Sonia J. - " Rupture" - "Here, There and Everywhere" Series - XXL

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Heiko Neitzel
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Sonia J.’s de 2025, acrílico y mixed media sobre lienzo, título “Rupture” de la serie Here, There and Everywhere, XXL (116 × 148 cm, 2 kg), original y nuevo, firmado en la parte trasera, procedente de Portugal, multicolor, con Certificado de Autenticidad firmado.

Resumen redactado con la ayuda de la IA

Descripción del vendedor

"Rupture" fue creado o Título: Rupture
Artista: Sonia J. (1971, Portugal)
Colección: Aquí, Allí y En Todas Partes
Técnica: Acrílico y medios mixtos sobre lienzo
Dimensiones: 116 × 148 cm (formato XXL)
Año: 2025
Condición: Nuevo – directamente del estudio del artista.
Firma: Firmado a mano en la parte trasera
Certificado: Incluye un Certificado de Autenticidad firmado.
Envío: enrollado en un tubo protector resistente (con seguimiento y asegurado)


Descripción de la obra de arte

"Rupture" — de la serie Here, There and Everywhere — fue creada en un día en el que colisionaron múltiples emociones: tristeza, alegría, ira, confusión y la urgente necesidad de entenderse a uno mismo como mujer. Los profundos y estratificados tonos de azul forman un campo atmosférico de introspección, anclando la pintura con una presencia tranquila pero contundente.

En el centro, destellos de rojo y verde emergen como un latido sumergido — crudo, no resuelto y claramente humano. Estos colores no buscan equilibrio; surgen e interrumpen, encarnando las fisuras emocionales que afloran cuando el mundo interior ya no puede mantenerse contenido.

Las marcas gestuales a lo largo de la obra son confesionales más que decorativas. Cada trazo lleva la tensión entre contenerse y abrirse, el silencio y la expresión, la disciplina y la liberación. “Ruptura” no busca la armonía — abraza la complejidad y contradicción de la experiencia vivida. Revela las fracturas íntimas del corazón, los momentos vulnerables en los que la emoción se derrama hacia adentro en lugar de hacia afuera.

Desde una perspectiva decorativa, esta pieza XXL introduce una profunda intensidad emocional en interiores refinados. Su paleta rica y sofisticada y su presencia imponente la convierten en un punto focal excepcional para espacios de vida contemporáneos, entornos arquitectónicos, hogares de coleccionistas y ambientes de lujo. “Rupture” se presenta como una declaración audaz y elegante, aportando intensidad, matiz y fuerza silenciosa a cualquier espacio que honre el arte con gravedad emocional.

Sobre la artista — Sonia J. (Portugal, 1971):

De salas de juntas a lienzos...
De la perspicacia empresarial a la naturaleza salvaje...
De la estrategia a una visión más allá del lienzo...
Empoderamiento de la mujer a través del arte

Vivo entre dos mundos: el que construí a través de la precisión y el que reclamé mediante la emoción. 'Dual Hirathe' es donde se encuentran.

Pasé tres décadas en un mundo definido por la claridad, la velocidad y el control. Cada decisión era medida. Cada minuto, contado. Cada objetivo, una línea en un mapa estratégico. Era una vida construida sobre la precisión — analizando, estimulante, exigente y, a veces, absorbente. Durante años, creí que el liderazgo significaba cargar con peso con gracia, sin dudar, sin desacelerar. Estaba rodeado de personas que prosperaban con la ambición y la lógica, y aprendí a destacar dentro de esa estructura. Pero en algún momento, entre el movimiento constante y las reuniones pulidas, empecé a perder el sonido de mi propia voz. Cuando finalmente hice una pausa (mediados de 2024) — de verdad, una pausa — lo que escuché fue silencio. No vacío, sino un silencio lleno de potencial. El tipo de silencio que invita a que algo nuevo emerja. Ese fue el comienzo de mi metamorfosis.

Mi trabajo nace de un diálogo entre mundos — entre lo racional y lo intuitivo, lo medido y lo instintivo. Refleja el viaje desde la agudeza empresarial hasta la expresividad, desde una vida de estrategia global hasta una vida moldeada por la textura, el silencio y el paisaje. Después de tres décadas liderando en el ámbito corporativo, aprendí el idioma de la estructura — claridad, precisión, propósito. Esto entrenó mi ojo para ver sistemas, reconocer patrones, equilibrar la complejidad con la sencillez. Pero cuando me volqué al arte, ese idioma empezó a disolverse. En su lugar surgió otro vocabulario — táctil, emocional, fluido — que solo podía ser hablado a través de pigmento y arena, mediante la paciencia en capas de un lienzo que evoluciona con el tiempo.

Salir del mundo corporativo no fue un acto de valentía, sino una rendición gradual. Al principio, intenté llevar las mismas reglas a mi nueva vida: metas, resultados, indicadores de rendimiento. Pero el arte se negó a ser gestionado. Exigía vulnerabilidad. Requería que escuchara en lugar de dirigir. Cuando tocé por primera vez un lienzo en blanco, no sabía que se convertiría en mi nuevo idioma. Solo sabía que las palabras tenían límites, y que las emociones —las que había enterrado bajo eficiencia y profesionalismo— pedían respirar. Los colores se convirtieron en mi vocabulario. La textura, en mi sintaxis. Cada capa de arena, gesso y pigmento expresaba lo que aún no podía decir en voz alta: que la transformación no consiste en borrar quién eras, sino en permitir que todas las versiones de ti coexistan.

