Juli Batallé i Murla (1926-2010) - NO RESERVE - El sendero del otoño





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NO RESERVE - El sendero del otoño es una pintura al óleo española de 1970-1980, vendida con marco.
Descripción del vendedor
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Juli Batallé, que representa un paisaje otoñal sereno donde la luz, los árboles y el color crean un ambiente de calma y belleza nostálgica. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones con marco: 55x63x6 cm.
· Dimensiones sin marco: 38x46 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la parte inferior derecha, J. Batallé.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación, presenta una falta de pintura imperceptible en la parte central del cuadro.
· La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos o GLS con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro despliega una escena otoñal serena y luminosa, donde la naturaleza se presenta en un equilibrio perfecto entre melancolía y belleza. El espectador es recibido por una hilera de árboles majestuosos, altos y robustos, cuyos troncos claros se alinean formando un camino natural que invita a avanzar hacia el interior del bosque. Las ramas, aún cargadas de hojas anaranjadas y rojizas, se inclinan suavemente hacia el cielo azul, creando un contraste vibrante que resalta la calidez del otoño contra la claridad fresca del día. La luz se filtra entre los huecos del follaje, creando sombras suaves que dan ritmo y profundidad al paisaje.
Hacia la izquierda del cuadro se extiende un pequeño arroyo o canal de agua tranquila, reflejando tenuemente algunos colores del entorno. La vegetación que bordea este curso de agua es abundante, llena de tallos verdes, pequeñas flores y hojas amarillentas que anticipan la llegada del invierno. Cada planta parece capturada en su estado más delicado, como si la escena recogiera el momento exacto en el que el otoño se despide, dejando aún rastros palpables de vida. El agua añade un elemento de serenidad, un susurro silencioso que acompaña la atmósfera apacible del lugar.
Más al fondo, se puede apreciar una casa sencilla de paredes rojas o terracotas, semiescondida entre los árboles oscuros y densos que rodean el paisaje. La presencia de esta construcción aporta un toque humano a la composición, insinuando historias, vidas o recuerdos que pudieron habitar este paraje tranquilo. Su ubicación discreta, casi oculta, sugiere un vínculo íntimo con la naturaleza, como si fuera un refugio que se mimetiza con el bosque y el paisaje circundante. El contraste entre la calidez de la casa y la frescura del entorno refuerza la sensación de armonía total.
Los árboles del fondo forman una masa compacta de tonos verdes apagados, marrones profundos y sombras largas que refuerzan la sensación de profundidad. Sus troncos, finos y numerosos, crean una especie de barrera visual que delimita el espacio y enmarca el sendero principal. Las hojas que caen al suelo, dispersas en tonos ámbar, ocres y rojizos, forman un manto irregular que cubre la hierba y genera un tapiz natural cargado de matices. La sensación de movimiento se percibe en la caída de estas hojas y en la posición de las ramas, como si un viento suave recorriera el lugar.
En conjunto, este cuadro transmite una profunda paz interior y una belleza nostálgica típica de los paisajes otoñales. La combinación de colores cálidos y fríos, la composición equilibrada y la presencia sutil del ser humano a través de la casa crean una escena que invita a detenerse y contemplar la serenidad del ciclo natural. Es una obra que captura el espíritu del otoño: la despedida luminosa de la vegetación, la preparación para el invierno y la celebración silenciosa de la armonía entre luz, color y naturaleza.
El vendedor y su historia
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Juli Batallé, que representa un paisaje otoñal sereno donde la luz, los árboles y el color crean un ambiente de calma y belleza nostálgica. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones con marco: 55x63x6 cm.
· Dimensiones sin marco: 38x46 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la parte inferior derecha, J. Batallé.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación, presenta una falta de pintura imperceptible en la parte central del cuadro.
· La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos o GLS con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro despliega una escena otoñal serena y luminosa, donde la naturaleza se presenta en un equilibrio perfecto entre melancolía y belleza. El espectador es recibido por una hilera de árboles majestuosos, altos y robustos, cuyos troncos claros se alinean formando un camino natural que invita a avanzar hacia el interior del bosque. Las ramas, aún cargadas de hojas anaranjadas y rojizas, se inclinan suavemente hacia el cielo azul, creando un contraste vibrante que resalta la calidez del otoño contra la claridad fresca del día. La luz se filtra entre los huecos del follaje, creando sombras suaves que dan ritmo y profundidad al paisaje.
Hacia la izquierda del cuadro se extiende un pequeño arroyo o canal de agua tranquila, reflejando tenuemente algunos colores del entorno. La vegetación que bordea este curso de agua es abundante, llena de tallos verdes, pequeñas flores y hojas amarillentas que anticipan la llegada del invierno. Cada planta parece capturada en su estado más delicado, como si la escena recogiera el momento exacto en el que el otoño se despide, dejando aún rastros palpables de vida. El agua añade un elemento de serenidad, un susurro silencioso que acompaña la atmósfera apacible del lugar.
Más al fondo, se puede apreciar una casa sencilla de paredes rojas o terracotas, semiescondida entre los árboles oscuros y densos que rodean el paisaje. La presencia de esta construcción aporta un toque humano a la composición, insinuando historias, vidas o recuerdos que pudieron habitar este paraje tranquilo. Su ubicación discreta, casi oculta, sugiere un vínculo íntimo con la naturaleza, como si fuera un refugio que se mimetiza con el bosque y el paisaje circundante. El contraste entre la calidez de la casa y la frescura del entorno refuerza la sensación de armonía total.
Los árboles del fondo forman una masa compacta de tonos verdes apagados, marrones profundos y sombras largas que refuerzan la sensación de profundidad. Sus troncos, finos y numerosos, crean una especie de barrera visual que delimita el espacio y enmarca el sendero principal. Las hojas que caen al suelo, dispersas en tonos ámbar, ocres y rojizos, forman un manto irregular que cubre la hierba y genera un tapiz natural cargado de matices. La sensación de movimiento se percibe en la caída de estas hojas y en la posición de las ramas, como si un viento suave recorriera el lugar.
En conjunto, este cuadro transmite una profunda paz interior y una belleza nostálgica típica de los paisajes otoñales. La combinación de colores cálidos y fríos, la composición equilibrada y la presencia sutil del ser humano a través de la casa crean una escena que invita a detenerse y contemplar la serenidad del ciclo natural. Es una obra que captura el espíritu del otoño: la despedida luminosa de la vegetación, la preparación para el invierno y la celebración silenciosa de la armonía entre luz, color y naturaleza.

