Vitaly Leshukov Soldatov (1968) - La travesía del arcoíris

Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Vitaly Leshukov, que representa un paisaje fantástico donde cielo, mar y tierra se fusionan en un torbellino de color y movimiento, creando una escena llena de energía y magia. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.

· Dimensiones de la obra: 50x73x2 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la parte inferior derecha, Leshukov.
· La pieza se encuentra en perfecto estado de conservación.

La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.

Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.

El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.

------------------------------------------------------------------

Este cuadro despliega una escena fantástica y vibrante donde la realidad parece fusionarse con un sueño lleno de color y movimiento. La composición se centra en una estructura que recuerda a una torre o fortaleza antigua, erguida con firmeza sobre un entorno natural exuberante. Su forma redondeada y sus muros dorados emergen entre árboles de verdes intensos que parecen arremolinarse alrededor de la construcción. La luz que baña la torre hace que parezca irradiar un brillo cálido, como si fuera un faro que guía al espectador por esta escena casi mágica. Alrededor, las formas se ondulan, los colores se mezclan y todo parece cargado de una energía vibrante que desafía lo estático.
Sobre la fortaleza se despliega un cielo que constituye uno de los elementos más impactantes del cuadro. Está lleno de remolinos y ondulaciones en tonos rosados, verdes, turquesas, lilas y amarillos que se entrelazan como si fueran corrientes de aire visibles o trazos de un gran torbellino celeste. Este cielo no se limita a ser un telón de fondo; se convierte en protagonista, aportando una sensación de dinamismo y movimiento perpetuo. Las formas parecen bailes de luz, reflejos de emociones, paisajes interiores que se proyectan sobre el horizonte, convirtiendo el firmamento en un espectáculo visual sin límites.
En la parte derecha del cuadro, una embarcación de velas amplias navega un mar que no se queda atrás en intensidad cromática. Las olas se representan con curvas marcadas y colores imposibles: verdes luminosos, azules profundos, morados que evocan misterio, toques de blanco que sugieren espuma agitada. El movimiento del agua se siente vivo, casi musical, como si cada ola estuviera entonando una melodía diferente. La barca, inclinada por la fuerza del viento, lucha y a la vez se armoniza con la naturaleza que la rodea, avanzando hacia un destino incierto pero envolvente.
El mar se funde con la costa en un estallido de tonalidades cálidas: naranjas intensos, amarillos vibrantes y rojos profundos se entrelazan con los fríos azules, creando un contraste que aporta fuerza emocional al conjunto. En la orilla, las rocas parecen surgir con la misma personalidad dinámica que el resto del paisaje, mientras la vegetación cercana se retuerce en formas casi abstractas, como si estuviera respondiendo al impulso energético que domina la escena. Cada elemento parece conectado por un mismo impulso vital, como si la naturaleza entera respirara al unísono.
En conjunto, el cuadro es una explosión de color, movimiento y fantasía, una reinterpretación vibrante del paisaje costero donde cada forma y cada tonalidad parecen fluir con libertad absoluta. Es una obra que invita a sumergirse en un mundo imaginario lleno de energía emocional, donde la naturaleza cobra un carácter casi espiritual y la realidad se transforma en un poema visual dinámico e hipnótico. El espectador queda atrapado en este universo luminoso y cambiante, lleno de simbolismo, vida y emoción.