Canvas Fit - Alberto Ricardo - El vínculo del espíritu: Naruto y el Zorro de Nueve Colas”





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Canvas Fit - Alberto Ricardo presenta una edición limitada firmada a mano 3/5, giclée en lienzo, titulada El vínculo del espíritu: Naruto y el Zorro de Nueve Colas, 80 x 60 cm, creada en 2023 en España y vendida directamente por el artista.
Descripción del vendedor
Artwork created on professional canvas using the giclée printing technique on canvas. Digital art using contemporary media and AI.
Obra de arte del artista Canvas Fit-Alberto Ricardo realizada en la técnica Impresión Giclée, sobre lienzo profesional de alta calidad, 100% algodón, máxima resistente a manipulación y agentes exteriores de la marca Eco Canvas Roma Glossy, satinado.
Garantizamos un producto duradero y de calidad visual.
Dimensión de 60 x 80 cm de pintura con 5 cm de profundidad.
Edición limitada 3/5.
En el dorso de la pieza podrá encontrar los datos sobre la obra.
El envío se realizará a través de la Cia. United Parcel Service (UPS), para España y Europa, y a través de la Cia. Fedex para el resto del mundo.
La obra irá enrollada y estará protegida mediante varias capas de embalaje, nailón burbuja y colocada en un tubo resistente.
Una vez pagada la obra, se requieren tres días para el proceso de embalaje y entrega a la compañía de envió.
La pieza le llegará al termino de diez días, según el país de destino.
En esta poderosa imagen giclée, la figura de Naruto Uzumaki se funde simbólicamente con la presencia feroz y sabia de Kurama, el zorro de nueve colas. Sus rostros se alinean, compartiendo un mismo plano, como si fueran dos mitades de una misma alma. El arte capta un instante de absoluta comunión entre el ninja y la bestia sellada dentro de él. No hay lucha aquí, ni rechazo, sino entendimiento. Sus miradas intensas —los ojos celestes de Naruto y los dorados e incandescentes de Kurama— comunican determinación, memoria y destino compartido.
El fondo otoñal, con hojas rojas y naranjas cayendo suavemente, subraya un tiempo de cambio, de maduración. Otoño, como estación simbólica, sugiere que este joven shinobi ha entrado en una nueva etapa, más allá del niño que fue rechazado por su aldea. Naruto, alguna vez portador solitario de una maldición, ahora aparece como un guerrero maduro que ha transformado su carga en poder, y su miedo en empatía.
El arte está ejecutado con un estilo que mezcla la estética japonesa tradicional con trazos modernos de manga. El uso de líneas finas, casi grabadas, contrasta con el color vibrante que recuerda las paletas del ukiyo-e. El giclée no es sólo una imagen decorativa; es una expresión cargada de narrativa. Aquí se plasma una de las relaciones más complejas y emocionantes del universo de Naruto: el lazo entre humano y bestia, entre víctima y verdugo, entre miedo y redención.
La cinta negra que ondea detrás de Naruto, su banda de Konoha sobre la frente, y los trazos de su bufanda, refuerzan su identidad como shinobi. Pero más allá del guerrero, se nos muestra al puente que une dos mundos: el de la humanidad y el de las antiguas fuerzas míticas. Kurama, cuyo rostro aparece parcialmente en la imagen, ya no es una amenaza: es un aliado. Esa cercanía física, casi como si ambos compartieran el mismo cuerpo y espíritu, es el corazón emocional de la obra.
Este retrato no representa una escena de acción, sino un momento de introspección poderosa. Naruto no está atacando, ni defendiendo: está enfrentando su verdad. Y en esa verdad, habita el zorro. El monstruo ha dejado de serlo. Ahora es un espejo.
La técnica giclée potencia esta intensidad. Los detalles, las texturas del pelaje de Kurama y del cabello de Naruto, la calidez otoñal, la profundidad de las sombras, todo invita a una contemplación prolongada. Esta es una imagen que no se agota en una sola mirada. Cada hoja que cae parece contener un recuerdo, una pérdida, una victoria.
