Fritz Behn (1878-1970) - Fritz Behn (1878-1970) - Escultura, Cavaliere - 19 cm - Bronce






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Escultura en bronce de Fritz Behn (1878–1970), titulada Cavaliere, elaborada en Alemania; 10 × 19 × 4 cm, firmada, en buen estado.
Descripción del vendedor
Escultura de bronce del escultor Fritz Behn.
Fritz Behn (1878–1970) fue un renombrado escultor y artista alemán celebrado por su maestría en la escultura, el dibujo anatómico y la fundición en yeso. Nacido en Klein Grabow, Alemania, Behn mostró una afinidad precoz por el arte y un profundo interés por la forma humana. Su trabajo a menudo combinaba los ámbitos del naturalismo y el expresionismo, demostrando una atención meticulosa a los detalles anatómicos y un enfoque innovador en la composición tridimensional.
La carrera de Behn floreció a principios del siglo XX, con sus esculturas que lograron reconocimiento por su energía dinámica y realismo auténtico. Es especialmente conocido por sus monumentos públicos, esculturas de animales y bustos retrato, que capturaban tanto la precisión física como la profundidad emocional. Sus viajes a África influyeron profundamente en su estilo artístico, inspirando una serie de obras que reflejaban su fascinación por la fauna salvaje y las culturas no europeas.
Además de sus esculturas, Behn hizo una contribución significativa al estudio de la anatomía en el arte. Sus dibujos anatómicos detallados y los moldes de yeso se convirtieron en referencias valiosas tanto para artistas como para profesionales médicos, demostrando su habilidad técnica y curiosidad científica. La capacidad de Behn para fusionar la sensibilidad artística con la precisión anatómica consolidó su reputación como un talento multidisciplinario. Behn vivió y trabajó en Alemania y Austria, donde sus aportes al arte le valieron numerosos reconocimientos. Su legado se conserva en museos, espacios públicos y colecciones privadas, donde su trabajo continúa inspirando a nuevas generaciones de artistas y amantes del arte. Su dedicación a la exploración de la forma humana y animal sigue siendo un testimonio de su impacto duradero en la escultura y los estudios artísticos del siglo XX.
La escultura presenta pequeños signos y algunas roturas, señal del tiempo pasado que la hacen aún más única y rara.
Escultura de bronce del escultor Fritz Behn.
Fritz Behn (1878–1970) fue un renombrado escultor y artista alemán celebrado por su maestría en la escultura, el dibujo anatómico y la fundición en yeso. Nacido en Klein Grabow, Alemania, Behn mostró una afinidad precoz por el arte y un profundo interés por la forma humana. Su trabajo a menudo combinaba los ámbitos del naturalismo y el expresionismo, demostrando una atención meticulosa a los detalles anatómicos y un enfoque innovador en la composición tridimensional.
La carrera de Behn floreció a principios del siglo XX, con sus esculturas que lograron reconocimiento por su energía dinámica y realismo auténtico. Es especialmente conocido por sus monumentos públicos, esculturas de animales y bustos retrato, que capturaban tanto la precisión física como la profundidad emocional. Sus viajes a África influyeron profundamente en su estilo artístico, inspirando una serie de obras que reflejaban su fascinación por la fauna salvaje y las culturas no europeas.
Además de sus esculturas, Behn hizo una contribución significativa al estudio de la anatomía en el arte. Sus dibujos anatómicos detallados y los moldes de yeso se convirtieron en referencias valiosas tanto para artistas como para profesionales médicos, demostrando su habilidad técnica y curiosidad científica. La capacidad de Behn para fusionar la sensibilidad artística con la precisión anatómica consolidó su reputación como un talento multidisciplinario. Behn vivió y trabajó en Alemania y Austria, donde sus aportes al arte le valieron numerosos reconocimientos. Su legado se conserva en museos, espacios públicos y colecciones privadas, donde su trabajo continúa inspirando a nuevas generaciones de artistas y amantes del arte. Su dedicación a la exploración de la forma humana y animal sigue siendo un testimonio de su impacto duradero en la escultura y los estudios artísticos del siglo XX.
La escultura presenta pequeños signos y algunas roturas, señal del tiempo pasado que la hacen aún más única y rara.