En el liderazgo, viví con energía masculina: decisiva, analítica, orientada hacia el exterior. En el arte, encontré su contraparte — la femenina: receptiva, intuitiva, expansiva interiormente.
Ni uno ni otro es superior; ambos son sagrados. Descubrí que la creación sucede precisamente donde estos dos se encuentran. Demasiada estructura y el arte se vuelve rígido. Demasiado flujo y se disuelve en el caos. Lo mismo es cierto para la vida. La pintura me enseñó equilibrio. Me recordó que la fuerza puede existir en la quietud, y que la sensibilidad no es debilidad — es sabiduría en otra forma. En muchos aspectos, mi práctica se convirtió en una reconciliación de energías: la assertiva y la sumisa, lo concreto y lo etéreo, la lógica que construyó mi pasado y la intuición que define mi presente.

Ahora vivo entre otros dos mundos: la intensidad cosmopolita de mi pasado y la serenidad cruda de la Serra da Estrela, el paisaje montañoso que ahora moldea mi estudio y mi alma. Desde la geometría de concreto de Lisboa hasta la erosión natural de roca y viento, mi ritmo creativo refleja esa transición — de la aceleración a la quietud, del rendimiento a la presencia. A través de la abstracción texturizada, traduzco estos contrastes vividos en forma visual. Mis pinturas son topografías emocionales — superficies estratificadas donde la resiliencia, la liberación y el poder silencioso coexisten. No son representaciones de lugares, sino estados de ser: paisajes internos moldeados por el movimiento, la memoria y la metamorfosis.

Mi trabajo navega continuamente entre tensiones duales — entre orden y emoción, luz y materia, memoria y renovación, lógica e intuición, liderazgo y creatividad, control y entrega, pasado y renacimiento, estrategia y sensibilidad, precisión corporativa y naturaleza salvaje. Estas tensiones no son contradicciones, sino armonías en cambio constante. Son la fricción que genera expresión, el pulso invisible debajo de cada marca que hago. Cada lienzo comienza en diálogo con el control — esa parte de mí que aún busca estructura, claridad y resultado. Pero a medida que el proceso avanza, el control cede ante el instinto. Incluso cuando el caos parece dominar, mi intención sigue siendo humana — reflejar el equilibrio emocional que todos buscamos entre fuerza y entrega, entre organización y libertad.

Creo que el arte no es un lujo; es una forma de volver a nosotros mismos. En un mundo que valora más la producción que la presencia, el arte nos desacelera lo suficiente para volver a sentir. Para mí, el arte es recuperación — no de lo que se perdió, sino de lo que se olvidó. La suavidad, la sensualidad, la belleza sin medida de simplemente ser. A través de la abstracción táctil, creo no para impresionar sino para calmar, para enraizar, para restaurar. Mi trabajo invita al tacto — no literal, sino emocional. Pide a los espectadores que se detengan, que respiren, que sientan su propio reflejo en el silencio de la textura. Pinto para espacios que necesitan calma, y para mujeres que han vivido sus vidas llevando a otros, liderando, logrando, actuando. Mi arte les ofrece refugio — un momento en el que no necesitan probar, lograr o explicar. Cada pintura es un acto silencioso de rebelión contra el ruido de la productividad. Es un recordatorio de que la quietud puede ser poderosa, y que la sanación puede ocurrir en silencio.

"Dual Hirathe" es más que un título; es mi identidad artística, un compás para todo lo que creo. 'Hirathe' proviene de hogar y corazón, del calor y el origen, del lugar íntimo donde comienza la creación. 'Dual' representa la coexistencia de opuestos: los dos mundos en los que habito: el ámbito estructurado y lógico del liderazgo y el mundo intuitivo y sensorial del arte. Juntos, 'Dual Hirathe' significa el corazón en dualidad, la intersección viva donde convergen la mente y la materia, el orden y la emoción, lo masculino y lo femenino. Es el pulso detrás de mi práctica, la arquitectura invisible que sustenta cada pincelada, cada textura, cada línea. Cuando los coleccionistas viven con mis obras, no solo adquieren una imagen, sino que se relacionan con esa dualidad viva. La línea se convierte en su espejo: una tensión que pueden sentir, un umbral que pueden cruzar, una invitación a habitar el espacio entre la gravedad y la gracia.

Cada una de mis colecciones es un fragmento de una conversación más amplia, una narrativa continua de transformación. Difieren en tono, ritmo y forma, pero permanecen unidas por una pregunta subyacente: ¿cómo reconciliamos estructura con libertad?

Después de años liderando a través de la lógica, ahora lidero a través del sentimiento. Lo que antes era estrategia se ha convertido en sensibilidad — un cambio de gestionar resultados a moldear experiencias, de guiar organizaciones a guiar la emoción a través de la forma. Mi arte une ARTE Y DISEÑO, traduciendo la emoción en presencia tangible. Cada pieza es más que una imagen; es un entorno — una superficie viva que interactúa con el espacio, la luz y la memoria. Son autorías diseñadas para convivir con las personas, no separadas de ellas. Ya sea en una vivienda privada, un hotel, un vestíbulo corporativo, una galería o un museo, mis pinturas se conciben como parte de la arquitectura de la experiencia. Están hechas para respirar, sostener, sanar — no para colgarse como decoración, sino para transformar la atmósfera que las rodea.


