Liana - Wächter






Tiene una licenciatura en historia del arte y una maestría en gestión artística y cultural.
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Liana, Wächter, es una pintura al óleo original de 2025, de 50 × 50 cm, firmada Handsigniert, que representa un paisaje invernal de río con dos árboles.
Descripción del vendedor
La obra muestra un paisaje invernal de río, en el que la superficie de agua congelada domina el espacio y emite una calma casi meditativa. El río, normalmente símbolo de movimiento, corriente y cambio, aquí está completamente helado — cubierto por una capa sólida de nieve blanca, como si el tiempo mismo se hubiera congelado.
Los elementos centrales de la composición son dos árboles que están 'atrapados' en la orilla del río helado. Sus ramas desnudas llevan las huellas de la nieve y del frío viento de invierno, formando líneas gráficas y marcadas en el paisaje. Los dos árboles parecen ser guardianes silenciosos — símbolos de resistencia y soledad que desafían la dureza del invierno.
La paleta de colores discreta — gris frío, el suave brillo de la nieve y el azul mate del hielo — crea una atmósfera en la que la dureza de la naturaleza y la calma poética de la escena se funden entre sí.
La obra invita al espectador a una quietud contemplativa: muestra la fuerza del invierno, bajo la cual la naturaleza y el tiempo parecen estar congelados al mismo tiempo, mientras que los dos árboles se convierten en protagonistas silenciosos e inquebrantables de este entorno.
La obra muestra un paisaje invernal de río, en el que la superficie de agua congelada domina el espacio y emite una calma casi meditativa. El río, normalmente símbolo de movimiento, corriente y cambio, aquí está completamente helado — cubierto por una capa sólida de nieve blanca, como si el tiempo mismo se hubiera congelado.
Los elementos centrales de la composición son dos árboles que están 'atrapados' en la orilla del río helado. Sus ramas desnudas llevan las huellas de la nieve y del frío viento de invierno, formando líneas gráficas y marcadas en el paisaje. Los dos árboles parecen ser guardianes silenciosos — símbolos de resistencia y soledad que desafían la dureza del invierno.
La paleta de colores discreta — gris frío, el suave brillo de la nieve y el azul mate del hielo — crea una atmósfera en la que la dureza de la naturaleza y la calma poética de la escena se funden entre sí.
La obra invita al espectador a una quietud contemplativa: muestra la fuerza del invierno, bajo la cual la naturaleza y el tiempo parecen estar congelados al mismo tiempo, mientras que los dos árboles se convierten en protagonistas silenciosos e inquebrantables de este entorno.
