Una escultura de madera - Chamba - Nigeria (Sin precio de reserva)






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Descripción del vendedor
Una escultura Chamba recolectada en la región de Benue, Nigeria. Algunas rayaduras y grietas, signos de uso ritual y antigüedad.
La escultura chamba, producida principalmente en la región de Middle Benue en el actual Nigeria y Camerún, ocupa una posición distintiva dentro del panorama artístico más amplio del corredor Grassfields–Benue. Aunque los chamba son lingüísticamente y políticamente diversos, sus tradiciones escultóricas comparten una gramática visual caracterizada por una abstracción poderosa, una tensión entre la angularidad y la curvatura, y un manejo dinámico de la superficie que enfatiza la presencia táctil. Estas obras frecuentemente sirvieron como conductos de fuerza espiritual en contextos iniciáticos, terapéuticos y políticos, y sus formas reflejan los principios cosmológicos integrados en la vida social chamba.
Entre las obras más emblemáticas se encuentran las figuras de madera y los tocados asociados con las mascaradas denominadas variablemente mangam, similares a ciwara, u otros marcos institucionales específicos locales. Estas esculturas suelen presentar una yuxtaposición impactante de rasgos: cabezas alargadas, rostros triangulares o en forma de corazón, y ojos profundamente hundidos situados bajo prominentes arcos superciliares. La fisonomía resultante no es ni naturalista ni puramente simbólica; en cambio, evoca un registro ancestral que es a la vez humano y de otro mundo. Al fusionar atributos humanos y espirituales, las esculturas encarnan seres intermediarios capaces de negociar protección, fertilidad y equilibrio comunitario.
Las máscaras constituyen una categoría central dentro de la práctica escultórica de Chamba. Algunas máscaras, usadas durante los ciclos de iniciación masculina, muestran una estética de severidad controlada, con volúmenes comprimidos y siluetas enérgicas que enfatizan la autoridad del portador. Otras, a menudo asociadas con rituales de sanación o anti-brujería, incorporan cuernos, hocicos salientes o elementos zoomorfos compuestos que señalan la absorción del poder del bosque en el orden social. La performance activa estas formas: la interacción cinética de escultura, vestuario, sonido y coreografía sitúa la máscara no como una obra de arte aislada, sino como parte de un aparato multisensorial a través del cual las comunidades de Chamba regulan las tensiones sociales y mantienen el equilibrio cosmológico.
Las figuras independientes, aunque menos publicadas, ofrecen una visión adicional sobre las prioridades estéticas de Chamba. Muchas revelan una interacción sutil entre masa y vacío, con el torso concebido como un núcleo compacto del cual proyectan extremidades en ritmos medidos y geométricos. Las superficies pueden estar patinadas mediante manipulación ritual, unción o exposición a materiales sacrificatorios, marcando a los objetos como participantes activos en transacciones sociales y metafísicas. Estas figuras funcionaban en entornos que iban desde santuarios domésticos hasta cultos especializados y eran valoradas por su eficacia más que por su atractivo visual.
La circulación de la escultura de Chamba en colecciones de museos se intensificó a principios del siglo XX, a menudo a través de incursiones militares, confiscaciones administrativas o comercio facilitado por intermediarios regionales. Como resultado, muchas obras existentes carecen de documentación precisa en el campo, lo que complica los esfuerzos por reconstruir sus usos originales. La investigación contemporánea enfatiza cada vez más la colaboración con las comunidades de Chamba para recuperar taxonomías locales, historias de rendimiento y significados rituales que fueron oscurecidos por las generalizaciones etnográficas tempranas. Este enfoque dialógico ilumina la lógica cultural subyacente a las decisiones formales tomadas por los escultores de Chamba, revelando un sistema artístico arraigado en la abstracción disciplinada, el pragmatismo espiritual y una comprensión matizada de la interdependencia entre la forma material y la potencia metafísica.
Referencias:
Fardon, Richard. Carne y Ficciones: reinterpretando las formas culturales de Chamba. Smithsonian Institution Press, 1990.
Ikwuemesi, Krydz. “Máscaras y tradiciones de enmascaramiento del Valle de Benue.” Nigerian Field, vol. 67, 2002.
Bouquier, Bernard. «Esculturas del Medio-Benue». Journal de la Société des Africanistes, vol. 54, 1984.