Para mí, el arte no es un objeto. Es una atmósfera, un PORTAL — un lenguaje táctil y visual de armonía y presencia. Vive a través de la vibración: color, textura, silencio y luz en diálogo con el espacio que habita. Cuando alguien se para frente a una pintura, no está observando algo externo; está entrando en un campo de resonancia. Una superficie texturizada, una línea sutil, un tono apagado — estos se convierten en invitaciones a desacelerar, a reconectar, a respirar de manera diferente. Cada obra lleva la memoria del gesto humano — energía hecha visible.

En un espacio corporativo, esa energía suaviza la rigidez. En un hogar privado, aporta enraizamiento e intimidad. En un centro de bienestar o un hotel, restaura la calma. En una galería, conversa con la luz y la arquitectura, transformando la contemplación en emoción. En un museo, se convierte en diálogo — entre pasado y presente, entre el cuerpo del espectador y la memoria colectiva. En una exposición, reúne presencia — una coreografía de color, materia y silencio que conecta a desconocidos a través de una quietud compartida.

Dondequiera que exista, crea presencia — ese cambio invisible pero perceptible que hace que un espacio se sienta vivo, y 'la presencia es el nuevo lujo'. - Sonia J.

De la autoridad a la experiencia: el mundo del arte está cambiando.
Durante siglos, operó a través de la autoridad — museos, expertos, coleccionistas decidiendo qué era importante. Pero hoy, en el siglo XXI, estamos pasando de un sistema basado en la autoridad a uno basado en la experiencia. El arte ya no se limita a paredes blancas o salas exclusivas; se está expandiendo al ritmo de la vida cotidiana. La gente quiere vivir con el arte — sentirlo, habitarlo, dejar que influya en sus entornos y emociones. Y esto es exactamente lo que hace una plataforma como CATAWIKI: ¡ayudar a las personas a vivir con el ARTE! Y esa es la razón por la que también estoy aquí.

Mis pinturas no están creadas solo para galerías o exposiciones. Aunque las galerías siguen siendo los espacios más democráticos para el arte — lugares donde podemos encontrar la creación en su forma más pura, experimentarla físicamente y permitir que nuestros sentidos, no los sistemas, definan su valor. Mis pinturas también son para los espacios donde se despliega la vida real — hogares, retiros de bienestar, oficinas, hoteles, museos que invitan al tacto y a la interacción. Pertenecen a una era en la que el arte se integra con el diseño, la arquitectura y el bienestar emocional. Para mí, esto no es dilución — es expansión. Es el arte volviendo a su propósito original: acompañar la vida humana, marcar espacios sagrados, crear conexiones.

Grandes artistas como Pollock, Mitchell, Bourgeois, Rembrandt, Van Gogh — y muchos otros — nunca crearon su obra pensando en galerías o museos. Pintaban por necesidad, de adentro hacia afuera. Sus lienzos eran instrumentos de supervivencia — espejos del alma, extensiones de la respiración. A través de su honestidad cruda, inventaron nuevos lenguajes de expresión; NO PARA IMPRESIONAR, SINO PARA EXISTIR. Muchos de ellos lucharon profundamente — con la soledad, la pobreza, la depresión — algunos incluso perdiendo la batalla contra su propio caos interior. Y sin embargo, su arte perdura porque habla a la necesidad colectiva de belleza, significado y verdad emocional. No buscaban hacer historia; buscaban SENTIR — y, al hacerlo, permitieron que el arte mismo evolucionara. Una vez más, su legado nos recuerda que el propósito más alto del arte no es el prestigio, sino la PRESENCIA. Siempre estuvo destinado a acompañar la vida humana — a testimoniar la alegría y el dolor, a habitar hogares y corazones, a marcar espacios sagrados y momentos compartidos.

La "Visión más allá del lienzo"
Así, en el siglo XXI, el propósito del arte no es esperar cincuenta años para obtener validación en museos o galerías; es VIVIR AHORA, existir en diálogo con nuestra vida cotidiana, transformar los entornos que habitamos y despertar emociones en tiempo real. El arte hoy debe respirar con nosotros: en nuestros hogares, lugares de trabajo, retiros, ciudades, instituciones, sociedades, nuestro planeta y en nuestros rincones tranquilos. Debe integrarse en nuestra forma de vivir, no mantenerse distante como algo que se visita. Debe suavizar la arquitectura de la vida moderna y reintroducir la ternura en nuestros espacios. Esa es la visión que llevo más allá del lienzo: la creencia de que el valor del arte no reside solo en lo que representa, sino en lo que despierta. Así como quienes nos precedieron pintaron para sobrevivir sus tormentas internas, yo pinto para reconectar las partes fragmentadas de la existencia moderna, para fusionar emoción con entorno, lógica con sentimiento, arte con vida. Este es el nuevo capítulo de la evolución del arte: NO LA SEPARACIÓN DE ESTÉTICA Y EXPERIENCIA, SINO SU REUNIO, donde el arte vuelve a ser lo que siempre ha sido en su esencia: una necesidad humana.

