Artwork created on professional canvas using the giclée printing technique on canvas. Digital art using contemporary media and AI. Obra de arte del artista Canvas Fit-Alberto Ricardo realizada en la técnica Impresión Giclée, sobre lienzo profesional de alta calidad, 100% algodón, máxima resistente a manipulación y agentes exteriores de la marca Eco Canvas Roma Glossy, satinado. Garantizamos un producto duradero y de calidad visual. Dimensión de 65 x 70 cm de pintura con 5 cm de profundidad. Edición limitada 1/5. En el dorso de la pieza podrá encontrar los datos sobre la obra. El envío se realizará a través de la Cia. United Parcel Service (UPS), para España y Europa, y a través de la Cia. Fedex para el resto del mundo. La obra irá enrollada y estará protegida mediante varias capas de embalaje, nailón burbuja y colocada en un tubo resistente. Una vez pagada la obra, se requieren tres días para el proceso de embalaje y entrega a la compañía de envió. La pieza le llegará al termino de diez días, según el país de destino El rugido de la máquina corta el aire como un rayo mecánico. El piloto, inclinado hasta lo imposible, roza el asfalto con el cuerpo como si lo desafiara a detenerlo. En esta impresionante imagen giclée, el mundo del motociclismo cobra vida con una energía visual que traspasa el lienzo. La escena no está quieta: vibra. El instante capturado no es una fotografía del movimiento, sino una manifestación del alma de la velocidad. La protagonista indiscutible es la Ducati número 14, una bestia roja que parece más una extensión del cuerpo del piloto que una simple motocicleta. El carenado brilla bajo una luz cortante, con detalles cromáticos que revelan patrocinadores, tecnología, y sobre todo, carácter. No hay concesiones en su diseño: cada línea, cada ángulo está hecho para el máximo rendimiento, para rozar la frontera entre el control absoluto y el riesgo total. El piloto —cubierto por un traje de competición que refleja tonos rojos intensos, blancos y matices metálicos— se convierte en parte de la aerodinámica. Su casco, detallado con diseños que recuerdan la tradición del motociclismo italiano, refleja fragmentos del entorno urbano que se intuye al fondo. Porque sí, detrás de la escena arde una ciudad abstracta, con rascacielos desdibujados y trazos de tipografías que evocan publicidad, muros callejeros y cultura pop. Es como si esta carrera se diera entre avenidas simbólicas de velocidad y arte. La técnica de la obra es electrizante. La pintura parece lanzada con pinceles anchos, cargados de materia, que imitan la aceleración y los temblores del motor. El fondo azul y rojo no se limita a acompañar: empuja, envuelve, multiplica el efecto de vértigo. Las marcas sobre el asfalto, la sombra agresiva de la moto inclinada, los brillos sobre las fibras de carbono… todo está vivo. Todo arde con el pulso de quien corre no solo para ganar, sino para fundirse con la máquina. Este giclée no representa solo una escena de competición: retrata el espíritu de quien desafía la gravedad por vocación. Es una oda visual al motociclismo como danza de precisión, músculo y riesgo. El espectador no contempla desde afuera: es arrastrado dentro de la curva, siente el chasquido de los neumáticos, el rugido de la Ducati cortando el viento, la tensión del piloto que sabe que no puede cometer errores.