European School (XX) - The ship at rest






Graduada como subastadora francesa y trabajó en el departamento de tasación de Sotheby’s París.
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The Ship at Rest es una pintura al óleo de 1990-2000, realizada en España.
Descripción del vendedor
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a la escuela europea, que representa un barco atracado en un puerto tranquilo, transmitiendo serenidad, silencio y la calma posterior a la actividad marítima. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones de la obra: 38x46x2 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la parte posterior de la obra.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación.
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro presenta la escena de un barco atracado en un puerto, envuelto en una atmósfera que mezcla serenidad, actividad suspendida y cierto aire nostálgico. La embarcación, situada en el centro de la composición, domina la escena con su cuerpo robusto y ligeramente inclinado, como si descansara tras una jornada de trabajo en el mar. Los tonos suaves y apagados—azules grisáceos, ocres desgastados, rosas apagados y toques oscuros—forman un paisaje cromático que contribuye a crear una sensación de calma matinal o de tarde tranquila. La superficie del agua, reflejando de manera fragmentada los colores del barco y del cielo, añade profundidad a la obra y refuerza esa sensación de quietud contenida.
Al observar el barco más de cerca, se aprecian detalles que evocan su uso cotidiano: la estructura del casco, las sombras marcadas de la cubierta y las rígidas líneas de los mástiles y vigas que se alzan hacia el cielo. Estas formas verticales, firmes y decididas, crean un contrapunto visual frente a la horizontalidad del agua y la línea del muelle. Las ventanas oscuras y los pequeños destellos de luz que parecen filtrarse desde el interior sugieren actividad reciente, o quizás la presencia invisible de quienes trabajan en él. La embarcación transmite solidez y experiencia, como si hubiera sido testigo de múltiples mareas y largas jornadas marítimas.
El puerto en el que se encuentra atracado muestra estructuras borrosas y formas sugeridas en el fondo: edificios de techos bajos, muelles de madera y otras embarcaciones que aparecen apenas insinuadas. Este tratamiento del entorno refuerza la sensación de una escena vivida, donde el foco principal recae en la presencia del barco, pero sin olvidar el mundo que lo rodea. La manera en que las formas del fondo se mezclan con el color del cielo da la impresión de una niebla suave, o de una luz difusa que envuelve el paisaje en una atmósfera íntima y algo melancólica.
El agua, con sus reflejos fragmentados e irregulares, juega un papel esencial en la composición. Las manchas de colores que se disuelven en su superficie recrean el movimiento ligero de las ondas, ofreciendo un contrapunto dinámico al estatismo del barco. El reflejo no es una réplica exacta, sino una interpretación vibrante que parece cobrar vida por sí misma. Da la sensación de que la luz se quiebra y se recombina en el agua, produciendo destellos imprevisibles que enriquecen el cuadro y le ofrecen una dimensión casi poética.
En conjunto, la obra transmite la calma de un puerto recogido, donde el tiempo parece detenerse unos instantes para permitir la contemplación del barco y de su entorno. La mezcla de colores tenues, la composición equilibrada y la presencia dominante de la embarcación crean una escena que evoca tanto el trabajo marítimo como la quietud posterior a ese esfuerzo. Es una pintura que invita a observar con atención, a imaginar historias de navegación y a disfrutar de la serenidad que ofrece un paisaje portuario bañado por la luz suave de un día tranquilo.
El vendedor y su historia
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a la escuela europea, que representa un barco atracado en un puerto tranquilo, transmitiendo serenidad, silencio y la calma posterior a la actividad marítima. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones de la obra: 38x46x2 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la parte posterior de la obra.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación.
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro presenta la escena de un barco atracado en un puerto, envuelto en una atmósfera que mezcla serenidad, actividad suspendida y cierto aire nostálgico. La embarcación, situada en el centro de la composición, domina la escena con su cuerpo robusto y ligeramente inclinado, como si descansara tras una jornada de trabajo en el mar. Los tonos suaves y apagados—azules grisáceos, ocres desgastados, rosas apagados y toques oscuros—forman un paisaje cromático que contribuye a crear una sensación de calma matinal o de tarde tranquila. La superficie del agua, reflejando de manera fragmentada los colores del barco y del cielo, añade profundidad a la obra y refuerza esa sensación de quietud contenida.
Al observar el barco más de cerca, se aprecian detalles que evocan su uso cotidiano: la estructura del casco, las sombras marcadas de la cubierta y las rígidas líneas de los mástiles y vigas que se alzan hacia el cielo. Estas formas verticales, firmes y decididas, crean un contrapunto visual frente a la horizontalidad del agua y la línea del muelle. Las ventanas oscuras y los pequeños destellos de luz que parecen filtrarse desde el interior sugieren actividad reciente, o quizás la presencia invisible de quienes trabajan en él. La embarcación transmite solidez y experiencia, como si hubiera sido testigo de múltiples mareas y largas jornadas marítimas.
El puerto en el que se encuentra atracado muestra estructuras borrosas y formas sugeridas en el fondo: edificios de techos bajos, muelles de madera y otras embarcaciones que aparecen apenas insinuadas. Este tratamiento del entorno refuerza la sensación de una escena vivida, donde el foco principal recae en la presencia del barco, pero sin olvidar el mundo que lo rodea. La manera en que las formas del fondo se mezclan con el color del cielo da la impresión de una niebla suave, o de una luz difusa que envuelve el paisaje en una atmósfera íntima y algo melancólica.
El agua, con sus reflejos fragmentados e irregulares, juega un papel esencial en la composición. Las manchas de colores que se disuelven en su superficie recrean el movimiento ligero de las ondas, ofreciendo un contrapunto dinámico al estatismo del barco. El reflejo no es una réplica exacta, sino una interpretación vibrante que parece cobrar vida por sí misma. Da la sensación de que la luz se quiebra y se recombina en el agua, produciendo destellos imprevisibles que enriquecen el cuadro y le ofrecen una dimensión casi poética.
En conjunto, la obra transmite la calma de un puerto recogido, donde el tiempo parece detenerse unos instantes para permitir la contemplación del barco y de su entorno. La mezcla de colores tenues, la composición equilibrada y la presencia dominante de la embarcación crean una escena que evoca tanto el trabajo marítimo como la quietud posterior a ese esfuerzo. Es una pintura que invita a observar con atención, a imaginar historias de navegación y a disfrutar de la serenidad que ofrece un paisaje portuario bañado por la luz suave de un día tranquilo.