En esta visión, el artista se convierte en creador y compositor, moldeando no solo lo que se ve, sino cómo se siente. Cada decisión, desde el pigmento hasta la escala, desde la textura hasta la colocación, responde a la energía de una habitación y las personas que la habitan. A menudo pienso en mis pinturas como arquitecturas del sentimiento. Anclan el espacio como compañeros silenciosos, aportando ritmo donde hay vacío, calma donde hay caos. No imponen significado; invitan a la experiencia. Cuando colaboro con interior designers o curators, el diálogo va más allá de la estética. Se trata de cómo la obra puede realzar la arquitectura emocional del espacio, cómo puede amplificar la luz, equilibrar la energía o proporcionar contraste donde se necesita quietud. Es una fusión de sensibilidad y estrategia, una continuación de mi vida anterior, pero traducida en forma creativa. Es el encuentro de dos inteligencias: la precisión racional de la estrategia empresarial y la profundidad intuitiva de la visión artística. No es un rechazo a la lógica, sino su transformación en empatía. Donde antes diseñaba marcos para equipos, ahora diseño entornos para la emoción.

Entornos de Vida
Al final, mi trabajo es un acto de integración: fusionar la claridad estructural de mi pasado corporativo con la fluidez orgánica del arte. Cada lienzo es un ecosistema: color, textura, gravedad y silencio encontrando equilibrio. En un mundo que a menudo fragmenta — separando mente de cuerpo, arte de vida, razón de emoción — busco reconectar lo que la vida moderna ha dividido. Eso es lo que entiendo por integración artística: la reunión de la experiencia estética, humana y espacial. Mis pinturas no están para ser miradas — están para ser vividas. Son compañeras, anclas, umbrales de calma. Nos recuerdan que el arte aún puede tener significado en un mundo hiper-digital — no a través de la explicación, sino a través de la presencia.

Esta es mi visión más allá del lienzo: devolver el arte a la existencia diaria, hacer los espacios más humanos y reemplazar el ruido de la autoridad por la intimidad de la experiencia. Mis colecciones no tratan de representación, sino de presencia. No están hechas solo para decorar, sino para HABITAR — para crear atmósferas que anclen y restauren. Pertenecen tan naturalmente a un espacio privado como a uno público, a un entorno corporativo como a una casa en la montaña. Mi visión es hacer del arte una parte de cómo vivimos, no solo de lo que miramos — transformar espacios en entornos vivos donde la emoción y el diseño se fusionan, donde el arte se convierte en una atmósfera de renovación. Desde la perspicacia empresarial hasta la expresividad, desde el ritmo cosmopolita hasta la quietud de la montaña — cada pintura que creo lleva ambos mundos dentro de ella y existen puentes entre la lógica y la intuición, entre el deseo humano de orden y la necesidad de libertad del alma. Cada lienzo es una negociación entre esas fuerzas — y en esa negociación, mi propio arte encuentra su voz.


Logros artísticos y exposiciones

El reconocimiento internacional en crecimiento de Sonia J. incluye:

• Revisión de portafolio — Charlotte Paritzky, Directora de Z&B Gallery y cofundadora de OBRA Art (mayo de 2025)
Los 10 mejores artistas contemporáneos de Berlín (2024–2025)
• 5ª Feria Internacional de Arte Contemporáneo, IT’S LIQUID Group — Barcelona, España (18–28 de julio de 2025)
• Artista del Mes — IT’S LIQUID Group (septiembre de 2025)
• Exposición de Arte Contemporáneo de Braga — Braga, Portugal (12–14 de septiembre de 2025)
Revisión de portafolio — Quentin Métayer, PR y Comunicación, Perrotin (octubre de 2025)
• Revisión de Portafolio — Flavio Scaloni, Gerente de Galería, Galerie Lo Scalo (octubre de 2025)
Proyecto del Centro de Atención Sanitaria Terapéutica — colección completa encargada para un espacio de atención sanitaria en Portugal.
Proyecto de arte para la oficina de notaría legal — colección completa encargada inspirada en la Blues Collection
• SensesART, IT’S LIQUID Group — Lecce, Italia (diciembre de 2025)
• European Artist Award 2025 — IT’S LIQUID Group, Venecia, Italia (5 de diciembre de 2025)
Proyecto de Arte SPA Verona — colección completa encargada para un spa de hotel en Verona, inspirada en texturas mediterráneas.
• Artista destacado en Singulart, Artmajeur y listado en Artprice.com
• Valoración AKOUN (junio de 2025) — Certificado oficialmente en €550 para formato 15P (65 × 50 cm)

Embalaje y Envío

La obra de arte será enviada enrollada dentro de un tubo protector resistente, envuelta con papel libre de ácido y múltiples capas de refuerzo para garantizar una seguridad total y reducir significativamente los costos de envío.
El envío incluye número de seguimiento y seguro.

