Ramiro Segrelles (1953) - Charca

La obra representa un paisaje mediterráneo natural, que evoca un humedal o marisma, con vegetación espontánea y aguas poco profundas, plasmado mediante una pintura de gran textura. La composición horizontal acentúa la percepción del espacio y el silencio del paisaje, invitando a una lectura pausada y contemplativa.

La superficie pintada se construye con empastes gruesos y estratificados, aplicados con pincel y espátula. La vegetación se define mediante líneas incisas en la pintura fresca, un elemento distintivo que aporta ritmo y dinamismo a la composición. La paleta, dominada por verdes, ocres, grises y azules, transmite una luz natural y vibrante, típica del paisaje valenciano.

El agua no está representada de forma realista sino que se sugiere a través de movimientos horizontales del material, creando reflejos y profundidad sin recurrir al detalle.

• Uso decisivo de pintura texturizada
• Aplicación de color con espátula y pinceladas gestuales.
Incisiones y graffituras en la materia pictórica.
• Equilibrio entre figuración y abstracción
Gran atención a la luz y a la estructura del paisaje.

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Ramiro Segrelles es un pintor valenciano conocido por una búsqueda pictórica centrada en el paisaje y la materia. Su obra se enmarca en la tradición del paisajismo mediterráneo, reinterpretado en clave contemporánea mediante un lenguaje gestual y físico. En sus trabajos, el color y la materia se convierten en protagonistas absolutos, transformando el paisaje en una experiencia sensorial más que descriptiva.

Sus obras son apreciadas por la fuerza expresiva, la coherencia estilística y el vínculo con el territorio, elementos que hacen que sus trabajos sean de particular interés para coleccionistas de pintura contemporánea española y valenciana.