Riccardo Magatti - Le mie città di notte






Posee una maestría en Cine y Artes Visuales; curador, escritor e investigador con experiencia.
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Obra original de 2023 realizada en acrílico Le mie città di notte de Riccardo Magatti, 35x50 cm, paisaje marino, firmada a mano con certificado de autenticidad y sello de la galería, vendida directamente por el artista.
Descripción del vendedor
Riccardo Magatti
Ópera original realizada con acrílicos, acuarelas, marcadores y china, dimensiones 35x50cm, lista para enmarcar.
Certificado de autenticidad firmado directamente por el artista y con sello de la galería de arte Spazio Eventi. Será enviado cuidadosamente embalado con el mensajero Mail Boxes y con seguimiento.
Biografía
Riccardo Magatti es un artista de gran relevancia, reconocido por su enfoque único y distintivo en el arte contemporáneo. Su carrera se ha desarrollado a través de una serie de exposiciones significativas, tanto a nivel nacional como internacional, que han puesto de manifiesto su talento y creatividad. Sus obras han sido exhibidas en museos prestigiosos, ferias de arte y pinacotecas, recibiendo la aprobación de críticos y coleccionistas.
Magatti ha sabido captar la atención del público y de los expertos del sector, con trabajos que se caracterizan por su originalidad y profundidad expresiva. Su presencia en anuarios de arte contemporáneo y revistas especializadas testimonia la importancia de su contribución al panorama artístico actual. Sus obras están custodiadas en colecciones privadas y públicas en todo el mundo, confirmando su estatus de artista consolidado y buscado.
La continua evolución de su estilo y de sus técnicas hace de Riccardo Magatti un referente en el mundo del arte contemporáneo, capaz de inspirar y sorprender al público con cada nueva creación.
Una naturaleza inmutable, representada con astros, montañas, nubes de dimensiones surrealistas, comunica la grandeza del único aspecto de la realidad sobre el cual el ser humano, realizado con el estilo ilustrativo típico de Magatti, no puede intervenir directamente, y por eso lo vemos esforzarse y construir su propia realidad dentro de ciudades que él mismo ha creado. Si la representación pictórica de los elementos comunica una separación ontológica entre el hombre y la naturaleza, los colores vivos anulan ese sentido de inquietud, sugiriendo la capacidad del hombre para moldear su cotidianidad, haciéndola rica en significado.
La representación de la componente naturalista ocupa las tres cuartas partes de la obra, sugiriendo la grandeza y la inescrutabilidad con la que el ser humano se encuentra inevitablemente, sublimando casi esta relación, que en la obra de Magatti se expresa con la representación del hombre en contemplación del fenómeno natural: ¿una luna? ¿Una puesta de sol que ilumina y colorea la inmensa extensión del mar? Los personajes, de espaldas al espectador, en los tejados, están orientados hacia este espectáculo, y frente a esta obra nos convertimos en espectadores nosotros mismos.
Una obra que devuelve una imagen familiar a quienes han crecido o viven en una ciudad costera. La cotidianeidad se acompaña de la luz que se refleja en las aguas del mar y marca, con sus colores, las fases del día. Magatti en su obra narra, con su estilo imaginativo, la tensión que impulsa al ser humano a dirigir, cada vez que puede, su mirada hacia la inmensa extensión del mar.
A veces, bien mirado, en sus obras Magatti reduce la distancia que, en sentido moderno, separa al ser humano del elemento natural y, con artimaños típicos de un sueño, representa el vínculo incesante e inesgotable que existe entre ambos. Ya no somos solo espectadores, sino que interactuamos con el entorno del que venimos y en el que vivimos. En su estilo, de tradición ilustrativa, alimenta la fantasía de adultos y niños: una escalera en medio del mar nos permite alcanzar esas estrellas que, sin la fantasía, solo podemos observar desde lejos.
