Hannes Postma (1933-2020) - figuren

Medio: técnica mixta (gouache, acuarela, tinta)
Fecha: 29 de octubre de 1957
Numerado
Firmado: con tinta negra
En buen estado
figuras
Maten: tamaño de hoja 27 x 37 cm - en passe partout 30 x 40 cm



Hannes Postma (Haarlem, 1933 - Ámsterdam 2020)

Visto de cerca, no es tan agradable lo que les sucede a las personas en los dibujos de Hannes Postma. Al menos, son estirados hasta parecer panes, o comprimidos en paquetes de brazos y piernas. Están en constante agitación, se elevan, flotan o son disparados sobre el plano, chocan, se enredan en explosiones y son divididos en tiras por superficies con bordes afilados. Sus manos y pies se sueltan, se multiplican y vuelan por el espacio. Sus cabezas se transforman en globos, que luego se expanden hasta convertirse en cuerpos. Chocan contra todo tipo de mobiliario cósmico (estantes, cajas, perchas, sombreros, cortezas terrestres ondulantes) que hace que el espacio sea inseguro... Por supuesto, no es sin significado que Hannes Postma componga con formas que evocan nuestro propio mundo y no con círculos y cuadrados. Su espacio es un espacio real, en el que lo cercano y lo lejano se han vuelto intercambiables, un espacio inmenso donde la Tierra aparece de forma fragmentada... Los eventos, los bordes afilados, nos llegan a través de las carnes dibujadas. Sobre un flujo visible de color, globos sin palabras se desplazan como nubes de humo o gotas de sangre, saliendo de nuestro campo visual. En las cajas hay sorpresas (y no solo cosas bonitas, Postma las llama cajas de Pandora), embriones, fragmentos de paisaje y agua; quizás también sean refugios. Pequeñas personas indefensas cuelgan frente a la autoridad cósmica de enormes abrigos y sombreros, en un mundo donde todo, incluyendo a ellos mismos, es a la vez sí mismo y algo diferente, o al menos está en proceso de convertirse en otra cosa. Hannes Postma es un creador de imágenes, alguien que, como un mago, convoca personas y espacios. Pero él también es un espectador de esas imágenes, que con cierta ironía observa toda esa agitación y es capaz de hacer bromas con un aire de misterio. Sin imponernos su personalidad, habla un lenguaje muy personal.