Scapaticci Giulio (1933-2006) - Ape (1955)





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Ape (1955), pintura al óleo, periodo 1950-1960, Italia; vendido con marco.
Descripción del vendedor
Giulio Scapaticci (Milán, 27 de mayo de 1933 – Milán, 2006)
La pintura de Scapaticci representa una mirada lírica, una captura metafórica en los gestos de la expresión. Cantor de un mundo de periferia urbana, de humildes objetos cotidianos, imágenes de granjas como suspendidas en un tiempo indefinido, riberas de ríos y playas donde el hombre no está y si está, siempre está solo, en espera, interiores-exteriores en los que la suavidad de los tonos cromáticos evoca un sueño, una atmósfera tranquila e íntimamente lírica. De carácter libertario, Scapaticci atravesó el Milán de los años 50 y 60, donde el arte era la columna vertebral. El Milán de los Navigli, de los bandidos, de la lírica, de las nieblas densas e infranqueables. Años formidables en los que artistas se miraban entre sí para trasladar las fragilidades a la tela, a la materia. El arte italiano miraba a Francia, Alemania y viceversa. El bar Jamaica de Milán se convirtió en el centro del arte milanés y no solo. Cerca de Brera, este local humeante y antiguo, era frecuentado por pintores, poetas, escultores, cantantes líricos italianos y extranjeros. Scapaticci estaba allí, con otros artistas, y fue allí donde surgieron, alrededor del vino y los cigarrillos, ideas e intuiciones en la pintura, la escultura y la poesía.
La Milán metafísica de Giulio Scapaticci:
En un cuadro hay algo que no ves y que nunca verás, imposible de definir: el alma, la intuición del sentido original de las cosas, la expresión de heridas personales.
Corredato de paspartú en regalo 20x30cm.
Forma parte de mi colección, vendo sin certificado.
envío rápido y asegurado
Giulio Scapaticci (Milán, 27 de mayo de 1933 – Milán, 2006)
La pintura de Scapaticci representa una mirada lírica, una captura metafórica en los gestos de la expresión. Cantor de un mundo de periferia urbana, de humildes objetos cotidianos, imágenes de granjas como suspendidas en un tiempo indefinido, riberas de ríos y playas donde el hombre no está y si está, siempre está solo, en espera, interiores-exteriores en los que la suavidad de los tonos cromáticos evoca un sueño, una atmósfera tranquila e íntimamente lírica. De carácter libertario, Scapaticci atravesó el Milán de los años 50 y 60, donde el arte era la columna vertebral. El Milán de los Navigli, de los bandidos, de la lírica, de las nieblas densas e infranqueables. Años formidables en los que artistas se miraban entre sí para trasladar las fragilidades a la tela, a la materia. El arte italiano miraba a Francia, Alemania y viceversa. El bar Jamaica de Milán se convirtió en el centro del arte milanés y no solo. Cerca de Brera, este local humeante y antiguo, era frecuentado por pintores, poetas, escultores, cantantes líricos italianos y extranjeros. Scapaticci estaba allí, con otros artistas, y fue allí donde surgieron, alrededor del vino y los cigarrillos, ideas e intuiciones en la pintura, la escultura y la poesía.
La Milán metafísica de Giulio Scapaticci:
En un cuadro hay algo que no ves y que nunca verás, imposible de definir: el alma, la intuición del sentido original de las cosas, la expresión de heridas personales.
Corredato de paspartú en regalo 20x30cm.
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