Castagna Maurizio 1961 - XL - Spiragli di Pace

Un abstracto de gran fuerza emotiva de Maurizio Castagna: pieza de colección.




Con Spiragli di pace, Maurizio Castagna confirma su posición como una de las voces más personales y vibrantes de la pintura abstracta italiana contemporánea. Su formación en la Accademia Albertina de Turín, junto con un pasado en la rigurosa pintura figurativa y importantes cargos institucionales en las Curias episcopales de Asti, Catania y Caltanissetta, constituyen la base sólida desde la cual el artista se liberó para llegar a un lenguaje gestual de gran fuerza emotiva.
La pintura de Castagna surge de un proceso complejo y profundamente meditativo: capas sucesivas de pigmentos, temple al huevo, esmaltes, acrílicos y resinas formuladas por él mismo crean una superficie viva, cambiante, en la que cada paso queda inscrito como una memoria interior. La materia pictórica no cubre: revela. No anula: afloran. Es una escritura estratificada que respira, vibra, se mueve.
En esta estructura emergen gestos automáticos, pulsionales, que Castagna confía al instinto y a la espontaneidad, en diálogo con la gran tradición del Action Painting y del Surrealismo gestual. Las referencias declaradas – Pollock, Lee Krasner, De Kooning, Sam Francis (conocido personalmente por el artista), junto con Afro, Birolli, Severini, Montanarini y Rothko – nunca se convierten en cita, sino en raíces de una libertad expresiva totalmente personal.
Okwui Enwezor escribió sobre su obra:
La pintura de Castagna no representa una realidad objetiva o subjetiva: libera una tensión interna. Cada gesto, cada mancha, cada variación de resina está calibrada para generar emoción, sugestión, escalofríos.
Una observación valiosa, que revela la naturaleza profunda de su hacer pictórico.
En Spiragli di pace, la energía del gesto no estalla en caos, sino que se organiza en un equilibrio vibrante: líneas radiales, trazos que se cruzan, áreas luminosas que emergen como relámpagos repentinos. La obra parece capturar el momento en que una tensión se disuelve y deja filtrar una luz nueva.
Estos 'resquicios' no son simples efectos cromáticos: son una metáfora de un deseo universal de armonía en un mundo atravesado por conflictos. Castagna no ilustra la paz: la evoca, la deja emerger como fenómeno emocional.
La obra posee una cualidad rara: une fuerza y delicadeza, energía y contemplación, gesto y respiro. Es pintura que habla a la mirada y, al mismo tiempo, a la memoria emocional de quien la observa.
Castagna, artista presente en colecciones públicas y privadas en Europa, América, Oriente Medio y Asia, documentado en numerosas publicaciones como Giorgio Mondadori, Bolaffi y Il Quadrato, demuestra una vez más su madurez y conciencia.
Resquicios de paz es una de sus obras más intensas: una ventana abierta a la posibilidad de una paz frágil pero luminosa, capaz de superar fronteras, culturas y tiempos.