Cecilia Borrelli
Riccardo, nacido en Como en 1971, emprendió un camino artístico que data de hace aproximadamente 20 años, inspirado por un viaje a Barcelona. Allí, al visitar los museos dedicados a Salvador Dalí, quedó fascinado no solo por su pintura, sino por todo el universo creativo del artista catalán. Este encuentro le provocó una profunda reflexión: “Contaba el sueño de otros, y me pregunté... ¿por qué no contar los míos?”.
Según Riccardo, el arte es un medio de comunicación sin barreras, a través del cual puede expresar sus miedos, alegrías, dolores y emociones. Su proyecto artístico comenzó hace aproximadamente dos décadas, cuando se enfrentó a su miedo a las grandes ciudades, percibidas como lugares grises y fríos. Desde ese momento, decidió apropiarse de estos espacios, transformando el blanco y negro de su visión en una paleta vibrante de colores.
La ciudad, en todas sus manifestaciones, es el centro de su obra. Riccardo la explora sin límites, expresando un gran sentido de libertad que logra transmitir a través de su arte. Su visión es la de un mundo mejor, lleno de colores, positividad y esperanza. Sus obras invitan al espectador a caminar entre los rascacielos, descubriendo las interacciones y relaciones que se entrelazan dentro de estos 'contenedores' urbanos, que a menudo parecen anónimos.
La iluminación creativa de Riccardo ocurrió justo durante su visita al Museo Salvador Dalí, donde comprendió cómo el genio del artista residía en su capacidad de transformar sus sueños en pintura. Desde ese momento, decidió seguir ese mismo camino, adaptándolo a su sensibilidad y a su visión única del mundo.
De esta manera, Riccardo no solo rinde homenaje a Dalí, sino que convierte su sueño en una realidad vívida y colorida, capaz de tocar el corazón y el alma de quienes observan sus obras.
Riccardo se inspira en elementos cotidianos y en su propia experiencia personal para crear sus obras. Sus ciudades, aunque puedan parecer caóticas y desordenadas a simple vista, en realidad son el resultado de un proceso creativo íntimo y reflexivo. Cada casa, cada detalle que añade, es una pequeña parte de su evolución personal, que se expresa a través del arte.
El uso de diferentes medios, como lápices, marcadores, tintas y colores acrílicos, refleja un enfoque versátil, permitiéndole explorar diversas técnicas y estilos. La idea de construir las ciudades 'pieza por pieza' sin un plan predefinido contribuye a hacer sus obras auténticas, casi como si cada hoja fuera un mapa de un viaje personal en constante evolución.
La referencia a la Settimana Enigmistica, y en particular a las pequeñas ciudades allí representadas, añade una dimensión de ligereza y cotidianidad a su trabajo. Este vínculo sugiere que el arte de Riccardo parte de elementos comunes, para luego transformarlos en algo completamente nuevo y estimulante.
La presencia recurrente del gato en sus obras podría simbolizar un elemento constante y reconfortante en su viaje artístico, un signo distintivo que hace que cada ciudad sea reconocible.
Finalmente, su afirmación de querer seguir haciendo esto durante toda la vida indica una profunda pasión y dedicación hacia su arte. Sus ciudades no son solo representaciones gráficas, sino un reflejo de la sociedad actual, con sus historias, desafíos y bellezas. De esta manera, Riccardo logra captar no solo la estética, sino también la esencia de la vida humana, transformando sus obras en una invitación a la observación y la reflexión.
La primera ciudad era en blanco y negro, de cubos en 3D, sin siquiera ventanas, todo muy estilizado, incluso la naturaleza estaba ausente, el artista quería representar lo que todas las personas viven y en lo que todos puedan reconocerse. Aquí comienzan a aparecer los personajes, primero un poco aislados pero, posteriormente, se relacionan entre sí, están en pareja, asomados al balcón, caminan sobre la cuerda de una ventana a otra, observan el mundo desde el tejado de una casa. Es un mundo fantástico, imaginario.
La narración continúa tomando forma a medida que los personajes se mueven por el paisaje. Cada figura, aunque estilizada y sin detalles, emana emociones universales: alegría, soledad, conexión. Colores vibrantes comienzan a emerger gradualmente en blanco y negro, como si las interacciones hicieran que el mundo fuera más rico y profundo.
