Louis Pasteur (1822-1895, French chemist) - Important Autograph Letter Signed about the Creation of the Pasteur Institute - 1888

Carta autógrafa firmada por 'L. Pasteur', en francés, con traducción a Señor Presidente, reconociendo la 'recepción de la carta por la cual usted y el señor Vicepresidente de la Compagnie Générale Transatlantique me informan amablemente que una suma de 3.780,20 francos ha sido suscrita por la Compañía para contribuir a la creación del 'Instituto Pasteur'. En nombre del Comité de Patrocinio de este establecimiento y en el mío propio, le envío la expresión de nuestra más profunda gratitud. La suscripción total hasta hoy asciende, en cifras redondas, a la suma de 2.500.000 francos. Le ruego, señor Presidente, acepte la seguridad de mi más alta consideración...'' con un posdata autógrafo que dice: 'El Crédit Foncier de France, que concentra todas las suscripciones, le enviará un recibo por la suma de 3780,20 francos...'. 1 página, tamaño 8vo., París, 23 de mayo de 1888.
Fue director del Instituto Pasteur, establecido en 1887, hasta su muerte, y su cuerpo fue sepultado en una bóveda bajo el instituto. Aunque Pasteur realizó experimentos innovadores, su reputación se vio vinculada a varias controversias. Una reevaluación histórica de su cuaderno reveló que practicaba engaños para superar a sus rivales. Héroe nacional francés a los 55 años, en 1878 Pasteur dijo discretamente a su familia que nunca revelaran sus cuadernos de laboratorio a nadie. Su familia obedeció, y todos sus documentos se mantuvieron y heredaron en secreto. Finalmente, en 1964, el nieto de Pasteur y último descendiente varón vivo, Pasteur Vallery-Radot, donó los papeles a la biblioteca nacional de Francia. Sin embargo, los documentos estuvieron restringidos para estudios históricos hasta la muerte de Vallery-Radot en 1971. En 1995, en el centenario de la muerte de Pasteur, un historiador de la ciencia, Gerald L. Geison, publicó un análisis de sus cuadernos privados en su libro La ciencia privada de Louis Pasteur, y declaró que Pasteur había dado varias versiones engañosas y jugado con engaños en sus descubrimientos más importantes. Max Perutz publicó una defensa de Pasteur en The New York Review of Books. Basándose en exámenes adicionales de los documentos de Pasteur, el inmunólogo francés Patrice Debré concluyó en su libro Louis Pasteur (1998) que, a pesar de su genio, Pasteur tenía algunas fallas. Una reseña del libro afirma que Debré «a veces lo encuentra injusto, combativo, arrogante, poco atractivo en actitud, inflexible e incluso dogmático».