Therese Albert (1933-?) - Ritratto Femminile

autor

Therese Albert (1933-?) pintora francesa. No hay muchas noticias biográficas disponibles, nació en 1933 en la región de Lorena, en el noreste de Francia. Su trayectoria artística se desarrolló de manera singular a caballo entre Europa y Estados Unidos. Aunque sus raíces están profundamente arraigadas en el territorio francés, gran parte de su actividad documentada se sitúa en ultramar, donde la artista vivió y trabajó entre el siglo XX y el XXI, integrando su sensibilidad europea con las vastas atmósferas del paisaje estadounidense.

Principalmente como paisajista, Albert ha dedicado su producción pictórica, realizada principalmente en óleo, a la celebración de la naturaleza y los espacios abiertos. Sus lienzos retratan con frecuencia escenarios icónicos del Pacífico Noroeste, abarcando desde las majestuosas vistas del Monte Hood hasta los paisajes invernales de las Blue Mountains, e incluyendo escenas más bucólicas y rurales compuestas por granjas, cultivos y rebaños. Algunas de sus obras conocidas, además de los paisajes, también sugieren una atención hacia temas más domésticos e íntimos, siempre tratados con un lenguaje figurativo claro y tradicional.

DESCRIPCIÓN

Retrato femenino, óleo sobre tela, 120*87cm con marco, 113*80cm la sola tela. 1961, firma y fecha en el reverso.

La pintura nos presenta la figura de una mujer capturada en una pose de abandono natural y intimidad doméstica. El sujeto, sentado en una silla, lleva un vestido blanco que resalta por su luminosidad, y posa descalza con las piernas cruzadas, mientras sus manos descansan entrelazadas en su regazo en un gesto de tranquila espera. A la izquierda, una mesa de madera sostiene un papel, quizás una carta, elemento narrativo único que dialoga con la mirada pensativa y ligeramente melancólica de la protagonista, la cual parece dirigida hacia un interior más que hacia el espectador.

Desde el punto de vista estilístico, el lienzo se impone por su solidez compositiva y por una pincelada material y segura, que construye los volúmenes mediante contrastes decididos de luz y sombra, evidentes sobre todo en el drapeado de la vestimenta y en la representación de la piel. La paleta juega con un acuerdo armónico de tonos terrosos, ocre y blancos sucios, que confieren a la escena una atmósfera cálida pero sobria. Aunque la impronta general es la del realismo típico de la autora, la obra parece captar, con una reelaboración personal y con retraso de algunas décadas, las sugestiones de la Nuova Oggettività europea de los años 30, unidas a una libertad gestual de matriz postimpresionista que caracterizaba mucha pintura figurativa entre los años 50 y 60.

Dentro del corpus de Thérèse Albert, conocida principalmente por sus paisajes naturales entre Francia y Oregón, esta pintura adquiere un valor especial. De hecho, se trata de uno de los pocos retratos conocidos de la artista y representa, hasta la fecha, la obra de mayor tamaño entre las censadas y que han aparecido en el mercado. Pintura de buena factura y agradable impacto estético.

Informe de condición

Buena, casi excelente la condición general. Obra íntegra en cada parte con cromía y pincelada vivida y bien legible.

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