En este universo imaginario, el artista logra capturar la esencia de la vida: la soledad puede transformarse en una conexión, el silencio en melodías, y cada persona, aunque inicialmente aislada, encuentra su lugar en un conjunto armonioso. El mensaje es claro: la belleza de la vida reside en las relaciones que construimos y en las experiencias compartidas. Y así, la ciudad, que en un principio parecía sin vida, se convierte en un escenario de historias, interacciones y colores. Un lugar donde cada uno puede encontrarse y sentirse parte de algo más grande.
Artista conocido por sus obras que representan ciudades imaginarias habitadas por pequeños personajes. Estos personajes, a menudo caracterizados por rasgos peculiares y únicos, interactúan entre sí de maneras que cuentan historias de la vida cotidiana, emociones y relaciones humanas.
En sus obras, la ciudad se convierte en un microcosmos en el que se reflejan dinámicas sociales e interacciones humanas. Las escenas pueden variar desde momentos de alegría y convivialidad hasta situaciones de reflexión y soledad.
Con el paso del tiempo, los personajes comienzan a explorar no solo su entorno, sino también sus propias emociones. Cada encuentro, cada mirada compartida, se convierte en una experiencia que enriquece el paisaje circundante. Los cubos, inicialmente rígidos y sin vida, comienzan a cambiar: se doblan, se superponen, se tiñen de diferentes tonalidades, reflejando la complejidad de los lazos humanos.
Las escenas suelen estar animadas por un sentido de maravilla y descubrimiento, con personajes que exploran nuevos espacios, trepan o descansan, están en pareja, asomados al balcón, caminan sobre la cuerda de una ventana a otra, observan el mundo desde el tejado de la casa.
Cada ilustración cuenta una historia, invitando al espectador a imaginar la vida que se desarrolla en estos mundos fantásticos, donde la fusión de culturas diferentes da lugar a una nueva realidad.
Estos pequeños habitantes parecen interactuar con el entorno de maneras únicas, utilizando las estructuras arquitectónicas no solo como fondo, sino también como parte integral de su vida cotidiana.
Riccardo Magatti
Ópera original realizada con acrílicos, acuarelas, marcadores y china, dimensiones 35x50cm, lista para enmarcar.
Certificado de autenticidad firmado directamente por el artista y con sello de la galería de arte Spazio Eventi. Será enviado cuidadosamente embalado con el mensajero Mail Boxes y con seguimiento.
Biografía
Riccardo Magatti es un artista de gran relevancia, reconocido por su enfoque único y distintivo en el arte contemporáneo. Su carrera se ha desarrollado a través de una serie de exposiciones significativas, tanto a nivel nacional como internacional, que han puesto de manifiesto su talento y creatividad. Sus obras han sido exhibidas en museos prestigiosos, ferias de arte y pinacotecas, recibiendo la aprobación de críticos y coleccionistas.
Magatti ha sabido captar la atención del público y de los expertos del sector, con trabajos que se caracterizan por su originalidad y profundidad expresiva. Su presencia en anuarios de arte contemporáneo y revistas especializadas testimonia la importancia de su contribución al panorama artístico actual. Sus obras están custodiadas en colecciones privadas y públicas en todo el mundo, confirmando su estatus de artista consolidado y buscado.
La continua evolución de su estilo y de sus técnicas hace de Riccardo Magatti un referente en el mundo del arte contemporáneo, capaz de inspirar y sorprender al público con cada nueva creación.
Una naturaleza inmutable, representada con astros, montañas, nubes de dimensiones surrealistas, comunica la grandeza del único aspecto de la realidad sobre el cual el ser humano, realizado con el estilo ilustrativo típico de Magatti, no puede intervenir directamente, y por eso lo vemos esforzarse y construir su propia realidad dentro de ciudades que él mismo ha creado. Si la representación pictórica de los elementos comunica una separación ontológica entre el hombre y la naturaleza, los colores vivos anulan ese sentido de inquietud, sugiriendo la capacidad del hombre para moldear su cotidianidad, haciéndola rica en significado.
