Josep Serramont (1958) - Mar de amapolas





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Descrizione del venditore
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Josep Serramont, que representa un paisaje vibrante donde un campo de amapolas se une con montañas y cielo, transmitiendo vida, color y serenidad natural. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones de la obra: 35x35x2 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la parte inferior izquierda, Serramont.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación.
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX, utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos o GLS con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro despliega un vasto campo de amapolas que se extiende hacia el horizonte como una alfombra vibrante de rojos intensos. La escena envuelve al espectador con un estallido cromático que domina la parte inferior de la composición, donde cada flor parece encenderse con luz propia. La densidad de las amapolas crea una textura energética y viva, como si el viento que corre entre ellas las mantuviera en perpetuo movimiento. Esa vitalidad inicial introduce al observador en un paisaje que parece latir, cargado de fuerza y belleza natural.
A medida que la mirada avanza hacia el centro, el rojo ardiente se transforma lentamente en una mezcla de campos verdes, amarillos y tonos intermedios que sugieren una sucesión de prados y cultivos, cada uno aportando su propio matiz al conjunto. La transición entre estos colores es suave pero llena de matices, como si la luz se filtrara de maneras distintas al avanzar por las capas de vegetación. Esta zona intermedia del paisaje actúa como un puente visual entre el estallido de color del primer plano y la serenidad del fondo, equilibrando la composición.
Hacia el horizonte, tonos más fríos y tranquilos empiezan a dominar la escena. Se aprecia una franja extensa de verde que suaviza la mirada antes de topar con la silueta imponente de una cadena montañosa. Las montañas se presentan bañadas en tonos azulados y violáceos, lo que acentúa la distancia y aporta profundidad al cuadro. Sus picos ondulados se extienden suavemente a lo largo del cuadro, recordando la estabilidad y calma de los elementos más antiguos de la naturaleza frente a la vibrante vida que brota en primer término.
Sobre las montañas, el cielo se abre con un degradado delicado que va desde los azules suaves hasta toques de luz dorada y nubes vaporosas. Esta atmósfera aérea aporta una sensación de equilibrio y serenidad, como si el paisaje respirara bajo una luz amable de un día templado. La sutileza de la luz contrasta con la exuberancia del campo de amapolas, creando una armonía visual entre dinamismo y calma. El cielo parece acompañar al paisaje sin imponerse, dejando que la mirada se pierda libremente entre colores y distancias.
En conjunto, este cuadro transmite la fuerza vibrante de un campo en flor unido a la serenidad del entorno natural, construyendo un paisaje luminoso, lleno de vida, profundidad y armonía visual.
Il venditore si racconta
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Josep Serramont, que representa un paisaje vibrante donde un campo de amapolas se une con montañas y cielo, transmitiendo vida, color y serenidad natural. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones de la obra: 35x35x2 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la parte inferior izquierda, Serramont.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación.
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX, utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos o GLS con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro despliega un vasto campo de amapolas que se extiende hacia el horizonte como una alfombra vibrante de rojos intensos. La escena envuelve al espectador con un estallido cromático que domina la parte inferior de la composición, donde cada flor parece encenderse con luz propia. La densidad de las amapolas crea una textura energética y viva, como si el viento que corre entre ellas las mantuviera en perpetuo movimiento. Esa vitalidad inicial introduce al observador en un paisaje que parece latir, cargado de fuerza y belleza natural.
A medida que la mirada avanza hacia el centro, el rojo ardiente se transforma lentamente en una mezcla de campos verdes, amarillos y tonos intermedios que sugieren una sucesión de prados y cultivos, cada uno aportando su propio matiz al conjunto. La transición entre estos colores es suave pero llena de matices, como si la luz se filtrara de maneras distintas al avanzar por las capas de vegetación. Esta zona intermedia del paisaje actúa como un puente visual entre el estallido de color del primer plano y la serenidad del fondo, equilibrando la composición.
Hacia el horizonte, tonos más fríos y tranquilos empiezan a dominar la escena. Se aprecia una franja extensa de verde que suaviza la mirada antes de topar con la silueta imponente de una cadena montañosa. Las montañas se presentan bañadas en tonos azulados y violáceos, lo que acentúa la distancia y aporta profundidad al cuadro. Sus picos ondulados se extienden suavemente a lo largo del cuadro, recordando la estabilidad y calma de los elementos más antiguos de la naturaleza frente a la vibrante vida que brota en primer término.
Sobre las montañas, el cielo se abre con un degradado delicado que va desde los azules suaves hasta toques de luz dorada y nubes vaporosas. Esta atmósfera aérea aporta una sensación de equilibrio y serenidad, como si el paisaje respirara bajo una luz amable de un día templado. La sutileza de la luz contrasta con la exuberancia del campo de amapolas, creando una armonía visual entre dinamismo y calma. El cielo parece acompañar al paisaje sin imponerse, dejando que la mirada se pierda libremente entre colores y distancias.
En conjunto, este cuadro transmite la fuerza vibrante de un campo en flor unido a la serenidad del entorno natural, construyendo un paisaje luminoso, lleno de vida, profundidad y armonía visual.

