Sortija - Sacramento - Arcángel supremo - San Miguel - Poder divino frente a las tinieblas. - Anillo

Chevalière - Sacramento - Arcángel supremo - San Miguel - Poder divino frente a las tinieblas.

San Miguel es el arcángel supremo, jefe de las huestes celestiales y protector de las almas. Su nombre, Mikha’el, significa «¿Quién como Dios?», un grito de victoria que afirma la potencia divina frente a las fuerzas de las tinieblas.

Esta sortija va más allá de la simple función de una joya. Encarna al arcángel San Miguel, protector y luchador: jefe de las tropas celestiales, lucha contra el Mal, personificando la justicia divina y la victoria del Bien. En la iconografía cristiana, también se le representa en el Juicio Final, pesando las almas y guiando a los justos hacia la luz.

Llevar este anillo signet es rodearse de fuerza, fe y guía espiritual. Está destinado a quienes buscan protección divina, creen en el poder del Bien y honran la misión celestial de San Miguel. Así, se convierte en un símbolo eterno de poder, justicia y amor sagrado.

El octógono, forma arquitectónica utilizada en muchas iglesias y capillas medievales, refuerza este vínculo espiritual. Se adoptaba especialmente en lugares dedicados a San Miguel, destacando su papel de protector y combatiente divino.

San Miguel no es solo un ángel: es el campeón de Dios, el defensor supremo del Bien. Llevar su símbolo es cubrirse de su fuerza, de su protección y de su luz.

Dimensión: 26 x 24 x 21 mm
Diámetro interior: 21,6 mm
Talla: FR 68, US 12,5, DE 21 1/4, UK Z, CH 27 1/2
Peso: 14,52 g
Bronce dorado.
Se incluirá un estuche.
Condición perfecta.

A saber

Archange Saint Michel

Michele, Mîkhâ’êl en hebreo, significa «¿Quién como Dios?». Es uno de los cuatro arcángeles principales junto con Rafael, Gabriel y Uriel. Aunque los arcángeles no son los de mayor rango en la jerarquía celestial, solo ellos pueden actuar en nombre de Dios sin su permiso.

San Miguel es el arcángel supremo, representado como el jefe de las huestes celestiales, a menudo vestido con uniforme militar, y como defensor de la Iglesia. Derrota a Satanás durante la guerra de los ángeles en el Apocalipsis y asiste a Jesús en el Juicio Final, pesando las almas y guiando a los justos hacia la luz.

La leyenda del Mont-Saint-Michel tiene su origen en estos relatos: según el texto latino Revelatio ecclesiae sancti Michaelis in monte Tumba, redactado a principios del siglo IX por un canónigo del Mont-Saint-Michel o de la catedral de Avranches, San Miguel luchó contra un demonio transformado en un dragón temible. La batalla comenzó en el monte Dol en Bretaña y continuó en el cielo antes de terminar en el monte Tumba, hoy conocido como el Mont-Saint-Michel.

San Miguel también está representado en numerosos polípticos y tímpanos, especialmente en el Juicio Final, donde pesa las almas. A través de estas representaciones y los relatos bíblicos, encarna el poder del bien contra el mal, la justicia divina y la protección de los fieles.
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