Antigua Roma Mármol Telamon en forma de sátiro. Siglo I a.C. - siglo I d.C.. Altura de 53 cm.

Telamon en forma de un sátiro.

Antiguo romano, siglo I a.C. - siglo I d.C.

Mármol.

53 cm de altura.

Condición: buen estado. Sin restauraciones.

Procedencia:

- J. J. Klejman, Nueva York, antes de 1969.
- Colección privada, Nueva York, adquirida de la anterior el 14 de noviembre de 1969, EE. UU. Se adjunta una copia de la factura de compra.

Descripción:

Un telamon romano tallado en mármol con la figura redonda de un sátiro de tamaño reducido, cuyas hombros soportan el peso del arquitrabe o capitel que originalmente lo coronaba. Un telamon (literalmente 'el portador' en griego) es una columna o pilar figurativo, es decir, una escultura que funciona como soporte arquitectónico. También llamado atlante, es la versión masculina de la cariátide. En este caso, el telamon toma la forma de un joven sátiro con una anatomía delgada y atlética, inclinando su cabeza bajo el peso que lleva en los hombros, que parece ser la figura de una pantera, cuyo perfil de cabeza es visible, con los dientes a la vista, y una garra descansando sobre la escápula derecha del sátiro. La pantera es un animal directamente vinculado al dios Dionysus, y por lo tanto también a los sátiros y las ménades, miembros de su séquito (fig. 1). De la estrecha columna adherida a la espalda de la figura emergen algunas ramas en relieve, que abrazan su torso por el lado izquierdo.

El rostro del sátiro es ideal, con rasgos suaves y mejillas y barbilla redondeadas, enmarcado por los rizos gruesos de su cabello corto. La tensión de soportar el peso se refleja en la frente suavemente fruncida y en la boca entreabierta, de labios llenos. Lo mismo ocurre con los músculos del abdomen, que se tensan de forma natural a medida que el torso superior se inclina hacia adelante. El brazo derecho también se acerca hacia adelante, extendido o flexionado, mientras que el izquierdo se retrae para compensar la inclinación del cuerpo. La cadera derecha está ligeramente más alta que la izquierda, indicando una posición de contrapposto general, con la pierna izquierda soportando el peso del cuerpo y la derecha ligeramente adelantada.

La imagen del sátiro asociada con la función de soporte arquitectónico o mobiliario tiene su principal representación en las imágenes del sátiro Marsias, a quien Apolo desolló vivo, atado a un árbol, por haberse atrevido a desafiarlo (fig. 2). Se conocen algunos ejemplos particularmente tempranos de Italia, como los soportes de terracota encontrados en Fregellas y datados en el siglo III a.C. (fig. 3). Particularmente relevantes, por su monumentalidad y la calidad de su talla, son los cuatro sátiros atlantes romanos conservados en el Museo del Louvre (fig. 4), que están modelados a partir de los Silenos que adornaban el Teatro de Dionisos en Atenas.

En Grecia, los sátiros eran seres mitológicos generalmente representados con una apariencia animal, con patas y orejas de cabra o caballo, cuernos y colas, y a menudo con un falo erecto. Sin embargo, ocasionalmente, estos seres eran representados como jóvenes hermosos, como en el Satyr en Reposo de Praxiteles. Junto con las ménades, los sátiros forman la comitiva que acompaña al dios Dionisio, aunque también pueden estar asociados con el dios Pan. Algunas tradiciones consideran a Sileno como el padre de la tribu de los sátiros. Los tres mayores de estos, llamados Marón, Leneo y Astreo, eran iguales a su padre, y por ello también se les conocía como Sileno. Según algunas versiones del mito, ellos eran los padres de los sátiros, que por tanto eran los nietos de Sileno. Los tres Sileno formaron parte de la comitiva de Dionisio cuando viajó a la India y, de hecho, Astreo era el cochero de su carro.

En Roma, el equivalente del sátiro era el fauno, criaturas del bosque con cuernos y pezuñas de cabra. Eran los hijos de Fauno, identificado con el griego Pan, el dios de los campos y los bosques, protector de los rebaños, a los que hacía más fértiles y defendía de ataques de plagas. En otro aspecto, Fauno era considerado un dios profético que revelaba el futuro mediante voces escuchadas en los bosques o a través de sueños; a veces se le atribuía la responsabilidad de las pesadillas. Se le representaba con una naturaleza lasciva, persiguiendo constantemente a las ninfas de los bosques. Se pensaba que a veces podía lanzar hechizos a los campesinos, por lo que se frotaban el cuerpo con ciertas hierbas protectoras.

Bibliografía

- ELVIRA BARBA, M.A. Arte y Mito. Manual de iconografía clásica. Sílex. 2008.
- GRUMMON, E. de. “Imaginería bacchica y práctica cultual en la Italia romana”, en La villa de los misterios en Pompeya: ritual antiguo, musa moderna. Museo Kelsey de Arqueología y Museo de Arte de la Universidad de Michigan. 2000. Pp. 73-83.
- KLEINER, D.E. Escultura romana. Yale University Press. 1992.
- KLINE, L.K.; ELKINS, N.T. The Oxford Handbook of Roman Imagery and Iconography. Oxford University Press. 2022.

Parallels:

Fig. 1 Fragmento de un relieve mural con un joven sátiro vestido con piel de pantera. Imperio Romano, ca. 150-250 d.C. Mármol, 68,58 x 57,15 cm. British Museum, Londres, inv. 1868,0620.25.

Fig. 2 base de mesa con la figura de Marsias. Helenístico tardío o romano, siglo I a.C. - I d.C. Mármol, 69 cm de altura. Museo Británico, Londres, inv. 1838,1201.1.

Fig. 3 Telamón con sátiro. Fregelas, Italia, siglo III a.C. Terracota, 86 cm de altura. Musée du Louvre, París, inv. Cp 5201.

Fig. 4 Cuatro telamons en forma de sátiro. Imperio Romano, siglo II d.C. Mármol, aproximadamente 230 cm de altura. Musée du Louvre, París, inv. MR 183-186; N 741-744; Ma 597-600.








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