Tiburón Conjunto de dientes - Isurus oxyrinchus - 46 mm - 20 mm - 14 mm- CITES Apéndice II - Anexo B en la UE





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Descripción del vendedor
Un diente auténtico de tiburón mako (Isurus oxyrinchus), de 46 mm, conservado en perfectas condiciones, con raíz porosa y corona esmaltada intacta. Este ejemplar, perteneciente a la dentadura anterior superior, presenta todos los rasgos distintivos de la especie: curvatura funcional, superficie lisa y márgenes afilados, sin denticulaciones.
El mako es un maestro de la velocidad marina, un depredador que combina fuerza y precisión. Con un cuerpo hidrodinámico y músculos potentes, puede superar los 70 km/h en mar abierto. Sus dientes frontales no están diseñados para desgarrar, sino para penetrar. Las presas — atunes, peces espada, jureles — son alcanzadas con un solo movimiento, directo y preciso, aprovechando la infalibilidad de su forma.
Este diente narra la adaptación evolutiva perfecta: la raíz ancha y resistente que aún mantiene firmemente el diente en la mandíbula, la corona afilada que refleja la luz de manera natural, las líneas verticales que marcan el crecimiento como anillos en la memoria del depredador.
Las tonalidades del ejemplar, marfil blanco en la parte coronaria y beige claro en la raíz, lo hacen ideal no solo para el estudio científico y la colección, sino también para transformaciones artesanales en pendientes o amuletos. Una pequeña obra natural de potencia, simetría e instinto.
Un signo del océano, nacido para actuar antes incluso de que llegue el pensamiento.
El vendedor y su historia
Un diente auténtico de tiburón mako (Isurus oxyrinchus), de 46 mm, conservado en perfectas condiciones, con raíz porosa y corona esmaltada intacta. Este ejemplar, perteneciente a la dentadura anterior superior, presenta todos los rasgos distintivos de la especie: curvatura funcional, superficie lisa y márgenes afilados, sin denticulaciones.
El mako es un maestro de la velocidad marina, un depredador que combina fuerza y precisión. Con un cuerpo hidrodinámico y músculos potentes, puede superar los 70 km/h en mar abierto. Sus dientes frontales no están diseñados para desgarrar, sino para penetrar. Las presas — atunes, peces espada, jureles — son alcanzadas con un solo movimiento, directo y preciso, aprovechando la infalibilidad de su forma.
Este diente narra la adaptación evolutiva perfecta: la raíz ancha y resistente que aún mantiene firmemente el diente en la mandíbula, la corona afilada que refleja la luz de manera natural, las líneas verticales que marcan el crecimiento como anillos en la memoria del depredador.
Las tonalidades del ejemplar, marfil blanco en la parte coronaria y beige claro en la raíz, lo hacen ideal no solo para el estudio científico y la colección, sino también para transformaciones artesanales en pendientes o amuletos. Una pequeña obra natural de potencia, simetría e instinto.
Un signo del océano, nacido para actuar antes incluso de que llegue el pensamiento.
