Josep Serramont (1958) - El valle de las amapolas





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El valle de las amapolas, obra de Josep Serramont, creada entre 1990 y 2000, óleo sobre lienzo, España.
Descripción del vendedor
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Josep Serramont, que representa un paisaje floral vibrante y sereno donde la naturaleza muestra toda su luz, color y armonía, transmitiendo paz y vitalidad. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones de la obra: 35x35x2 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la esquina derecha de la obra, Serramont.
· La pieza se encuentra en perfecto estado de conservación.
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro despliega un paisaje de naturaleza exuberante donde los colores vibrantes y la luz se entrelazan para crear una escena cálida y luminosa. Desde el primer vistazo, el campo cubierto de flores rojas domina la composición, extendiéndose como una alfombra viva que parece moverse suavemente con el viento. Las pinceladas intensas revelan una tierra fértil bañada por la luz del día, donde cada detalle transmite frescura, pasión y una profunda conexión con la naturaleza. La atmosfera es cálida y llena de energía, invitando al espectador a sumergirse en este rincón idílico lleno de armonía.
Al recorrer la mirada hacia el horizonte, emerge una combinación de montañas azuladas y cielos claros que se disuelven suavemente entre tonos cálidos y fríos, creando una profundidad que aporta serenidad. La transición entre los campos floridos y las montañas distantes fluye de forma delicada, como si el paisaje quisiera abrazar todos los elementos que lo componen. La luz del cielo se funde con la bruma lejana, aportando una sensación de distancia tranquila y equilibrio natural.
Hacia la parte media del paisaje, árboles verdes se alzan con presencia suave y orgánica, dando estructura y acompañamiento al campo que los rodea. Sus ramas parecen danzar levemente, proyectando la sombra ideal para refugiarse del sol imaginario que ilumina la escena. Estos árboles funcionan como guardianes del paisaje, añadiendo textura y ritmo visual a la obra. Al fondo, se aprecia un destello de un río o lago lejano que aporta frescura visual y una sensación de calma permanente.
El equilibrio cromático entre rojos intensos, verdes luminosos, azules profundos y toques de amarillo genera un ambiente lleno de vida y armonía. Cada matiz está cuidado, dando la impresión de que el paisaje palpita con luz y movimiento propios. El campo floral parece cobrar vida ante los ojos del espectador, como si una brisa continua recorriera los pétalos y la vegetación. Este universo colorido invita a imaginar el sonido de la naturaleza, el perfume de las flores y la paz de un día soleado en medio de un valle natural.
En conjunto, el cuadro transmite una visión poética del paisaje, destacando la belleza de la naturaleza y la energía vibrante que nace de la convivencia entre luz, color y vida. La escena invita a detenerse, respirar y contemplar la grandeza del entorno natural sin prisas, capturando el instante perfecto donde la tranquilidad se mezcla con el esplendor de la tierra florecida. Es una ventana a un lugar donde reina la armonía, el sosiego y la pureza, evocando sensaciones de libertad y conexión con lo más bello del mundo natural.
El vendedor y su historia
Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Josep Serramont, que representa un paisaje floral vibrante y sereno donde la naturaleza muestra toda su luz, color y armonía, transmitiendo paz y vitalidad. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite.
· Dimensiones de la obra: 35x35x2 cm.
· Óleo sobre tela firmado a mano por el artista en la esquina derecha de la obra, Serramont.
· La pieza se encuentra en perfecto estado de conservación.
La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona.
Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote.
El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte.
El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional.
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Este cuadro despliega un paisaje de naturaleza exuberante donde los colores vibrantes y la luz se entrelazan para crear una escena cálida y luminosa. Desde el primer vistazo, el campo cubierto de flores rojas domina la composición, extendiéndose como una alfombra viva que parece moverse suavemente con el viento. Las pinceladas intensas revelan una tierra fértil bañada por la luz del día, donde cada detalle transmite frescura, pasión y una profunda conexión con la naturaleza. La atmosfera es cálida y llena de energía, invitando al espectador a sumergirse en este rincón idílico lleno de armonía.
Al recorrer la mirada hacia el horizonte, emerge una combinación de montañas azuladas y cielos claros que se disuelven suavemente entre tonos cálidos y fríos, creando una profundidad que aporta serenidad. La transición entre los campos floridos y las montañas distantes fluye de forma delicada, como si el paisaje quisiera abrazar todos los elementos que lo componen. La luz del cielo se funde con la bruma lejana, aportando una sensación de distancia tranquila y equilibrio natural.
Hacia la parte media del paisaje, árboles verdes se alzan con presencia suave y orgánica, dando estructura y acompañamiento al campo que los rodea. Sus ramas parecen danzar levemente, proyectando la sombra ideal para refugiarse del sol imaginario que ilumina la escena. Estos árboles funcionan como guardianes del paisaje, añadiendo textura y ritmo visual a la obra. Al fondo, se aprecia un destello de un río o lago lejano que aporta frescura visual y una sensación de calma permanente.
El equilibrio cromático entre rojos intensos, verdes luminosos, azules profundos y toques de amarillo genera un ambiente lleno de vida y armonía. Cada matiz está cuidado, dando la impresión de que el paisaje palpita con luz y movimiento propios. El campo floral parece cobrar vida ante los ojos del espectador, como si una brisa continua recorriera los pétalos y la vegetación. Este universo colorido invita a imaginar el sonido de la naturaleza, el perfume de las flores y la paz de un día soleado en medio de un valle natural.
En conjunto, el cuadro transmite una visión poética del paisaje, destacando la belleza de la naturaleza y la energía vibrante que nace de la convivencia entre luz, color y vida. La escena invita a detenerse, respirar y contemplar la grandeza del entorno natural sin prisas, capturando el instante perfecto donde la tranquilidad se mezcla con el esplendor de la tierra florecida. Es una ventana a un lugar donde reina la armonía, el sosiego y la pureza, evocando sensaciones de libertad y conexión con lo más bello del mundo natural.

