Jean Claude (XX) - La forêt endormie





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La forêt endormie, óleo sobre tela firmado a mano por Jean Claude (XX), periodo 1960-1970, Francia, original, vendida con marco, dimensiones con marco 57×47×3 cm.
Descripción del vendedor
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Jean Claude, que representa un sereno paisaje invernal donde un sendero nevado se adentra en un bosque iluminado por una luz suave y mágica. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones con marco: 57x47x3 cm.
· Dimensiones sin marco: 50x40 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la parte inferior izquierda, Jean Claude.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación.
· La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro nos sumerge en un paisaje invernal de una belleza silenciosa y envolvente, donde un sendero nevado serpentea entre altos árboles que parecen custodiar la escena con una solemnidad casi mística. La nieve, que cubre el suelo en una amplia gama de tonos azulados, lilas y blancos resplandecientes, crea una superficie suave y ondulada que refleja la luz con delicadeza. La atmósfera del cuadro transmite una sensación de quietud absoluta, como si el tiempo se hubiera detenido en este fragmento de bosque. La composición guía la mirada hacia el horizonte, invitando al espectador a adentrarse en este camino helado que se pierde entre las sombras y luces del entorno.
A la izquierda, el bosque aparece más denso y oscuro, formado por troncos altos y delgados que se suceden sin pausa. La vegetación baja, apenas visible entre la nieve, presenta toques de amarillo y verde que aportan luminosidad en medio de la penumbra. Las ramas desnudas y las hojas persistentes parecen atrapadas en un susurro invernal, creando una textura rica y profunda. La luz que se filtra desde el fondo ilumina suavemente esta zona, produciendo reflejos dorados e iridiscentes que contrastan con las sombras frías del bosque.
En el centro de la composición, una apertura luminosa revela el punto exacto donde el sol o una claridad difusa rompe la densidad arbórea. Esta luz no solo ilumina la nieve, sino que también tiñe los árboles cercanos con tonos verdes suaves, amarillos brillantes y toques de blanco puro. Esa zona brillante actúa como un faro visual, un punto de atracción que equilibra el contraste entre luz y oscuridad. Las pinceladas, suaves pero definidas, dan la sensación de un resplandor que abraza el paisaje sin imponerse, como si la naturaleza hubiera encontrado un momento perfecto de armonía.
A la derecha del cuadro, el bosque vuelve a cerrarse, aunque con una tonalidad más azulada y misteriosa. La nieve acumulada sobre las ramas y los troncos aporta un aire etéreo a esta parte del paisaje, que parece más fría y silenciosa que el resto. Las plantas del borde del camino se arquean ligeramente, insinuando la presencia del viento o del peso del hielo. La sombra del sendero se proyecta en un trazo largo y sinuoso, marcando el recorrido con una delicadeza que invita a seguirlo, como si condujera hacia un destino desconocido pero acogedor dentro del bosque.
En conjunto, la obra transmite una sensación de calma profunda, espiritual y contemplativa, propia de los paisajes que solo el invierno sabe ofrecer. La combinación de luces suaves, sombras heladas y colores delicados crea un ambiente mágico, sereno y lleno de poesía visual. El cuadro captura la belleza del silencio, la pureza de la nieve y la majestuosidad del bosque, invitando al espectador a sumergirse en un instante eterno donde la naturaleza parece hablar en murmullos blancos y azules.
El vendedor y su historia
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Jean Claude, que representa un sereno paisaje invernal donde un sendero nevado se adentra en un bosque iluminado por una luz suave y mágica. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones con marco: 57x47x3 cm.
· Dimensiones sin marco: 50x40 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la parte inferior izquierda, Jean Claude.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación.
· La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo).
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro nos sumerge en un paisaje invernal de una belleza silenciosa y envolvente, donde un sendero nevado serpentea entre altos árboles que parecen custodiar la escena con una solemnidad casi mística. La nieve, que cubre el suelo en una amplia gama de tonos azulados, lilas y blancos resplandecientes, crea una superficie suave y ondulada que refleja la luz con delicadeza. La atmósfera del cuadro transmite una sensación de quietud absoluta, como si el tiempo se hubiera detenido en este fragmento de bosque. La composición guía la mirada hacia el horizonte, invitando al espectador a adentrarse en este camino helado que se pierde entre las sombras y luces del entorno.
A la izquierda, el bosque aparece más denso y oscuro, formado por troncos altos y delgados que se suceden sin pausa. La vegetación baja, apenas visible entre la nieve, presenta toques de amarillo y verde que aportan luminosidad en medio de la penumbra. Las ramas desnudas y las hojas persistentes parecen atrapadas en un susurro invernal, creando una textura rica y profunda. La luz que se filtra desde el fondo ilumina suavemente esta zona, produciendo reflejos dorados e iridiscentes que contrastan con las sombras frías del bosque.
En el centro de la composición, una apertura luminosa revela el punto exacto donde el sol o una claridad difusa rompe la densidad arbórea. Esta luz no solo ilumina la nieve, sino que también tiñe los árboles cercanos con tonos verdes suaves, amarillos brillantes y toques de blanco puro. Esa zona brillante actúa como un faro visual, un punto de atracción que equilibra el contraste entre luz y oscuridad. Las pinceladas, suaves pero definidas, dan la sensación de un resplandor que abraza el paisaje sin imponerse, como si la naturaleza hubiera encontrado un momento perfecto de armonía.
A la derecha del cuadro, el bosque vuelve a cerrarse, aunque con una tonalidad más azulada y misteriosa. La nieve acumulada sobre las ramas y los troncos aporta un aire etéreo a esta parte del paisaje, que parece más fría y silenciosa que el resto. Las plantas del borde del camino se arquean ligeramente, insinuando la presencia del viento o del peso del hielo. La sombra del sendero se proyecta en un trazo largo y sinuoso, marcando el recorrido con una delicadeza que invita a seguirlo, como si condujera hacia un destino desconocido pero acogedor dentro del bosque.
En conjunto, la obra transmite una sensación de calma profunda, espiritual y contemplativa, propia de los paisajes que solo el invierno sabe ofrecer. La combinación de luces suaves, sombras heladas y colores delicados crea un ambiente mágico, sereno y lleno de poesía visual. El cuadro captura la belleza del silencio, la pureza de la nieve y la majestuosidad del bosque, invitando al espectador a sumergirse en un instante eterno donde la naturaleza parece hablar en murmullos blancos y azules.