La representación de la componente naturalista ocupa las tres cuartas partes de la obra, sugiriendo la grandeza y la inescrutabilidad con la que el ser humano se encuentra inevitablemente, sublimando casi esta relación, que en la obra de Magatti se expresa con la representación del hombre en contemplación del fenómeno natural: ¿una luna? ¿Una puesta de sol que ilumina y colorea la inmensa extensión del mar? Los personajes, de espaldas al espectador, en los tejados, están orientados hacia este espectáculo, y frente a esta obra nos convertimos en espectadores nosotros mismos.
Una obra que devuelve una imagen familiar a quienes han crecido o viven en una ciudad costera. La cotidianeidad se acompaña de la luz que se refleja en las aguas del mar y marca, con sus colores, las fases del día. Magatti en su obra narra, con su estilo imaginativo, la tensión que impulsa al ser humano a dirigir, cada vez que puede, su mirada hacia la inmensa extensión del mar.
A veces, bien mirado, en sus obras Magatti reduce la distancia que, en sentido moderno, separa al ser humano del elemento natural y, con artimaños típicos de un sueño, representa el vínculo incesante e inesgotable que existe entre ambos. Ya no somos solo espectadores, sino que interactuamos con el entorno del que venimos y en el que vivimos. En su estilo, de tradición ilustrativa, alimenta la fantasía de adultos y niños: una escalera en medio del mar nos permite alcanzar esas estrellas que, sin la fantasía, solo podemos observar desde lejos.
Cecilia Borrelli
Riccardo, nacido en Como en 1971, emprendió un camino artístico que data de hace aproximadamente 20 años, inspirado por un viaje a Barcelona. Allí, al visitar los museos dedicados a Salvador Dalí, quedó fascinado no solo por su pintura, sino por todo el universo creativo del artista catalán. Este encuentro le provocó una profunda reflexión: “Contaba el sueño de otros, y me pregunté... ¿por qué no contar los míos?”.
Según Riccardo, el arte es un medio de comunicación sin barreras, a través del cual puede expresar sus miedos, alegrías, dolores y emociones. Su proyecto artístico comenzó hace aproximadamente dos décadas, cuando se enfrentó a su miedo a las grandes ciudades, percibidas como lugares grises y fríos. Desde ese momento, decidió apropiarse de estos espacios, transformando el blanco y negro de su visión en una paleta vibrante de colores.
La ciudad, en todas sus manifestaciones, es el centro de su obra. Riccardo la explora sin límites, expresando un gran sentido de libertad que logra transmitir a través de su arte. Su visión es la de un mundo mejor, lleno de colores, positividad y esperanza. Sus obras invitan al espectador a caminar entre los rascacielos, descubriendo las interacciones y relaciones que se entrelazan dentro de estos 'contenedores' urbanos, que a menudo parecen anónimos.
La iluminación creativa de Riccardo ocurrió justo durante su visita al Museo Salvador Dalí, donde comprendió cómo el genio del artista residía en su capacidad de transformar sus sueños en pintura. Desde ese momento, decidió seguir ese mismo camino, adaptándolo a su sensibilidad y a su visión única del mundo.
De esta manera, Riccardo no solo rinde homenaje a Dalí, sino que convierte su sueño en una realidad vívida y colorida, capaz de tocar el corazón y el alma de quienes observan sus obras.
Riccardo se inspira en elementos cotidianos y en su propia experiencia personal para crear sus obras. Sus ciudades, aunque puedan parecer caóticas y desordenadas a simple vista, en realidad son el resultado de un proceso creativo íntimo y reflexivo. Cada casa, cada detalle que añade, es una pequeña parte de su evolución personal, que se expresa a través del arte.
