Miquel Torner de Semir (1938) - Dulce enigma





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Dulce enigma, óleo sobre lienzo original de Miquel Torner de Semir (1938), periodo 1990–2000, procedencia España, dimensiones 65 × 54 cm.
Descripción del vendedor
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Torner de Semir, que representa una figura femenina envuelta en un ambiente onírico y abstracto, donde la delicadeza del retrato se funde con colores intensos y atmósferas de ensueño, transmitiendo misterio, sensibilidad y poesía visual. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones de la obra: 65x54x2 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en el margen inferior derecha de la obra, Miquel Torner de Semir.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación.
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro representa a una figura femenina que emerge entre una atmósfera onírica y misteriosa, envolviéndose en un halo de fantasía y poesía visual. La mujer, de grandes ojos expresivos y mejillas sonrosadas, transmite una delicadeza casi etérea, como si su presencia perteneciera al mundo de los sueños más que al de la realidad. Su rostro, de rasgos suaves y elegantes, invita a la contemplación y despierta una sensación de curiosidad por la historia que parece guardar en silencio. El contraste entre su apariencia serena y el fondo vibrante que la rodea crea una tensión visual cargada de simbolismo.
El fondo abstracto se transforma en un espacio lleno de matices, donde tonos rojizos, azulados y violáceos se mezclan para formar una atmósfera en constante movimiento. Estas variaciones cromáticas evocan emociones intensas, pasando de la calma profunda a una energía ardiente que surge detrás de la figura. El espectador puede percibir en esta textura viva un universo emocional amplio, casi cósmico, que sugiere la existencia de fuerzas invisibles actuando alrededor de la protagonista. La combinación de colores y formas difusas acentúa el carácter envolvente y enigmático del cuadro.
La mujer, con su postura erguida y su largo cuello estilizado, recuerda a figuras clásicas, aunque reinterpretadas desde una visión moderna cargada de ingenuidad y sensibilidad. Su cabello voluminoso y oscuro parece flotar con libertad, y un pequeño elemento decorativo de tono verdoso sobresale, como un símbolo personal o un detalle fantasioso que conecta con su mundo interior. Los pendientes amarillos aportan un toque delicado y luminoso, enmarcando su rostro y realzando la sensación de feminidad contemplativa que transmite. Todo en ella sugiere un equilibrio entre ternura y misterio.
El vestido de tonos lilas y rosados, salpicado de pinceladas cálidas y expresivas, se funde con el entorno como si la figura formara parte de la atmósfera misma. Las texturas fluidas y gestuales dan una sensación de movimiento, como si la mujer estuviera envuelta en una bruma colorida o emergiendo de un sueño profundo. La línea delicada que contornea su silueta le otorga definición sin romper la armonía con el fondo, manteniendo ese equilibrio sutil entre figura y ambiente. La combinación de color y forma refuerza la idea de una identidad que se despliega suavemente en el espacio pictórico.
En conjunto, este cuadro ofrece una visión íntima y poética de una mujer imaginaria situada entre lo real y lo fantástico, rodeada de un aura mística que enaltece su expresión tranquila y su presencia introspectiva. La obra despierta la sensibilidad y la imaginación, invitando a contemplarla con calma para descubrir las múltiples emociones y matices que encierra. Es una pieza que mezcla inocencia, ensoñación y una profunda belleza espiritual, sugiriendo un universo interior lleno de secretos y delicadeza. Se convierte así en una ventana hacia un mundo emocional sutil, donde la figura femenina se eleva como símbolo de gracia, misterio y serenidad.
El vendedor y su historia
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Torner de Semir, que representa una figura femenina envuelta en un ambiente onírico y abstracto, donde la delicadeza del retrato se funde con colores intensos y atmósferas de ensueño, transmitiendo misterio, sensibilidad y poesía visual. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones de la obra: 65x54x2 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en el margen inferior derecha de la obra, Miquel Torner de Semir.
· La pieza se encuentra en buen estado de conservación.
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro representa a una figura femenina que emerge entre una atmósfera onírica y misteriosa, envolviéndose en un halo de fantasía y poesía visual. La mujer, de grandes ojos expresivos y mejillas sonrosadas, transmite una delicadeza casi etérea, como si su presencia perteneciera al mundo de los sueños más que al de la realidad. Su rostro, de rasgos suaves y elegantes, invita a la contemplación y despierta una sensación de curiosidad por la historia que parece guardar en silencio. El contraste entre su apariencia serena y el fondo vibrante que la rodea crea una tensión visual cargada de simbolismo.
El fondo abstracto se transforma en un espacio lleno de matices, donde tonos rojizos, azulados y violáceos se mezclan para formar una atmósfera en constante movimiento. Estas variaciones cromáticas evocan emociones intensas, pasando de la calma profunda a una energía ardiente que surge detrás de la figura. El espectador puede percibir en esta textura viva un universo emocional amplio, casi cósmico, que sugiere la existencia de fuerzas invisibles actuando alrededor de la protagonista. La combinación de colores y formas difusas acentúa el carácter envolvente y enigmático del cuadro.
La mujer, con su postura erguida y su largo cuello estilizado, recuerda a figuras clásicas, aunque reinterpretadas desde una visión moderna cargada de ingenuidad y sensibilidad. Su cabello voluminoso y oscuro parece flotar con libertad, y un pequeño elemento decorativo de tono verdoso sobresale, como un símbolo personal o un detalle fantasioso que conecta con su mundo interior. Los pendientes amarillos aportan un toque delicado y luminoso, enmarcando su rostro y realzando la sensación de feminidad contemplativa que transmite. Todo en ella sugiere un equilibrio entre ternura y misterio.
El vestido de tonos lilas y rosados, salpicado de pinceladas cálidas y expresivas, se funde con el entorno como si la figura formara parte de la atmósfera misma. Las texturas fluidas y gestuales dan una sensación de movimiento, como si la mujer estuviera envuelta en una bruma colorida o emergiendo de un sueño profundo. La línea delicada que contornea su silueta le otorga definición sin romper la armonía con el fondo, manteniendo ese equilibrio sutil entre figura y ambiente. La combinación de color y forma refuerza la idea de una identidad que se despliega suavemente en el espacio pictórico.
En conjunto, este cuadro ofrece una visión íntima y poética de una mujer imaginaria situada entre lo real y lo fantástico, rodeada de un aura mística que enaltece su expresión tranquila y su presencia introspectiva. La obra despierta la sensibilidad y la imaginación, invitando a contemplarla con calma para descubrir las múltiples emociones y matices que encierra. Es una pieza que mezcla inocencia, ensoñación y una profunda belleza espiritual, sugiriendo un universo interior lleno de secretos y delicadeza. Se convierte así en una ventana hacia un mundo emocional sutil, donde la figura femenina se eleva como símbolo de gracia, misterio y serenidad.

