sylvain barberot - Skull #2

Molde de un cráneo humano realizado en resina epoxi y recubierto con hoja de oro de 24 quilates.

Aquí y en estas obras, el tiempo está congelado por el uso del cráneo como soporte atemporal, inmutable y detenido. Las temporalidades se enfrentan y la oscuridad de la idea que tenemos de la muerte se doblega ante el brillo de la hoja de oro que, con su resplandor, refleja la luz.
Una obra de arte es por esencia una vanidad. Refleja el deseo del artista de objetivarse para (sobrevivir) al tiempo y responde a la vanidad de la idea del artista demiurgo. La memoria no está fija, permanece por venir sin nunca aferrarse a un infinito. Su desaparición es su único recurso.


Artista internacional cuyo trabajo se basa en la dicotomía que existe entre la memoria y el olvido. La memoria, en mi opinión, es el elemento indispensable que conecta nuestro cuerpo con el mundo. Sin embargo, y mientras nuestra cultura se esfuerza en grabar la historia con cincel, yo me esfuerzo en inhibir, desestructurar e incluso borrar mi propia memoria. Una tarea vasta, la práctica del olvido... El cuerpo no es más que el soporte de esa memoria de la que depende, e incluso necesita. Ella lo construye, lo modela y lo transforma. Y si la anamnesis se traduce del griego como el regreso del recuerdo, en mi caso la persigo para poder separarme de ella.