Entrega estimada
• UE: 3–7 días
• No perteneciente a la UE: 7–15 días (sujeto a aduanas)

"Rupture" fue creado o Título: Rupture
Artista: Sonia J. (1971, Portugal)
Colección: Aquí, Allí y En Todas Partes
Técnica: Acrílico y medios mixtos sobre lienzo
Dimensiones: 116 × 148 cm (formato XXL)
Año: 2025
Condición: Nuevo – directamente del estudio del artista.
Firma: Firmado a mano en la parte trasera
Certificado: Incluye un Certificado de Autenticidad firmado.
Envío: enrollado en un tubo protector resistente (con seguimiento y asegurado)


Descripción de la obra de arte

"Rupture" — de la serie Here, There and Everywhere — fue creada en un día en el que colisionaron múltiples emociones: tristeza, alegría, ira, confusión y la urgente necesidad de entenderse a uno mismo como mujer. Los profundos y estratificados tonos de azul forman un campo atmosférico de introspección, anclando la pintura con una presencia tranquila pero contundente.

En el centro, destellos de rojo y verde emergen como un latido sumergido — crudo, no resuelto y claramente humano. Estos colores no buscan equilibrio; surgen e interrumpen, encarnando las fisuras emocionales que afloran cuando el mundo interior ya no puede mantenerse contenido.

Las marcas gestuales a lo largo de la obra son confesionales más que decorativas. Cada trazo lleva la tensión entre contenerse y abrirse, el silencio y la expresión, la disciplina y la liberación. “Ruptura” no busca la armonía — abraza la complejidad y contradicción de la experiencia vivida. Revela las fracturas íntimas del corazón, los momentos vulnerables en los que la emoción se derrama hacia adentro en lugar de hacia afuera.

Desde una perspectiva decorativa, esta pieza XXL introduce una profunda intensidad emocional en interiores refinados. Su paleta rica y sofisticada y su presencia imponente la convierten en un punto focal excepcional para espacios de vida contemporáneos, entornos arquitectónicos, hogares de coleccionistas y ambientes de lujo. “Rupture” se presenta como una declaración audaz y elegante, aportando intensidad, matiz y fuerza silenciosa a cualquier espacio que honre el arte con gravedad emocional.

Sobre la artista — Sonia J. (Portugal, 1971):

De salas de juntas a lienzos...
De la perspicacia empresarial a la naturaleza salvaje...
De la estrategia a una visión más allá del lienzo...
Empoderamiento de la mujer a través del arte

Vivo entre dos mundos: el que construí a través de la precisión y el que reclamé mediante la emoción. 'Dual Hirathe' es donde se encuentran.

Pasé tres décadas en un mundo definido por la claridad, la velocidad y el control. Cada decisión era medida. Cada minuto, contado. Cada objetivo, una línea en un mapa estratégico. Era una vida construida sobre la precisión — analizando, estimulante, exigente y, a veces, absorbente. Durante años, creí que el liderazgo significaba cargar con peso con gracia, sin dudar, sin desacelerar. Estaba rodeado de personas que prosperaban con la ambición y la lógica, y aprendí a destacar dentro de esa estructura. Pero en algún momento, entre el movimiento constante y las reuniones pulidas, empecé a perder el sonido de mi propia voz. Cuando finalmente hice una pausa (mediados de 2024) — de verdad, una pausa — lo que escuché fue silencio. No vacío, sino un silencio lleno de potencial. El tipo de silencio que invita a que algo nuevo emerja. Ese fue el comienzo de mi metamorfosis.

Mi trabajo nace de un diálogo entre mundos — entre lo racional y lo intuitivo, lo medido y lo instintivo. Refleja el viaje desde la agudeza empresarial hasta la expresividad, desde una vida de estrategia global hasta una vida moldeada por la textura, el silencio y el paisaje. Después de tres décadas liderando en el ámbito corporativo, aprendí el idioma de la estructura — claridad, precisión, propósito. Esto entrenó mi ojo para ver sistemas, reconocer patrones, equilibrar la complejidad con la sencillez. Pero cuando me volqué al arte, ese idioma empezó a disolverse. En su lugar surgió otro vocabulario — táctil, emocional, fluido — que solo podía ser hablado a través de pigmento y arena, mediante la paciencia en capas de un lienzo que evoluciona con el tiempo.

Salir del mundo corporativo no fue un acto de valentía, sino una rendición gradual. Al principio, intenté llevar las mismas reglas a mi nueva vida: metas, resultados, indicadores de rendimiento. Pero el arte se negó a ser gestionado. Exigía vulnerabilidad. Requería que escuchara en lugar de dirigir. Cuando tocé por primera vez un lienzo en blanco, no sabía que se convertiría en mi nuevo idioma. Solo sabía que las palabras tenían límites, y que las emociones —las que había enterrado bajo eficiencia y profesionalismo— pedían respirar. Los colores se convirtieron en mi vocabulario. La textura, en mi sintaxis. Cada capa de arena, gesso y pigmento expresaba lo que aún no podía decir en voz alta: que la transformación no consiste en borrar quién eras, sino en permitir que todas las versiones de ti coexistan.