Así, esta giclée es más que un retrato. Es una afirmación visual del viaje interior de Naruto: del odio al perdón, del aislamiento a la unidad. Un homenaje a la resiliencia, al entendimiento, y al poder de aceptar lo que llevamos dentro.
Artwork created on professional canvas using the giclée printing technique on canvas. Digital art using contemporary media and AI.
Obra de arte del artista Canvas Fit-Alberto Ricardo realizada en la técnica Impresión Giclée, sobre lienzo profesional de alta calidad, 100% algodón, máxima resistente a manipulación y agentes exteriores de la marca Eco Canvas Roma Glossy, satinado.
Garantizamos un producto duradero y de calidad visual.
Dimensión de 60 x 80 cm de pintura con 5 cm de profundidad.
Edición limitada 3/5.
En el dorso de la pieza podrá encontrar los datos sobre la obra.
El envío se realizará a través de la Cia. United Parcel Service (UPS), para España y Europa, y a través de la Cia. Fedex para el resto del mundo.
La obra irá enrollada y estará protegida mediante varias capas de embalaje, nailón burbuja y colocada en un tubo resistente.
Una vez pagada la obra, se requieren tres días para el proceso de embalaje y entrega a la compañía de envió.
La pieza le llegará al termino de diez días, según el país de destino.
En esta poderosa imagen giclée, la figura de Naruto Uzumaki se funde simbólicamente con la presencia feroz y sabia de Kurama, el zorro de nueve colas. Sus rostros se alinean, compartiendo un mismo plano, como si fueran dos mitades de una misma alma. El arte capta un instante de absoluta comunión entre el ninja y la bestia sellada dentro de él. No hay lucha aquí, ni rechazo, sino entendimiento. Sus miradas intensas —los ojos celestes de Naruto y los dorados e incandescentes de Kurama— comunican determinación, memoria y destino compartido.
El fondo otoñal, con hojas rojas y naranjas cayendo suavemente, subraya un tiempo de cambio, de maduración. Otoño, como estación simbólica, sugiere que este joven shinobi ha entrado en una nueva etapa, más allá del niño que fue rechazado por su aldea. Naruto, alguna vez portador solitario de una maldición, ahora aparece como un guerrero maduro que ha transformado su carga en poder, y su miedo en empatía.
El arte está ejecutado con un estilo que mezcla la estética japonesa tradicional con trazos modernos de manga. El uso de líneas finas, casi grabadas, contrasta con el color vibrante que recuerda las paletas del ukiyo-e. El giclée no es sólo una imagen decorativa; es una expresión cargada de narrativa. Aquí se plasma una de las relaciones más complejas y emocionantes del universo de Naruto: el lazo entre humano y bestia, entre víctima y verdugo, entre miedo y redención.
La cinta negra que ondea detrás de Naruto, su banda de Konoha sobre la frente, y los trazos de su bufanda, refuerzan su identidad como shinobi. Pero más allá del guerrero, se nos muestra al puente que une dos mundos: el de la humanidad y el de las antiguas fuerzas míticas. Kurama, cuyo rostro aparece parcialmente en la imagen, ya no es una amenaza: es un aliado. Esa cercanía física, casi como si ambos compartieran el mismo cuerpo y espíritu, es el corazón emocional de la obra.
Este retrato no representa una escena de acción, sino un momento de introspección poderosa. Naruto no está atacando, ni defendiendo: está enfrentando su verdad. Y en esa verdad, habita el zorro. El monstruo ha dejado de serlo. Ahora es un espejo.
La técnica giclée potencia esta intensidad. Los detalles, las texturas del pelaje de Kurama y del cabello de Naruto, la calidez otoñal, la profundidad de las sombras, todo invita a una contemplación prolongada. Esta es una imagen que no se agota en una sola mirada. Cada hoja que cae parece contener un recuerdo, una pérdida, una victoria.
Así, esta giclée es más que un retrato. Es una afirmación visual del viaje interior de Naruto: del odio al perdón, del aislamiento a la unidad. Un homenaje a la resiliencia, al entendimiento, y al poder de aceptar lo que llevamos dentro.