El vendedor y su historia
Traducido por el Traductor de GoogleUna escultura Chamba recolectada en la región de Benue, Nigeria. Algunas rayaduras y grietas, signos de uso ritual y antigüedad.
La escultura chamba, producida principalmente en la región de Middle Benue en el actual Nigeria y Camerún, ocupa una posición distintiva dentro del panorama artístico más amplio del corredor Grassfields–Benue. Aunque los chamba son lingüísticamente y políticamente diversos, sus tradiciones escultóricas comparten una gramática visual caracterizada por una abstracción poderosa, una tensión entre la angularidad y la curvatura, y un manejo dinámico de la superficie que enfatiza la presencia táctil. Estas obras frecuentemente sirvieron como conductos de fuerza espiritual en contextos iniciáticos, terapéuticos y políticos, y sus formas reflejan los principios cosmológicos integrados en la vida social chamba.
Entre las obras más emblemáticas se encuentran las figuras de madera y los tocados asociados con las mascaradas denominadas variablemente mangam, similares a ciwara, u otros marcos institucionales específicos locales. Estas esculturas suelen presentar una yuxtaposición impactante de rasgos: cabezas alargadas, rostros triangulares o en forma de corazón, y ojos profundamente hundidos situados bajo prominentes arcos superciliares. La fisonomía resultante no es ni naturalista ni puramente simbólica; en cambio, evoca un registro ancestral que es a la vez humano y de otro mundo. Al fusionar atributos humanos y espirituales, las esculturas encarnan seres intermediarios capaces de negociar protección, fertilidad y equilibrio comunitario.
Las máscaras constituyen una categoría central dentro de la práctica escultórica de Chamba. Algunas máscaras, usadas durante los ciclos de iniciación masculina, muestran una estética de severidad controlada, con volúmenes comprimidos y siluetas enérgicas que enfatizan la autoridad del portador. Otras, a menudo asociadas con rituales de sanación o anti-brujería, incorporan cuernos, hocicos salientes o elementos zoomorfos compuestos que señalan la absorción del poder del bosque en el orden social. La performance activa estas formas: la interacción cinética de escultura, vestuario, sonido y coreografía sitúa la máscara no como una obra de arte aislada, sino como parte de un aparato multisensorial a través del cual las comunidades de Chamba regulan las tensiones sociales y mantienen el equilibrio cosmológico.
Las figuras independientes, aunque menos publicadas, ofrecen una visión adicional sobre las prioridades estéticas de Chamba. Muchas revelan una interacción sutil entre masa y vacío, con el torso concebido como un núcleo compacto del cual proyectan extremidades en ritmos medidos y geométricos. Las superficies pueden estar patinadas mediante manipulación ritual, unción o exposición a materiales sacrificatorios, marcando a los objetos como participantes activos en transacciones sociales y metafísicas. Estas figuras funcionaban en entornos que iban desde santuarios domésticos hasta cultos especializados y eran valoradas por su eficacia más que por su atractivo visual.
La circulación de la escultura de Chamba en colecciones de museos se intensificó a principios del siglo XX, a menudo a través de incursiones militares, confiscaciones administrativas o comercio facilitado por intermediarios regionales. Como resultado, muchas obras existentes carecen de documentación precisa en el campo, lo que complica los esfuerzos por reconstruir sus usos originales. La investigación contemporánea enfatiza cada vez más la colaboración con las comunidades de Chamba para recuperar taxonomías locales, historias de rendimiento y significados rituales que fueron oscurecidos por las generalizaciones etnográficas tempranas. Este enfoque dialógico ilumina la lógica cultural subyacente a las decisiones formales tomadas por los escultores de Chamba, revelando un sistema artístico arraigado en la abstracción disciplinada, el pragmatismo espiritual y una comprensión matizada de la interdependencia entre la forma material y la potencia metafísica.
Referencias:
Fardon, Richard. Carne y Ficciones: reinterpretando las formas culturales de Chamba. Smithsonian Institution Press, 1990.
Ikwuemesi, Krydz. “Máscaras y tradiciones de enmascaramiento del Valle de Benue.” Nigerian Field, vol. 67, 2002.
Bouquier, Bernard. «Esculturas del Medio-Benue». Journal de la Société des Africanistes, vol. 54, 1984.
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