En el liderazgo, viví con energía masculina: decisiva, analítica, orientada hacia el exterior. En el arte, encontré su contraparte — la femenina: receptiva, intuitiva, expansiva interiormente.
Ni uno ni otro es superior; ambos son sagrados. Descubrí que la creación sucede precisamente donde estos dos se encuentran. Demasiada estructura y el arte se vuelve rígido. Demasiado flujo y se disuelve en el caos. Lo mismo es cierto para la vida. La pintura me enseñó equilibrio. Me recordó que la fuerza puede existir en la quietud, y que la sensibilidad no es debilidad — es sabiduría en otra forma. En muchos aspectos, mi práctica se convirtió en una reconciliación de energías: la assertiva y la sumisa, lo concreto y lo etéreo, la lógica que construyó mi pasado y la intuición que define mi presente.

Ahora vivo entre otros dos mundos: la intensidad cosmopolita de mi pasado y la serenidad cruda de la Serra da Estrela, el paisaje montañoso que ahora moldea mi estudio y mi alma. Desde la geometría de concreto de Lisboa hasta la erosión natural de roca y viento, mi ritmo creativo refleja esa transición — de la aceleración a la quietud, del rendimiento a la presencia. A través de la abstracción texturizada, traduzco estos contrastes vividos en forma visual. Mis pinturas son topografías emocionales — superficies estratificadas donde la resiliencia, la liberación y el poder silencioso coexisten. No son representaciones de lugares, sino estados de ser: paisajes internos moldeados por el movimiento, la memoria y la metamorfosis.

Mi trabajo navega continuamente entre tensiones duales — entre orden y emoción, luz y materia, memoria y renovación, lógica e intuición, liderazgo y creatividad, control y entrega, pasado y renacimiento, estrategia y sensibilidad, precisión corporativa y naturaleza salvaje. Estas tensiones no son contradicciones, sino armonías en cambio constante. Son la fricción que genera expresión, el pulso invisible debajo de cada marca que hago. Cada lienzo comienza en diálogo con el control — esa parte de mí que aún busca estructura, claridad y resultado. Pero a medida que el proceso avanza, el control cede ante el instinto. Incluso cuando el caos parece dominar, mi intención sigue siendo humana — reflejar el equilibrio emocional que todos buscamos entre fuerza y entrega, entre organización y libertad.

Creo que el arte no es un lujo; es una forma de volver a nosotros mismos. En un mundo que valora más la producción que la presencia, el arte nos desacelera lo suficiente para volver a sentir. Para mí, el arte es recuperación — no de lo que se perdió, sino de lo que se olvidó. La suavidad, la sensualidad, la belleza sin medida de simplemente ser. A través de la abstracción táctil, creo no para impresionar sino para calmar, para enraizar, para restaurar. Mi trabajo invita al tacto — no literal, sino emocional. Pide a los espectadores que se detengan, que respiren, que sientan su propio reflejo en el silencio de la textura. Pinto para espacios que necesitan calma, y para mujeres que han vivido sus vidas llevando a otros, liderando, logrando, actuando. Mi arte les ofrece refugio — un momento en el que no necesitan probar, lograr o explicar. Cada pintura es un acto silencioso de rebelión contra el ruido de la productividad. Es un recordatorio de que la quietud puede ser poderosa, y que la sanación puede ocurrir en silencio.

"Dual Hirathe" es más que un título; es mi identidad artística, un compás para todo lo que creo. 'Hirathe' proviene de hogar y corazón, del calor y el origen, del lugar íntimo donde comienza la creación. 'Dual' representa la coexistencia de opuestos: los dos mundos en los que habito: el ámbito estructurado y lógico del liderazgo y el mundo intuitivo y sensorial del arte. Juntos, 'Dual Hirathe' significa el corazón en dualidad, la intersección viva donde convergen la mente y la materia, el orden y la emoción, lo masculino y lo femenino. Es el pulso detrás de mi práctica, la arquitectura invisible que sustenta cada pincelada, cada textura, cada línea. Cuando los coleccionistas viven con mis obras, no solo adquieren una imagen, sino que se relacionan con esa dualidad viva. La línea se convierte en su espejo: una tensión que pueden sentir, un umbral que pueden cruzar, una invitación a habitar el espacio entre la gravedad y la gracia.

Cada una de mis colecciones es un fragmento de una conversación más amplia, una narrativa continua de transformación. Difieren en tono, ritmo y forma, pero permanecen unidas por una pregunta subyacente: ¿cómo reconciliamos estructura con libertad?

Después de años liderando a través de la lógica, ahora lidero a través del sentimiento. Lo que antes era estrategia se ha convertido en sensibilidad — un cambio de gestionar resultados a moldear experiencias, de guiar organizaciones a guiar la emoción a través de la forma. Mi arte une ARTE Y DISEÑO, traduciendo la emoción en presencia tangible. Cada pieza es más que una imagen; es un entorno — una superficie viva que interactúa con el espacio, la luz y la memoria. Son autorías diseñadas para convivir con las personas, no separadas de ellas. Ya sea en una vivienda privada, un hotel, un vestíbulo corporativo, una galería o un museo, mis pinturas se conciben como parte de la arquitectura de la experiencia. Están hechas para respirar, sostener, sanar — no para colgarse como decoración, sino para transformar la atmósfera que las rodea.


