Hilaire Bals (1940) - Boten voor de kust

Muy hermoso cuadro del artista flamenco Hilaire Bals.
Embarcaciones frente a la costa
Pintura al óleo en panel - 18 x 23 cm
Dimensiones con marco 35 x 41 cm
Debido a la situación actual, el envío solo es posible en Europa.

Hilaire Bals (°1940) comenzó su carrera artística como alumno en la Academia de Sint-Niklaas, con profesores como Marcel Mutsaerts y Raf Coorevits.

Tras esta formación, se dedicó a pintar naturalezas muertas, animales y obras con un toque simbolista. Las pinturas de Hilaire Bals pueden considerarse indudablemente realistas. Sin embargo, nunca fue su intención crear una representación puramente fotográfica, sino que el ambiente y la interpretación de la realidad juegan un papel importante. Constantemente, en contra de todas las corrientes, él mantiene en alta estima el vakmanschap. Esta perseverancia resulta en pinturas que testimonian su amor por la belleza.

Exposiciones
Casino Kursaal Oostende, Centre Rops Bruselas, Galerie Evasion Waremme, Salón de arte libre Nieuwkerken, Perlas a lo largo de la orilla del Scheldt Nieuwpoort, Dordrecht...

Descripción
La pintura *Boten voor de kust* de Hilaire Bals muestra una escena marítima sobria en la que se representan de manera vulnerable el hombre, el barco y el mar. En el centro se encuentra un barco de pesca con velas infladas que parecen estar en contra del viento. El barco está rodeado de aguas agitadas, con olas cortas y espumosas que resaltan la dinámica del mar costero. En el fondo, se pueden ver varias embarcaciones más pequeñas, lo que aporta profundidad y espacialidad a la composición.

En primer plano, hay un pescador en la línea de agua, parcialmente con la espalda al espectador. Esta presencia humana refuerza el carácter narrativo de la obra y subraya la relación entre el hombre y el mar: observando, trabajando y dependiendo de él. Sobre la escena, vuelan algunas gaviotas, lo que contribuye a la atmósfera costera reconocible y a la sensación de movimiento.

La paleta de colores es predominantemente apagada, con verdes, azules grisáceos y tonos tierra que evocan la atmósfera fría y húmeda de un día ventoso junto al mar. La luz es difusa y sugiere un cielo nublado, sin contrastes marcados, lo que le confiere una apariencia tranquila pero ligeramente melancólica.

Una representación ovalada dentro de un marco ricamente ornamentado y oscuro refuerza el carácter íntimo y clásico del cuadro. Juntos, esto resulta en una imagen costera detenida y realista, en la que la artesanía, la experiencia de la naturaleza y el trabajo diario son los protagonistas.