Reloj pórtico Luis XVI - Bronce dorado - 1790






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Reloj portico anticuado estilo Louis XVI, en mármol blanco y bronce dorado, periodo estimado 1790, movimiento mecánico de 8 días y gong para medio hora.
Descripción del vendedor
Espectacular reloj portique de época Louis XVI, en mármol blanco finamente trabajado y bronce cincelado y dorado.
Este modelo ilustra con gracia el vocabulario neoclásico querido en los años 1770-1780: cintas, perlas, borlas y galones se mezclan con enredaderas vegetales, rosetas, palmetas y jarrones de fuego. El gusto refinado por los camafeos en biscuit Wedgwood, muy en boga durante la segunda mitad del siglo XVIII, aporta un toque de delicadeza inglesa a la elegancia francesa.
El dial esmaltado blanco con números arábigos encaja en un marco suntuoso: está rematado por un jarrón cubierto adornado con frutas y flores al estilo antiguo, enmarcado por dos medallones ovales de biscuit Wedgwood en azul y blanco, rodeados de guirnaldas de laurel y cintas. Bajo el movimiento se despliegan flecos, pompones y motivos vegetales que rodean un tercer medallón. El entablamento rectilíneo, bordeado por un fila de perlas y punctuado con rosetas, conecta los dos soportes. Estos soportes, decorados con enredaderas, están flanqueados por pequeñas piñas sobre dados y descansan sobre bases terminadas en patas de león.
El basamento, adornado con delicadas guirnaldas y rosetas, sostiene un balancín que representa una cabeza radiante de Apolo.
Uniendo la pureza del mármol blanco con la riqueza del bronce dorado y la preciosidad de los camafeos Wedgwood, esta relojera testimonia la excelencia de los talleres parisinos bajo el reinado de Luis XVI y seducirá a los amantes de la relojería refinada y del mobiliario neoclásico.
Espectacular reloj portique de época Louis XVI, en mármol blanco finamente trabajado y bronce cincelado y dorado.
Este modelo ilustra con gracia el vocabulario neoclásico querido en los años 1770-1780: cintas, perlas, borlas y galones se mezclan con enredaderas vegetales, rosetas, palmetas y jarrones de fuego. El gusto refinado por los camafeos en biscuit Wedgwood, muy en boga durante la segunda mitad del siglo XVIII, aporta un toque de delicadeza inglesa a la elegancia francesa.
El dial esmaltado blanco con números arábigos encaja en un marco suntuoso: está rematado por un jarrón cubierto adornado con frutas y flores al estilo antiguo, enmarcado por dos medallones ovales de biscuit Wedgwood en azul y blanco, rodeados de guirnaldas de laurel y cintas. Bajo el movimiento se despliegan flecos, pompones y motivos vegetales que rodean un tercer medallón. El entablamento rectilíneo, bordeado por un fila de perlas y punctuado con rosetas, conecta los dos soportes. Estos soportes, decorados con enredaderas, están flanqueados por pequeñas piñas sobre dados y descansan sobre bases terminadas en patas de león.
El basamento, adornado con delicadas guirnaldas y rosetas, sostiene un balancín que representa una cabeza radiante de Apolo.
Uniendo la pureza del mármol blanco con la riqueza del bronce dorado y la preciosidad de los camafeos Wedgwood, esta relojera testimonia la excelencia de los talleres parisinos bajo el reinado de Luis XVI y seducirá a los amantes de la relojería refinada y del mobiliario neoclásico.