El uso de diferentes medios, como lápices, marcadores, tintas y colores acrílicos, refleja un enfoque versátil, permitiéndole explorar diversas técnicas y estilos. La idea de construir las ciudades 'pieza por pieza' sin un plan predefinido contribuye a hacer sus obras auténticas, casi como si cada hoja fuera un mapa de un viaje personal en constante evolución.
La referencia a la Settimana Enigmistica, y en particular a las pequeñas ciudades allí representadas, añade una dimensión de ligereza y cotidianidad a su trabajo. Este vínculo sugiere que el arte de Riccardo parte de elementos comunes, para luego transformarlos en algo completamente nuevo y estimulante.
La presencia recurrente del gato en sus obras podría simbolizar un elemento constante y reconfortante en su viaje artístico, un signo distintivo que hace que cada ciudad sea reconocible.
Finalmente, su afirmación de querer seguir haciendo esto durante toda la vida indica una profunda pasión y dedicación hacia su arte. Sus ciudades no son solo representaciones gráficas, sino un reflejo de la sociedad actual, con sus historias, desafíos y bellezas. De esta manera, Riccardo logra captar no solo la estética, sino también la esencia de la vida humana, transformando sus obras en una invitación a la observación y la reflexión.
La primera ciudad era en blanco y negro, de cubos en 3D, sin siquiera ventanas, todo muy estilizado, incluso la naturaleza estaba ausente, el artista quería representar lo que todas las personas viven y en lo que todos puedan reconocerse. Aquí comienzan a aparecer los personajes, primero un poco aislados pero, posteriormente, se relacionan entre sí, están en pareja, asomados al balcón, caminan sobre la cuerda de una ventana a otra, observan el mundo desde el tejado de una casa. Es un mundo fantástico, imaginario.
La narración continúa tomando forma a medida que los personajes se mueven por el paisaje. Cada figura, aunque estilizada y sin detalles, emana emociones universales: alegría, soledad, conexión. Colores vibrantes comienzan a emerger gradualmente en blanco y negro, como si las interacciones hicieran que el mundo fuera más rico y profundo.
En este universo imaginario, el artista logra capturar la esencia de la vida: la soledad puede transformarse en una conexión, el silencio en melodías, y cada persona, aunque inicialmente aislada, encuentra su lugar en un conjunto armonioso. El mensaje es claro: la belleza de la vida reside en las relaciones que construimos y en las experiencias compartidas. Y así, la ciudad, que en un principio parecía sin vida, se convierte en un escenario de historias, interacciones y colores. Un lugar donde cada uno puede encontrarse y sentirse parte de algo más grande.
Artista conocido por sus obras que representan ciudades imaginarias habitadas por pequeños personajes. Estos personajes, a menudo caracterizados por rasgos peculiares y únicos, interactúan entre sí de maneras que cuentan historias de la vida cotidiana, emociones y relaciones humanas.
En sus obras, la ciudad se convierte en un microcosmos en el que se reflejan dinámicas sociales e interacciones humanas. Las escenas pueden variar desde momentos de alegría y convivialidad hasta situaciones de reflexión y soledad.
Con el paso del tiempo, los personajes comienzan a explorar no solo su entorno, sino también sus propias emociones. Cada encuentro, cada mirada compartida, se convierte en una experiencia que enriquece el paisaje circundante. Los cubos, inicialmente rígidos y sin vida, comienzan a cambiar: se doblan, se superponen, se tiñen de diferentes tonalidades, reflejando la complejidad de los lazos humanos.
Las escenas suelen estar animadas por un sentido de maravilla y descubrimiento, con personajes que exploran nuevos espacios, trepan o descansan, están en pareja, asomados al balcón, caminan sobre la cuerda de una ventana a otra, observan el mundo desde el tejado de la casa.
Cada ilustración cuenta una historia, invitando al espectador a imaginar la vida que se desarrolla en estos mundos fantásticos, donde la fusión de culturas diferentes da lugar a una nueva realidad.
Estos pequeños habitantes parecen interactuar con el entorno de maneras únicas, utilizando las estructuras arquitectónicas no solo como fondo, sino también como parte integral de su vida cotidiana.
