T. Laura (XIX) - Donna con Maschera






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Descripción del vendedor
Esta obra en porcelana evoca claramente la estética y las tensiones simbólicas que caracterizaron la pintura entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX, período en el que artistas como Gustav Klimt, Franz von Stuck y Fernand Khnopff exploraron con intensidad la relación entre eros, sueño y misterio.
La figura femenina, tendida y abandonada en una languidez consciente, evoca la sensualidad etérea de las composiciones de Klimt, mientras que la presencia de la máscara introduce un elemento de ambigüedad psicológica y simbolista, cercano a las visiones de Stuck o Böcklin, donde el deseo se entrelaza con la inquietud.
La refinada elaboración de la porcelana, unida al brillo del esmalte, amplifica el sentido de preciosidad e introspección, como si la escena perteneciera a un sueño suspendido en el tiempo. La gama limitada de colores —el contraste entre el negro del fondo, la blancura del cuerpo y el azul vibrante del paño— contribuye a aislar la figura y a realzar su dimensión psicológica, en pleno espíritu fin de siècle.
En conjunto, la pintura se inscribe en la línea de las investigaciones estetizantes y simbolistas de aquellos años, donde el cuerpo femenino se convierte en un instrumento de reflexión sobre la identidad, el deseo y la ilusión.
Envío rastreado y preciso
Esta obra en porcelana evoca claramente la estética y las tensiones simbólicas que caracterizaron la pintura entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del XX, período en el que artistas como Gustav Klimt, Franz von Stuck y Fernand Khnopff exploraron con intensidad la relación entre eros, sueño y misterio.
La figura femenina, tendida y abandonada en una languidez consciente, evoca la sensualidad etérea de las composiciones de Klimt, mientras que la presencia de la máscara introduce un elemento de ambigüedad psicológica y simbolista, cercano a las visiones de Stuck o Böcklin, donde el deseo se entrelaza con la inquietud.
La refinada elaboración de la porcelana, unida al brillo del esmalte, amplifica el sentido de preciosidad e introspección, como si la escena perteneciera a un sueño suspendido en el tiempo. La gama limitada de colores —el contraste entre el negro del fondo, la blancura del cuerpo y el azul vibrante del paño— contribuye a aislar la figura y a realzar su dimensión psicológica, en pleno espíritu fin de siècle.
En conjunto, la pintura se inscribe en la línea de las investigaciones estetizantes y simbolistas de aquellos años, donde el cuerpo femenino se convierte en un instrumento de reflexión sobre la identidad, el deseo y la ilusión.
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