Pictura Subastas presenta esta magnífica obra de arte perteneciente a Duran Font, que representa un paisaje otoñal lleno de serenidad, donde la naturaleza y la quietud del campo se entrelazan en una armonía de colores y emociones. La pintura destaca por su excelente técnica y la gran calidad pictórica que transmite. · Dimensiones con marco: 53,5x63x3 cm. · Dimensiones sin marco: 33x41 cm. · Óleo sobre tela pegada a una tabla firmado a mano por el artista en la parte inferior derecha, R. Duran Font. · La pieza se encuentra en perfecto estado de conservación. · La obra se vende con precioso marco (incluido en la subasta como regalo). La obra procede de una exclusiva colección privada en Girona. Nota importante: las fotografías incluidas forman parte integral de la descripción del lote. El cuadro será embalado de manera profesional por un experto de IVEX (https://www.instagram.com/ivex.online/), utilizando materiales de alta calidad para garantizar su protección. El precio del envío cubre tanto el coste del embalaje profesional como el propio transporte. El envío se realizará por Correos, GLS o NACEX con seguimiento. Envíos disponibles a nivel internacional. ------------------------------------------------------------------ Este cuadro presenta un apacible y vibrante paisaje de otoño, donde la naturaleza parece haberse detenido en el momento exacto en que los colores alcanzan su plenitud. En primer plano, un grupo de árboles de hoja caduca se alza majestuoso a la derecha, luciendo una paleta encendida de tonos cálidos: naranjas intensos, ocres dorados, rojos carmesí y amarillos brillantes. Estas hojas, algunas aún aferradas a las ramas y otras acariciando el suelo, transmiten la sensación de un otoño profundo y sereno. El follaje es denso, abundante, y parece envolver al espectador en un abrazo acogedor, mientras que las sombras que proyectan los troncos sobre la hierba húmeda insinúan una luz difusa y suave, típica de una jornada otoñal tras la lluvia. Al fondo, se extiende un campo trabajado en franjas de colores variados que se pierden hacia el horizonte. Los tonos tierra y verde indican una rica diversidad de cultivos, tal vez viñedos o tierras de labranza en reposo, que contrastan con el azul plomizo del cielo, cubierto de nubes densas y cargadas de humedad. En la lejanía, apenas perceptibles, se divisan las casitas de un pequeño pueblo, con techos rojizos y muros claros, como pinceladas de vida humana integradas con discreción en el entorno natural. Estas construcciones aportan una dimensión de intimidad rural, evocando el calor de lo cotidiano. Un pequeño río o estanque ocupa la parte inferior del cuadro, con aguas tranquilas que reflejan los colores del cielo y los árboles con una fidelidad casi poética. El agua es cristalina y serena, actuando como un espejo que duplica el paisaje y añade profundidad visual a la escena. Sus reflejos le dan vida a la composición y ofrecen un contrapunto líquido a la densidad del follaje. Este rincón acuático refuerza la sensación de sosiego y contempla una calma melancólica que envuelve al espectador. A la izquierda, más árboles en tonos ocres y dorados equilibran la composición. Aunque menos dominantes que los de la derecha, enmarcan el paisaje como si se tratara de una postal pintada desde el corazón de la naturaleza. Las flores y matorrales rosados y violetas que surgen entre la maleza aportan un estallido inesperado de color que rompe la monotonía de los marrones y verdes. La luz, tamizada por las nubes, se posa con dulzura sobre cada elemento, envolviéndolos en una atmósfera etérea y casi mágica, como si el tiempo se hubiera detenido solo para contemplar este instante. En conjunto, este cuadro transmite una sensación de quietud nostálgica y contemplativa, una invitación a reconectar con la tierra, con los ciclos de la naturaleza y con la belleza sutil que habita en lo cotidiano. La obra logra capturar no solo el paisaje visible, sino también la emoción de quien lo contempla: el asombro ante la majestuosidad de un bosque en otoño, la calidez de un hogar lejano, y la paz que emana de una escena donde todo parece estar en equilibrio perfecto.