Para mí, el arte no es un objeto. Es una atmósfera, un PORTAL — un lenguaje táctil y visual de armonía y presencia. Vive a través de la vibración: color, textura, silencio y luz en diálogo con el espacio que habita. Cuando alguien se para frente a una pintura, no está observando algo externo; está entrando en un campo de resonancia. Una superficie texturizada, una línea sutil, un tono apagado — estos se convierten en invitaciones a desacelerar, a reconectar, a respirar de manera diferente. Cada obra lleva la memoria del gesto humano — energía hecha visible.

En un espacio corporativo, esa energía suaviza la rigidez. En un hogar privado, aporta enraizamiento e intimidad. En un centro de bienestar o un hotel, restaura la calma. En una galería, conversa con la luz y la arquitectura, transformando la contemplación en emoción. En un museo, se convierte en diálogo — entre pasado y presente, entre el cuerpo del espectador y la memoria colectiva. En una exposición, reúne presencia — una coreografía de color, materia y silencio que conecta a desconocidos a través de una quietud compartida.

Dondequiera que exista, crea presencia — ese cambio invisible pero perceptible que hace que un espacio se sienta vivo, y 'la presencia es el nuevo lujo'. - Sonia J.

De la autoridad a la experiencia: el mundo del arte está cambiando.
Durante siglos, operó a través de la autoridad — museos, expertos, coleccionistas decidiendo qué era importante. Pero hoy, en el siglo XXI, estamos pasando de un sistema basado en la autoridad a uno basado en la experiencia. El arte ya no se limita a paredes blancas o salas exclusivas; se está expandiendo al ritmo de la vida cotidiana. La gente quiere vivir con el arte — sentirlo, habitarlo, dejar que influya en sus entornos y emociones. Y esto es exactamente lo que hace una plataforma como CATAWIKI: ¡ayudar a las personas a vivir con el ARTE! Y esa es la razón por la que también estoy aquí.

Mis pinturas no están creadas solo para galerías o exposiciones. Aunque las galerías siguen siendo los espacios más democráticos para el arte — lugares donde podemos encontrar la creación en su forma más pura, experimentarla físicamente y permitir que nuestros sentidos, no los sistemas, definan su valor. Mis pinturas también son para los espacios donde se despliega la vida real — hogares, retiros de bienestar, oficinas, hoteles, museos que invitan al tacto y a la interacción. Pertenecen a una era en la que el arte se integra con el diseño, la arquitectura y el bienestar emocional. Para mí, esto no es dilución — es expansión. Es el arte volviendo a su propósito original: acompañar la vida humana, marcar espacios sagrados, crear conexiones.

Grandes artistas como Pollock, Mitchell, Bourgeois, Rembrandt, Van Gogh — y muchos otros — nunca crearon su obra pensando en galerías o museos. Pintaban por necesidad, de adentro hacia afuera. Sus lienzos eran instrumentos de supervivencia — espejos del alma, extensiones de la respiración. A través de su honestidad cruda, inventaron nuevos lenguajes de expresión; NO PARA IMPRESIONAR, SINO PARA EXISTIR. Muchos de ellos lucharon profundamente — con la soledad, la pobreza, la depresión — algunos incluso perdiendo la batalla contra su propio caos interior. Y sin embargo, su arte perdura porque habla a la necesidad colectiva de belleza, significado y verdad emocional. No buscaban hacer historia; buscaban SENTIR — y, al hacerlo, permitieron que el arte mismo evolucionara. Una vez más, su legado nos recuerda que el propósito más alto del arte no es el prestigio, sino la PRESENCIA. Siempre estuvo destinado a acompañar la vida humana — a testimoniar la alegría y el dolor, a habitar hogares y corazones, a marcar espacios sagrados y momentos compartidos.

La "Visión más allá del lienzo"
Así, en el siglo XXI, el propósito del arte no es esperar cincuenta años para obtener validación en museos o galerías; es VIVIR AHORA, existir en diálogo con nuestra vida cotidiana, transformar los entornos que habitamos y despertar emociones en tiempo real. El arte hoy debe respirar con nosotros: en nuestros hogares, lugares de trabajo, retiros, ciudades, instituciones, sociedades, nuestro planeta y en nuestros rincones tranquilos. Debe integrarse en nuestra forma de vivir, no mantenerse distante como algo que se visita. Debe suavizar la arquitectura de la vida moderna y reintroducir la ternura en nuestros espacios. Esa es la visión que llevo más allá del lienzo: la creencia de que el valor del arte no reside solo en lo que representa, sino en lo que despierta. Así como quienes nos precedieron pintaron para sobrevivir sus tormentas internas, yo pinto para reconectar las partes fragmentadas de la existencia moderna, para fusionar emoción con entorno, lógica con sentimiento, arte con vida. Este es el nuevo capítulo de la evolución del arte: NO LA SEPARACIÓN DE ESTÉTICA Y EXPERIENCIA, SINO SU REUNIO, donde el arte vuelve a ser lo que siempre ha sido en su esencia: una necesidad humana.

