Viktor Belányi (1877-1955) - Natura Morta con Fiori e Frutta

autor

Viktor Belányi (1877-1955), pintor húngaro. Nacido en Lőcse (actual Eslovaquia), encarna perfectamente el espíritu cosmopolita del arte centroeuropeo de principios del siglo XX. Su formación fue un verdadero viaje a través de las capitales culturales de la época: tras sus estudios iniciales en Budapest, se trasladó a Múnich para seguir las enseñanzas de Simon Hollósy, un maestro que influyó profundamente en la pintura moderna húngara. Su trayectoria artística se consolidó definitivamente en París, donde asistió a la Académie Julian, y posteriormente en la célebre colonia artística de Nagybánya, donde absorbió la lección de la pintura en plein air. Esta rica educación le permitió fusionar el rigor del dibujo académico con la libertad cromática y luminosa típica del impresionismo francés.

Aunque pintó paisajes y retratos, Belányi es recordado principalmente como un maestro de las atmósferas íntimas, destacando en escenas de interiores y en naturalezas muertas florales. Su pintura se distingue por una pincelada suave, casi aterciopelada, y por el uso de colores cálidos y vibrantes que logran dar solidez y volumen a objetos cotidianos, como las jarras de cerámica y las flores de campo que le gustaba retratar. Exhibidor habitual en las instituciones más importantes de Hungría, como la Galería de Arte Műcsarnok y el Museo Ernst, trabajó incansablemente hasta su fallecimiento en Budapest en 1955, dejando obras que hoy se conservan en la Galería Nacional Húngara y en numerosas colecciones privadas.

DESCRIPCIÓN

"Natura Morta con Fiori e Frutta", óleo sobre tabla, 81x61 cm, firmado en la esquina inferior derecha, datable a los años veinte del siglo XX. En la parte trasera, etiqueta con número de inventario y sello con el escudo de Hungría.

La obra presenta una composición centrada en una jarra de cerámica esmaltada decorada con motivos florales azules, típicos de la tradición popular húngara. El vaso acoge un exuberante ramo de crisantemos y dalias que explotan en tonalidades de amarillo y rosa, dominando la escena con su vitalidad. Para equilibrar la verticalidad del ramo, a la izquierda se coloca un cuenco lleno de fruta, mientras que dos peras, representadas con especial atención volumétrica, descansan directamente sobre la superficie de la mesa en primer plano, todo ello sostenido visualmente por un mantel a cuadros blancos y azules que define la profundidad espacial.

La técnica pictórica revela la plena madurez del artista y la síntesis de sus experiencias internacionales. La pincelada es densa, material y vibrante, claramente influenciada por la lección postimpresionista asimilada durante su estancia en París y por la escuela de Nagybánya. Belányi construye los volúmenes a través del color en lugar de un dibujo definido, utilizando un juego hábil de contrastes donde la luz acaricia la redondez de la fruta y la textura de los pétalos, haciéndolos sobresalir con fuerza sobre un fondo oscuro e indefinido. El uso de colores cálidos y terrosos, contrastados con los fríos de la mantelería, crea una atmósfera íntima y recogida, otorgando a los objetos cotidianos una dignidad y una poética propias.

Esta tela representa un ejemplo emblemático de la predilección de Belányi por las naturalezas muertas, género en el que el artista logró fusionar el rigor académico aprendido en Múnich con la libertad expresiva francesa. Logrando transformar una simple composición doméstica en una celebración de la luz y la materia, en perfecta sintonía con las tendencias del modernismo húngaro de la primera mitad del siglo XX. Obra de bella y fresca composición, de impacto estético y decorativo agradable.

Informe de condición

Buena la condición general, pintada íntegra en cada una de sus partes con cromía y pincelada vivas y bien legibles.

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