representación de San Juan Bautista del siglo XVII, pintada al óleo sobre tabla. En la obra, San Juan Bautista aparece de pie, sosteniendo un bastón largo que remata en una cruz, un atributo típico en sus representaciones. Lleva un manto rojo sobre su vestimenta, lo cual es característico de las iconografías religiosas donde el color rojo simboliza el sacrificio y la pasión. Su rostro tiene una expresión serena y está dirigido hacia el espectador. A sus pies se encuentra un cordero, que simboliza a Cristo como el "Cordero de Dios". El fondo de la pintura muestra un paisaje natural, con cielos nublados que añaden profundidad y contexto a la escena. Los detalles del cabello y barba de Juan Bautista están bien definidos, lo que es típico de las obras detalladas de esa época.