luz y serenidad se unen en una escena de armonía absoluta. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones de la obra: 33x41x1 cm.
· Óleo sobre tabla firmado a mano por el artista en la parte inferior izquierda.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación.
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro presenta un paisaje sereno y luminoso en el que la naturaleza se despliega con una armonía excepcional. En primer plano, destaca un árbol robusto cuyo tronco, lleno de texturas profundas y matices oscuros, introduce al espectador en la escena como si fuera una puerta natural hacia el resto del paisaje. Su presencia firme contrasta con la suavidad del resto de elementos, estableciendo un equilibrio visual entre fuerza y calma. Las ramas que se elevan hacia arriba y se extienden lateralmente parecen abrazar el entorno, generando una sensación de refugio y conexión con la naturaleza. Los tonos verdes que rodean el tronco revelan la vitalidad del lugar y la riqueza del entorno vegetal.
A medida que el ojo avanza hacia el centro de la composición, aparece un claro abierto que conduce a la orilla del río. La vegetación del suelo, compuesta de hierbas altas y matices amarillos y verdes, se esparce de forma natural, creando un espacio que parece invitarnos a caminar hasta el agua. La luz se posa delicadamente sobre el terreno, resaltando las sombras suaves de los arbustos y de los árboles más jóvenes. Esta parte de la obra transmite una sensación de tranquilidad y frescura, como si estuviéramos ante un mediodía cálido en el que el aire es limpio y la brisa apenas mueve las hojas.
El río ocupa un lugar central en la obra, actuando como un espejo que recoge los destellos del cielo y las masas verdes que lo rodean. La superficie del agua refleja la vegetación de forma suave y ligeramente difuminada, reforzando la atmósfera de quietud que domina el cuadro. La tonalidad azulada, entremezclada con tonos verdes y turquesas, sugiere aguas claras y profundas. Al fondo, un pequeño puente o estructura blanca aporta un punto focal que rompe la continuidad natural y añade un toque humano sin restar protagonismo a la naturaleza. Este detalle equilibra la escena y ofrece un horizonte visual hacia el que se dirige la composición.
En la parte derecha, una densa agrupación de árboles y arbustos forma un muro natural de tonos verdes intensos y oscuros. La variedad de matices crea una sensación de volumen y profundidad que invita a imaginar la espesura del bosque que se oculta detrás. Sobre este fondo, se distingue una estructura que podría ser una casa o edificio, apenas visible entre la vegetación, lo que proporciona una ligera referencia humana que no perturba la paz del paisaje. La luz que se filtra desde el cielo ilumina parcialmente las copas de los árboles, generando un juego de sombras y resplandores que llena la escena de vida.
En conjunto, este cuadro transmite una impresión de calma absoluta, donde el paisaje aparece como un refugio natural lleno de luz, verdor y serenidad. La combinación de elementos —árboles majestuosos, agua tranquila, vegetación abundante y un horizonte suave— crea una atmósfera de armonía y contemplación profunda. Es una obra que invita a detenerse, respirar y dejarse envolver por la belleza tranquila de la naturaleza.

