- - BREVIARIO GRIMANI - 1970

Breviario Grimani. Venecia, Electa, alrededor de 1970. Dimensiones cm. 28 x 22, páginas 307, 110 ilustraciones a color reproduciendo las miniaturas del original. Encuadernación editorial en tela roja. Dentro de una funda editorial. Ensayo crítico con introducción de Mario Salmi, comentario a las ilustraciones de Gian Lorenzo Mellini, presentación de Giorgio Ferrari. Estuche editorial en imitación de piel. 2 medallones adheridos a la tapa superior y al cofre. En buen estado, dos páginas parecen haber sido remontadas con un pequeño desalineamiento.

Breviario según la costumbre de la Curia Romana, perteneciente a los Grimani
Venecia, Biblioteca Nacional Marciana, cód. Lat. I, 99 (=2138) - digitalización completa visible en Internet Culturale

El Breviario Grimani (aproximadamente 280 x 195 mm) es uno de los códices más complejos producidos en las Flandes, alrededor de la segunda década del siglo XVI.
Muestra un gran número de miniaturas refinadas (50 por página completa, 18 figuras de menor tamaño) y la decoración está presente en todas las 832 hojas. En las imágenes, la invención es rica y a veces revela una iconografía inesperada.
Las numerosas miniaturas se insertan en el nivel cualitativo dentro de los catálogos de los artistas que han trabajado en ellas.

El texto, un Breviario según los modos franciscanos como normalmente adoptado en la época, está escrito de manera regular, para crear un producto de gran prestigio.
La historiografía artística está estudiando las intervenciones específicas de los miniadores, distinguiendo las diferentes manos dentro de la refinada floración flamenca de la época.

Se trata de una producción artística caracterizada por la visión lenticular y la atención a los detalles, que se sitúa en un momento muy particular en la historia de la miniatura, en el que el dibujo, la técnica, los sujetos, la cantidad y la importancia de la producción son muy cercanos y paralelos entre la miniatura y la pintura sobre tabla.

En el manuscrito, en el borde del f. 81r y por tanto en un lugar no particularmente relevante dentro de la secuencia de miniaturas, se insertaron originalmente las armas de Antonio Siciliano, ciambellano de Massimiliano Sforza.

En ausencia de noticias sobre la comisión y el destino del código, se planteó la hipótesis de que el excelente manuscrito fue llevado a Italia por el chambelán y vendido inmediatamente al cardenal Domenico Grimani (1461-1523), quien sin duda ya lo tenía en sus manos en 1520.

De hecho, remite a ese año, es decir, poco más allá de la datación probable del código avanzada en base a consideraciones estilísticas, la primera noticia de la propiedad por parte de Domenico Grimani del valiosísimo Breviario miniado gantobruggese, que llegaba a Venecia en un momento de gran aprecio por la pintura de Flandes.

Sin embargo, no conocemos positivamente nada sobre la primera historia del manuscrito, que debió ser concebida desde el principio como una gran obra de arte, que rivalizara con las célebres Très riches heures, posteriormente conocidas como del duca di Berry, obra maestra de los hermanos Limbourg (ahora en Chantilly).

La parte más conocida del Breviario es el calendario inicial, todo figurado y, precisamente, basado en el ejemplar modelo de las Très riches heures, caracterizado por el naturalismo de las escenas, y en el cual reconocemos en la obra la mano ya mencionada de Horenbout.

Las escenas a página completa que están colocadas frente a las páginas del calendario de cada mes, también enmarcadas con pequeñas escenas de la vida contemporánea, muestran una secuencia de cuadros que representan la vida contemporánea de la corte y, junto a ella, de la burguesía y del mundo campesino, como quería la nueva estratificación de la sociedad.

Fueron sobre todo esas escenas (la magia de la nieve en enero, la mesa del banquete del Señor, la escena de caza, la luz nocturna) las que despertaron la maravilla de los embajadores o de los reyes en visita que pudieron acceder al Tesoro de la iglesia ducal de San Marco y luego a los objetos más preciosos de la Biblioteca Marciana, tras la caída de la Serenísima.

Porque precisamente, dejado por testamento al Estado veneciano, pero en manos de los herederos Grimani con altibajos hasta 1592, el fastuoso manuscrito fue posteriormente conservado en el Santuario del Estado veneciano, confiado a los cuidados de los mismos Procuradores que supervisaban la Iglesia ducal, y posteriormente en el cercano Tesoro de la Capilla ducal.

Mientras tanto, en la segunda mitad del siglo XVI, el códice fue equipado con ornamentos metálicos aplicados sobre la cubierta de terciopelo rojo, como era habitual en los volúmenes oficiales, para los de mayor prestigio y también, como en este caso, para marcar la distinguida pertenencia del códice.
En el centro del plato delantero se aplica, en forma de medalla, la efigie en perfil del cardenal Domenico Grimani (m. 1523); de manera similar, en el plato trasero, aparece el retrato de Antonio Grimani, duque desde 1521 hasta su muerte en 1523, y padre del mismo Domenico.