En esta visión, el artista se convierte en creador y compositor, moldeando no solo lo que se ve, sino cómo se siente. Cada decisión, desde el pigmento hasta la escala, desde la textura hasta la colocación, responde a la energía de una habitación y las personas que la habitan. A menudo pienso en mis pinturas como arquitecturas del sentimiento. Anclan el espacio como compañeros silenciosos, aportando ritmo donde hay vacío, calma donde hay caos. No imponen significado; invitan a la experiencia. Cuando colaboro con interior designers o curators, el diálogo va más allá de la estética. Se trata de cómo la obra puede realzar la arquitectura emocional del espacio, cómo puede amplificar la luz, equilibrar la energía o proporcionar contraste donde se necesita quietud. Es una fusión de sensibilidad y estrategia, una continuación de mi vida anterior, pero traducida en forma creativa. Es el encuentro de dos inteligencias: la precisión racional de la estrategia empresarial y la profundidad intuitiva de la visión artística. No es un rechazo a la lógica, sino su transformación en empatía. Donde antes diseñaba marcos para equipos, ahora diseño entornos para la emoción.

Entornos de Vida
Al final, mi trabajo es un acto de integración: fusionar la claridad estructural de mi pasado corporativo con la fluidez orgánica del arte. Cada lienzo es un ecosistema: color, textura, gravedad y silencio encontrando equilibrio. En un mundo que a menudo fragmenta — separando mente de cuerpo, arte de vida, razón de emoción — busco reconectar lo que la vida moderna ha dividido. Eso es lo que entiendo por integración artística: la reunión de la experiencia estética, humana y espacial. Mis pinturas no están para ser miradas — están para ser vividas. Son compañeras, anclas, umbrales de calma. Nos recuerdan que el arte aún puede tener significado en un mundo hiper-digital — no a través de la explicación, sino a través de la presencia.

Esta es mi visión más allá del lienzo: devolver el arte a la existencia diaria, hacer los espacios más humanos y reemplazar el ruido de la autoridad por la intimidad de la experiencia. Mis colecciones no tratan de representación, sino de presencia. No están hechas solo para decorar, sino para HABITAR — para crear atmósferas que anclen y restauren. Pertenecen tan naturalmente a un espacio privado como a uno público, a un entorno corporativo como a una casa en la montaña. Mi visión es hacer del arte una parte de cómo vivimos, no solo de lo que miramos — transformar espacios en entornos vivos donde la emoción y el diseño se fusionan, donde el arte se convierte en una atmósfera de renovación. Desde la perspicacia empresarial hasta la expresividad, desde el ritmo cosmopolita hasta la quietud de la montaña — cada pintura que creo lleva ambos mundos dentro de ella y existen puentes entre la lógica y la intuición, entre el deseo humano de orden y la necesidad de libertad del alma. Cada lienzo es una negociación entre esas fuerzas — y en esa negociación, mi propio arte encuentra su voz.


Logros artísticos y exposiciones

El reconocimiento internacional en crecimiento de Sonia J. incluye:

• Revisión de portafolio — Charlotte Paritzky, Directora de Z&B Gallery y cofundadora de OBRA Art (mayo de 2025)
Los 10 mejores artistas contemporáneos de Berlín (2024–2025)
• 5ª Feria Internacional de Arte Contemporáneo, IT’S LIQUID Group — Barcelona, España (18–28 de julio de 2025)
• Artista del Mes — IT’S LIQUID Group (septiembre de 2025)
• Exposición de Arte Contemporáneo de Braga — Braga, Portugal (12–14 de septiembre de 2025)
Revisión de portafolio — Quentin Métayer, PR y Comunicación, Perrotin (octubre de 2025)
• Revisión de Portafolio — Flavio Scaloni, Gerente de Galería, Galerie Lo Scalo (octubre de 2025)
Proyecto del Centro de Atención Sanitaria Terapéutica — colección completa encargada para un espacio de atención sanitaria en Portugal.
Proyecto de arte para la oficina de notaría legal — colección completa encargada inspirada en la Blues Collection
• SensesART, IT’S LIQUID Group — Lecce, Italia (diciembre de 2025)
• European Artist Award 2025 — IT’S LIQUID Group, Venecia, Italia (5 de diciembre de 2025)
Proyecto de Arte SPA Verona — colección completa encargada para un spa de hotel en Verona, inspirada en texturas mediterráneas.
• Artista destacado en Singulart, Artmajeur y listado en Artprice.com
• Valoración AKOUN (junio de 2025) — Certificado oficialmente en €550 para formato 15P (65 × 50 cm)

Embalaje y Envío

La obra de arte será enviada enrollada dentro de un tubo protector resistente, envuelta con papel libre de ácido y múltiples capas de refuerzo para garantizar una seguridad total y reducir significativamente los costos de envío.
El envío incluye número de seguimiento y seguro.

Entrega estimada
• UE: 3–7 días
• No perteneciente a la UE: 7–15 días (sujeto a aduanas)

Datos

Artista
Sonia J.
Se vende con marco
No
Vendido por
Directamente del artista
Edición
Original
Título de la obra
" Rupture" - "Here, There and Everywhere" Series - XXL
Técnica
Pintura acrílica
Firma
Firmado a mano
País de origen
Portugal
Año
2025
Estado
En excelente estado
Color
Multicolor
Alto
116 cm
Ancho
148 cm
Peso
2 kg
Estilo
Expresionismo abstracto
Periodo
Posterior a 2020
Vendido por
PortugalVerificado
162
Objetos vendidos
100%
Particulartop

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